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No estamos locas, estamos transitando hacia la menopausia
Tribuna libre

No estamos locas, estamos transitando hacia la menopausia

Rocío González Cuadrado

Nutricionista Clínica, especializada en pacientes oncológicos

Martes, 24 de septiembre 2024, 23:05

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La invisibilización de la mujer en medicina es un fenómeno histórico que se sigue manifestando de diversas maneras en nuestra sociedad; ya que las necesidades y experiencias de las mujeres han sido sistemáticamente ignoradas, subvaloradas o malinterpretadas. Históricamente, la mayoría de los estudios clínicos se realizaban principalmente en hombres, asumiendo que los resultados serían aplicables a las mujeres. Esto ha llevado a que se ignoraran las diferencias biológicas y fisiológicas entre géneros, afectando la eficacia y seguridad de los tratamientos en mujeres.

Las mujeres a menudo experimentan un sesgo en la atención médica, donde sus síntomas son tomados menos en serio o malinterpretados. Es común que los síntomas de dolor crónico o condiciones relacionadas con la salud mental en mujeres sean atribuidos a 'exageración' o 'estrés', en lugar de ser investigados a fondo.

Es cierto, que el 'estrés crónico' puede afectar negativamente en la regulación hormonal de la mujer. Pero no todo puede solucionarse con ansiolíticos. Esta práctica es realmente simplista, quedándonos en la superficialidad del problema y no solucionando el problema de base. Hoy en día se ha normalizado que las mujeres debamos encontrarnos en un estrés crónico, ya que nuestra capacidad de realizar múltiples tareas de forma simultánea (casa, trabajo, hijos, cánones de belleza, etc.) nos ha hecho pensar que debemos ser una 'superwomen'.

El cortisol elevado puede interferir en la producción de hormonas sexuales como el estrógeno, la progesterona y la testosterona. Esto se debe a que el cuerpo prioriza la producción de cortisol sobre la producción de estas hormonas en situaciones de estrés. Esto es particularmente relevante para las mujeres en perimenopausia (período comprendido entre los 40 hasta la entrada en menopausia), ya que estas mujeres pueden experimentar síntomas más intensos, como sofocos, cambios de humor, ansiedad y problemas de sueño, debido a la interacción entre el cortisol elevado y los niveles hormonales fluctuantes. Además el cortisol elevado también promueve la inflamación crónica interna del organismo, que es un factor de riesgo para diversas enfermedades crónicas, debilitándose a su vez el sistema inmunológico.

Existen una multitud de problemas en perimenopausia que se han normalizado y esto es un grave error para la salud de esta parte de la población. Entre ellos encontramos menstruaciones irregulares y el síndrome premenstrual severo, reflejo de un hiperestrogenismo, pero que ambos son tratados solamente con anticonceptivos. Este hiperestrogenismo se produce cuando nuestro cuerpo no es capaz de gestionar de forma correcta la eliminación de los estrógenos que ya nuestro organismo no necesita, a través de nuestro hígado y nuestro sistema digestivo. Esto puede derivar también en problemas más graves como endometriosis, fibroadenomas o miomas uterinos (tumores no cancerosos, pero que pueden evolucionar a cáncer de mama y endometrio).

También debemos saber que este hiperestrogenismo no solo afecta al sistema reproductor, sino que también acarreará problemas a nivel metabólico como resistencia a la insulina, aumento de peso, trombosis y enfermedades cardiovasculares. Y en la esfera mental conlleva cambios de humor, depresión, problemas de memoria y concentración, falta de fluidez verbal, niebla mental; en conclusión afecta a nuestras funciones cognitivas.

Todos estos problemas son solo una parte del iceberg, ya que no debemos olvidarnos que nuestro organismo es un todo, aunque en la actualidad quieran tratarlo como partes independientes. La menopausia es una fase más de nuestra vida, y debemos comprenderla para poder vivirla de la mejor forma posible. Mejorando nuestros hábitos de vida (alimentación, actividad física, descanso y control del estrés) y optimizando las funciones de las glándulas adrenales, el hígado y la microbiota intestinal podremos llegar a una senectud plena.

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