La primera subasta del 2025 celebrada el 5 de enero en el mercado de Tokio, arrancó pagando 1,27M€ (207M¥) por un atún de 276 ... Kg que ni siquiera es el mas caro hasta el momento, en 2019 se pagaron 2,9M€ por un ejemplar de 278 Kg.
Aunque el nombre que circula en las informaciones periodísticas hace referencia a un 'atún rojo de aleta azul', probablemente se corresponda con el atún rojo del Pacifico (thunnus orientalis) (ya que las informaciones señalan que fue pescado en la costa de Oma en la prefectura de Aomori al norte de Japón), muy parecido al atún rojo del Atlántico (thunnus thynnus, que es origen de la gran demanda japonesa del atún atlántico.
Este atún fue comprado para la cadena de restaurantes de lujo japonesa Onodera (dos estrellas Michelin) en el nuevo mercado de Toyosu (que ha venido a sustituir al mercado histórico de Tsukiji), cuyas instalaciones permiten que la subasta se realice desde la cinco de la mañana formando parte de los atractivos turísticos de primer nivel en Tokio. Las noticias de las agencias japonesas han sido recogidas ampliamente en nuestra prensa nacional y en la de las ciudades y comunidades más relacionadas con la actividad pesquera del atún.
Salvando distancias, en España también se pagan precios simbólicamente altos en situaciones semejantes: por el último 'campanu' (primer salmón de la temporada) de 8,2 Kg y 92 cm, capturado el 14 de abril de 2024 en el río Narcea se pagaron 19.300€, con lo que el coste por kilo fue 'solo la mitad' de lo pagado en Tokio por el atún de referencia.
En ambos casos es evidente que no se paga el precio del producto pesquero sino el valor simbólico social que estos ejemplares tienen para sus comunidades, obviamente también son ejemplares 'distinguidos' de sus especies, muy valoradas en los mercados locales y globales, la cual esta en el origen en muchos casos de su sobrepesca que, sumada a otros riesgos y amenazas han hecho evidente la necesidad de tomar medidas de control que, a su vez, han sido origen de importantes esfuerzos para su conservación.
En el caso de los salmones se dan dos circunstancias: la producción en acuicultura de enormes cantidades de distintas especies y la importante labor internacional sobre los tramos de remonte en sus ríos de origen, quedando pendiente aumentar de forma sustancial el conocimiento y metodología de aproximación al tiempo de vida de estas especies en el mar.
En el caso de los atunes, las especies comerciales de referencia están sometidas a un importante esfuerzo de control y conservación internacional que ha conseguido revertir ya la situación de peligro en algunas pesquerias, de forma que: de las trece principales poblaciones comerciales de atún, ocho ya no sufren sobrepesca, teniendo la FAO como objetivo alcanzable llegar al 100% de sostenibilidad de estas especies en 2027.
Estas especies son un ejemplo de cómo abordar el 'crecimiento económico y la conservación' asociados a ellas como las dos caras de la misma necesidad.
Es claro, conocido y aceptado de forma generalizada por las industrias implicadas (todavía quedan algunos piratas en el mar), que el objetivo de futuro no es aumentar las capturas (lo que está ocurriendo de forma menor en algunos casos como consecuencia de las acciones de conservación), el objetivo es: el 'crecimiento del valor añadido de lo pescado' (sin salir del carácter de anécdota del precio pagado por los casos excepcionales, señala caminos de valorización).
Es importante indicar que las medidas iniciales de conservación de estas especies se acompañan (cada vez en más ocasiones) con medidas de conservación de éxito para otras especies y hábitats afectados directa o indirectamente por su pesca (vedas, tortugas, cetáceos...)
Estos ejemplos sobre la actividad pesquera ayudan a entender que la necesidad de proteínas en cantidad y calidad necesarias para el futuro de la humanidad van a provenir inequívocamente de la acuicultura, así como que el crecimiento económico del conjunto de la actividad pesquera solo se va a derivar del valor añadido que se incorpore.
La acuicultura está llamada a atender las dos necesidades consecuentes:
-Cantidad de proteínas de alta calidad y bajo precio (quizás el mejor ejemplo conocido son los cultivos de tilapia en muchos lugares de forma muy efectiva).
-Los productos de alta calidad y precio, de los que en la actualidad son ejemplos salmones, langostinos o las 'lubinas grandes' producidas en Canarias (a pesar del empeño denodado de la Administración Autonómica por dificultarlo).
Las actividades pesqueras y acuícolas del futuro tienen dos grandes requerimientos: La concertación y cooperación público-privada, porque son actividades que se desarrollan en espacios públicos nacionales o internacionales y mucha tecnología como consecuencia de las exigencias de las características propias del entorno marino en que se desarrollan y para la nueva flota que es y será necesaria, que se habrá de desarrollar por las nuevas exigencias de cambio de propulsión, seguridad y operación cada vez más autónoma, además de las derivadas de las estructuras y procedimientos de manejo y gestión de la producción, en unidades cada vez más grandes y alejadas de la costa que también están por desarrollar.
Los recursos humanos necesarios para responder a estos desafíos requerirán formaciones muy especializadas, con componentes científicos y técnicos importantes que en la actualidad no existen en la cantidad y especificidad que es y será necesaria y es ahí donde se sitúa otro de los nichos de oportunidad para crecimiento económico de estas actividades, ya que la radicación de las empresas y sus actividades van a estar condicionadas de forma drástica por su disponibilidad.
En Canarias se da una ubicación adecuada y la necesidad de aumentar la oferta de trabajo con mejores niveles retributivos (lo que es característico de estas actividades), la participación en estos escenarios de futuro va a depender muy poco del azar, la casualidad o la espontaneidad, va a estar ligada directamente a estrategias concertadas público-privadas en contextos y proyecciones con un alto componente de internacionalización.
Los datos adelantados del Informe 2024 de la Fundación CYD sobre la universidad española, que se presentaran en los próximos días (adelantados en CANARIAS7), muestran una situación desfavorable respecto a la posibilidad de atender las necesidades formativas en actividades futuras, como la pesca y la acuicultura (pero sin duda en otras).
En Canarias, solo el dato de titulados egresados (12,1%) y oferta (las universidades del Archipiélago están entre las cuatro universidades con menor número) en carreras de ciencias, tecnologías, ingeniería y matemáticas (STEM), señala una situación de gran limitación. Pero es claro que esta situación no es problema ni responsabilidad exclusiva de las universidades canarias, si no un ejemplo más de las limitaciones, consecuencia de no disponer de una estrategia social adecuada, clara, decidida y concertada.
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