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Opinión

Huida hace adelante

Aquel Pedro Sánchez que tanto presumió en su día de la «cogobernanza» ha optado ahora por una Presidencia que no comparte decisiones

Editorial -

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 7 de septiembre 2024, 23:28

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Pedro Sánchez continúa con su particular huida hacia adelante y lo hace en su doble condición de presidente del Gobierno de España y de secretario general del Partido Socialista (PSOE). Este sábado, en la reunión del Comité Federal celebrada en Madrid, evitó una vez más aclarar cómo va a cumplir el pacto financiero suscrito con ERC sin quebrar la solidaridad interterritorial, al tiempo que hizo oídos sordos a las críticas de algunos barones territoriales de su partido. Con ello condena al PSOE a seguir perdiendo apoyos en toda España, como reflejan todas las encuestas serias (las del Centro de Investigaciones Sociológicas de José Félix Tezanos dejaron de serlo hace tiempo).

A falta de argumentos, Sánchez se escudó ayer en que el pacto con ERC va en la línea de un «Estado federal», como si el presidente del Gobierno tuviera entre sus funciones reinventar el modelo constitucional, que desde 1978 configura España como Estado autonómico. Es más, las concesiones a ERC a cambio de la investidura de Salvador Illa encuadran más en un modelo confederal, pues consagra una relación bilateral entre España y Cataluña, como si esta segunda fuese un Estado de facto. Estamos, por tanto, ante un nuevo modelo de país, pero con el agravante de que se hizo sin consultar con el resto de gobiernos regionales y sin comparecer ante las Cortes para dar explicación alguna.

Aquel Pedro Sánchez que tanto presumió en su día de la «cogobernanza» ha optado ahora por una Presidencia que no comparte decisiones, que solo dialoga con aquellos cuyos votos precisa para mantenerse en el poder y que solo beneficia precisamente a quienes lo han convertido en su rehén político. Lo vimos en la aprobación en su día de los indultos a los condenados por el proceso soberanista catalán; lo volvimos a contemplar con la aprobación de la ley de amnistía y se ha repetido el mismo esquema con ese «acuerdo financiero singular» que no es otra cosa que una réplica del Cupo Vasco en favor de una autonomía que no goza de esa excepción en la Constitución.

¿Qué se puede esperar ya de Sánchez? Desgraciadamente, poco en positivo. Ni oye, ni se explica, ni atiende a los discrepantes. Lo pactado con ERC es un ejemplo más, como lo es también la decisión de colocar al frente del Banco de España a quien hasta el miércoles era ministro o como lo es no sentarse con el PP para articular una política de Estado en materia migratoria.

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