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José Miguel Sánchez
Las Palmas de Gran Canaria
Lunes, 22 de julio 2024, 09:59
Hoy mi intención es dar voz y posicionamiento a un evento que ha tenido lugar el pasado 1 de julio en Madrid en el salón de eventos «Caixa Bank All In One» con la intención de dar al oficio que se desarrolla en las salas de los restaurantes del país, el valor y prestigio que se merece. Este Summit o «cumbre de profesionales» del sector fue liderada por el maître Abel Valverde del que me declaro un apasionado de su trabajo literario.
La intención de este encuentro puso sobre la mesa las preocupaciones e inquietudes del sector reflejadas por multitud de asistentes que llevan a cabo la labor de anfitriones en sus respectivos restaurantes, así como, de formadores de la talla de Antonio LLoréns o grupos de restauración o partícipes de centros de formación en restauración como puede ser el Basque Culinary Center.
Esta reunión dio lugar a establecer al menos 35 puntos a mejorar y promover recogidos y firmados por todos los asistentes en un manifiesto bajo el sello «Room Quality Service», con la intención de que mas adelante sea publicado por la editorial Planeta Gastro. Algunos de esos puntos reflejan la necesidad de formación, la dignificación del oficio o la necesidad de la conciliación familiar entre otros temas.
En más de una ocasión he mantenido una línea crítica con los profanos ajenos a esta profesión y su gratuidad en la crítica y valoración a posteriori en redes sociales. También en lo referente a la escasa importancia o devaluación que en las escuelas se le da a la actividad de camarero frente a la de cocinero y como ello repercute en la baja cualificación de aquellos que se incorporan al mercado laboral. O la necesidad de realzar figuras de renombre en el mundo de la sala para que muchos jóvenes estudiantes o trabajadores puedan ver referentes en los que fijarse, menos «Master Chef» y más «Master Sala».
Me reitero cuando hablo de que ninguno de los restaurantes distinguidos, ya sean con una estrella, un sol o una luna, podrían llevar a cabo el éxito de sus negocios si como primera toma de contacto con sus clientes no contase con un buen equipo, formado, consolidado, implicado y feliz. Y es ahí en donde se ha abandonado la importancia y el valor que los camareros y camareras desempeñan, como también la necesidad de que estos vean cumplidas sus expectativas laborales y profesionales.
En este desbocado crecimiento de la gastronomía, sin frenos, donde a veces parece que todo vale con tal de alcanzar el éxito, o de que los números den más de sí, o simplemente salir respaldado por uno de los «foodies» de turno, donde las prisas por llegar han dejado de lado la formación de sala y no se ha tenido muchas veces en cuenta la dignidad de un oficio, este paso llevado a cabo por estos profesionales de sala, dan luz y esperanza para aquellos que amamos y respetamos este oficio. Quizás esta pueda ser el comienzo de una nueva etapa para este sector, donde parece que cualquiera puede ser un buen anfitrión o que el que la está ejerciéndola no es «más que un camarero».
Para navegantes y curiosos en la cuenta @summitsala de Instagram pueden encontrar el proyecto creado y como este se va desarrollando.
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