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Carlos Moro, presindente de Bodegas familiares Matarromera Juan Carlos Alonso
Bodegas familiares Matarromera, un legado convertido en excelencia
A fuego lento

Bodegas familiares Matarromera, un legado convertido en excelencia

Carlos Moro, ingeniero agrónomo, enólogo, bodeguero, viticultor y presidente del grupo de Bodegas familiares Matarromera nos explica su historia sin la que sería imposible entender el presente y el futuro de sus prestigiosas y laureadas bodegas

Vanesa Delgado

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 4 de noviembre 2024, 23:59

Hace más de 35 años que Carlos Moro se empeñó en recuperar la tradición familiar que le venía tanto de la parte paterna como materna. El propósito, sencillo en el verbo que no en la ejecución, no fue otro que el de cultivar los viñedos y elaborar vinos en tierras propias. Eso sí, cada parte del proceso se cuidó y se atendió desde el más absoluto conocimiento, total exigencia, respeto y pasión, así que, el reconocimiento no se hizo esperar: Matarromera, mejor vino del mundo en 1995.

Matarromera C7

Hoy, algunos años después, estas bodegas son el perfecto sinónimo de excelencia, una especie de buque insignia que abrió camino al resto de bodegas que hoy componen Matarromera, y por hoja de ruta, no tanto en el que ni el cuánto producir sino el cómo hacerlo porque cada una de las botellas y su consiguiente descorche lleva implícita toda una cadena de valor.

Una misión consolidada y reconocida

El suyo, nos cuenta, es un modelo que se sustenta sobre tres pilares básicos e irrenunciables: satisfacción, innovación y creación de valor. «Uno tiene que estar y sentirse orgulloso de lo que hace», nos apunta y siempre tuvo claro que los suyos tenían que ser los mejores vinos. Objetivo conseguido, lo que se fundamenta en una concatenación de éxitos desde la década de los 90 y hasta hoy en día, siendo uno de los más recientes el premio de la Fundación Mapfre, 2022 a la Mejor Iniciativa Agropecuaria.

11 bodegas, 7 denominaciones y 1250 hectáreas propias

Bodegas Matarromera C7

Aunque él no lo diga no cabe duda de que la obstinación es uno de sus calificativos. Desde aquel 1988, Bodegas familiares Matarromera no ha dejado de crecer y prueba de ello lo encontramos en cada pedazo de tierra y en cada uva dando lo mejor de sí en cada descorche.

Ribera del Duero, en la milla de oro de esta denominación de origen, con Matarromera como fundador de todo un legado y donde quedó escrita por y para siempre la personalidad y la excelencia: Bodega Emina, Melior de Matarromera, la propia Bodega Matarromera y Bodega Renacimiento, la más especial y personal de la familia Moro.

Bodega Matarromera C7

Rioja , en San Vicente de la Sonsierra, un pueblo medieval rodeado de viñedos, en parcelas pequeñas que se atienden con especial mimo y dedicación: Bodega CM de Matarromera. Vinos no solo excelentes sino también únicos y singulares.

Bodegas familiares Matarromera C7

Rías Baixas, con Bodega Viña Caeira, Albariño absolutamente equilibrado y fresco. Ribeiro, donde una vez más queda de manifiesto el empeño por mantener viva la tradición y traerla hasta el presente en todo su esplendor con la variedad de uva Treixadura como protagonista, con Casar de Vide.

Casar de Vide C7

Toro, con bodega ecológica Cyan donde cada botella encierra los aromas a viñedos, olivos y campos de lavanda.

Cigales, con la Bodega Valdelosfrailes, como proclama a la innovación en la elaboración de rosados de nivel excelente y tintos de larga crianza.

Y Rueda, donde parcelas de menor rendimiento consiguen uvas más concentradas dando lugar a vinos de guarda fermentados en barricas nuevas, dotando de una personalidad más compleja y fuera de lo común.

Sostenibilidad innovación y desarrollo

Aunque parezca complicado unir en la misma frase tradición y desarrollo, la familia Moro ha logrado el equilibrio perfecto entre ambos sustantivos, convirtiéndolo incluso en uno solo.

No se transita el camino de manera correcta si no se tiene en cuenta la tradición y se preserva a lo que, además, la tecnología sirve como vehículo extraordinario para seguir evolucionando, o lo que es lo mismo, no hay futuro si no se tiene en cuenta el pasado y se enaltece.

Además de todo ello, el compromiso con la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente son señas de identidad y fueron ellos, precisamente, los pioneros en calcular la huella de carbono para lograr minimizar el impacto en el ecosistema. De lo contrario, nos cuenta, «nuestros vinos no gozarían de la excelencia y la elegancia que los caracteriza». I+D+i constante al servicio del consumidor final y al servicio del planeta.

Win, un proyecto apasionante

Win, de Bodegas familiares Matarromera, vinos sin alcohol C7

Y sumamos uno más a los tantos proyectos que solo un visionario como Moro podría imaginar unos cuantos años antes de cosechar el éxito que hoy avala a los vinos sin alcohol. Un proyecto con el que soñó en 2003 y por el que peleó hasta conseguir que fuera reconocido con la creación de una nueva categoría Nielsen.

Hoy, junto con su esposa Esperanza y sus hijas Paola y Beatriz quienes recogen el testigo y perpetúan un legado que sigue trabajando por la excelencia, la elegancia y la distinción como inequívocas marcas de la casa, y dejando el trono del rey para el consumidor final, en quienes piensan, por quienes se desarrollan y se embotellan cada referencia de las Bodegas familiares Matarromera.

Sin duda, un vino que hay que probar, al que nada le falta y en el que se despliegan aromas y frescura de manera generosa en cada sorbo y que cada dia crece en demanda, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

Moro y Galarza, una alianza que comparte los mismos principios

La mayoría de las referencias de Bodegas familiares Matarromera encuentran en Canarias el mejor escaparte de la mano de Cadiex y Grupo Galaco y de todo el equipo humano que los conforman.

Una unión que traspasa el ámbito comercial, tal y como destacan Laura y Marisa Galarza quienes, como segunda generación, agradecen a su padre Joaquín Galarza la amistad, la lealtad y los estrechos lazos de amistad que en su día apretaron los cabezas de ambas familias y que aún hoy continúan vigentes, desde la más absoluta admiración al trabajo mutuo.

Bodega de la Avenida, un escenario perfecto

Probar cada una de estas magníficas y especiales referencias es prácticamente una acción de obligado cumplimiento y así, con un almuerzo maridaje en este ya icónico e imprescindible restaurante de la capital grancanaria como lo es Bodega de la Avenida se pudo disfrutar de platos que ya son marca de la casa, como el calamar a la brasa con almogrote gomero, inspiración pura de Alex Santana acompañado por CM Prestigio, o unas láminas de atún rojo Balfegó, con fresas de Valsequillo y aguacate de Mogán para apreciar un CM Fermentado en Barrica, único y singular.

Calamar a la brasa con almogrote gomero y CM Prestigio C7

Como fin de fiesta, el Win Espumoso llegó a los postres para acompañar en perfecta armonía y potenciar una quenelle de chocolate en texturas con fruta de la pasión y helado de frutos rojos.

Vinos y platos en carta y en la espléndida cava de este restaurante, al servicio del comensal.

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