
«La lucha nos enseñó en Cuba a enfrentarnos a todos los problemas»
Lucha canaria ·
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Lucha canaria ·
Fernando Hourrutiner fue el último luchador del Club Castillo de Cienfuegos, equipo apadrinado por la entidad del mismo nombre del sur de Gran CanariaPedro Reyes
Cienfuegos (Cuba)
Lunes, 4 de noviembre 2024, 10:45
Una de las sorpresas agradables de la charla en la Universidad de Cienfuegos en Cuba semanas atrás fue la asistencia de Fernando Hourrutiner Font, el último luchador que queda en esa ciudad que defendió los colores del Club Castillo de Cienfuegos en la década de los 90 del pasado siglo y que contó con el apoyo de la entidad del mismo nombre del sur de Gran Canaria.
-¿Cómo y por qué se inició en la lucha canaria?
-Yo estaba en la Universidad de Cienfuegos y en el curso 1991-92 vinieron de Canarias profesores que impartieron cursos teóricos y prácticos. Me acuerdo de Hernández Moreno y así empezamos a crear el equipo de lucha. Estuvimos alrededor de 10 años compitiendo y practicando lucha canaria.
-¿Fue luchador del Club Castillo de Cienfuegos?
-Así es y luché todas las luchadas que hicimos. Estuve en el encuentro con luchadores canarios, al menos en tres ocasiones, en las que vino vino Loreto IV, el Pollito de la Frontera entre otros que recuerdo. Tuve el honor de hacer alguna agarrada con ellos. Había varios equipos como Güines, La Habana, Sancti Spíritus, Villa Clara o Cienfuegos y hacíamos competencias nacionales cada año con ellos, con la colaboración y ayuda de Manuel Trujillo, Barranquera I, que fue el que las organizaba. Al final pasó lo que pasó y la lucha fue desapareciendo poco a poco.
-¿Qué fue lo que le atrajo de la lucha canaria?
-Primero la disciplina que hay que tener, es fundamental, y después los valores que transmite ya que tenemos que ser amables, honestos, sinceros, nobles. Hay luchadas que se ponen difíciles y ni los árbitros distinguen quien cayó, pero si lo sabes debes de decirlo. Me dio mucha disciplina para la vida, los estudios de cultura física donde soy licenciado, además para practicar el judo. Los luchadores éramos como hermanos. Entre Sancti Spíritus y Cienfuegos había una gran rivalidad, pero al terminar nos íbamos como amigos. Incluso en época que no había lucha, viajábamos allá y nos quedábamos en sus casas, compartíamos fiestas, cumpleaños. La lucha tiene una cosa, que es más maña que fuerza y el grande no siempre va a ganar. Eso nos enseña que el grande tendrá momentos donde va a perder ante el chiquito. Nos enseña que, en la vida, por muy grandes que puedan ser los problemas, nos podemos enfrentar a ellos.
-¿Hay alguna posibilidad de recuperar la lucha en Cienfuegos?
-Hay posibilidad por la vía de la Recreación y que se vuelva a practicar (en las universidades cubanas se practican todos los deportes posibles en la llamada Recreación y los que tengan éxito, pasan a un segundo nivel). Cienfuegos llegó a tener además siete equipos de niños y gracias a Barranquera I se organizó el torneo nacional en La Habana. Fue espectacular. El equipo de mayores tenía una meta, que cada luchador debía lograr y entrenar un equipo de niños y después hacíamos una competencia entre nosotros. Llevábamos a los mejores al campeonato nacional. Se hicieron equipos de 9 a 12 y 14 a 16 años y Cienfuegos ganó el título en los pequeños. Todo se pudo realizar por la mano de Barranquera I que hizo mucho, mucho, mucho por la lucha aquí en Cuba y si no hizo más fue porque no le dejaron. No sé si tiene algo que ver lo que pasó con que la mayoría de los luchadores éramos de color.
-¿Qué le sorprendió de los luchadores canarios que vinieron a Cuba?
-Al margen de que eran muy buenos, tenían una cosa que aprendieron de nosotros, ya que ellos para empezar una competencia, solo hacían estiramientos y nos mirábamos unos a otros al verlos. Nosotros calentábamos como mínimo media hora antes de empezar e incluso hacíamos juegos de lucha canaria. Les preguntábamos si no calentaban. Y nos decían que nosotros estábamos entrenando, cuando solo calentábamos. Después de estar aquí, empezaron a calentar y disminuyeron las lesiones porque al parecer había muchas más.
-¿Qué le diría a las autoridades de Canarias?
-Que, si se preocupan por nosotros, nos prestan atención y nos envían ropa, creo que se puede recuperar la lucha, al menos en la universidad. Solo queremos que nos presten atención y que nos ayuden con la ropa. Con eso se pueden hacer muchas cosas. Aquí tenemos bastantes playas y colchonetas para entrenar.
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