Honores para Juan Viera, El Pispa, en el festejo de la UD Moya
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El viernes y en Fontanales, cena por el 70 aniversario de la entidad norteña y con uno de sus ilustres presenteNecesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
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Todo un ilustre del fútbol regional, central de los que despuntó en los filiales de la UD de la época de Germán o Paco Castellano de finales de los cincuenta y luego entrenador de amplio recorrido por el mapa isleño, Juan Viera, El Pispa, (Las Palmas de Gran Canaria, 1940) recibirá este viernes todo el calor de la UD Moya en los actos conmemorativos del 70 aniversario de la fundación del club norteño, en el que es una institución.
«Pasé varios años como jugador, en torno a siete u ocho, y como entrenador fueron muchos más. El Moya es mi vida, lo significa todo. Y con recuerdos inolvidables como la Copa de Canarias que le ganamos al Guía en el Insular y tras eliminar al Artesano», recuerda, al tiempo que advierte que en la etapa de su plenitud era considerado «como el segundo Tonono» por sus condiciones como defensa.
Viera nunca llegó a debutar con el primer equipo de la UD tras foguearse en las categorías inferiores pero el destino le tenía guardado una amplia y fértil trayectoria por diversos escudos de relevancia en aquel fútbol de mitad del siglo XX que, en Gran Canaria, tenía un nivel «impresionante».
Fue, además, profesor de la Escuela de Entrenadores por Fuerteventua y Lanzarote («Ruiz Caballero me tenía muchísima confianza y le agradezco que me introdujera en el mundo de la enseñanza de las tácticas») y son varias las generaciones de futbolistas que le reconocen con cariño por el sello que les dejó. Su personalidad fuerte y exigente contrasta con la cercanía y amor por el deporte que no paraba de transmitir, fruto de una vocación que todavía mantiene. Se le ilumina la mirada cuando repasa sus vivencias («Polonia, Isleta, Moya, Artesano, Valsequillo, Sambrit...», recita tirando de memoria) y agradece que todos los que le rodearon le hicieran «disfrutar muchísimo» del balompié.
En la cena que se celebrará en Fontanales para festejar la cronología verdiblanca, El Pispa ocupará el lugar de honor que le corresponde por ser historia viva y haber impulsado, en sus orígenes, a un escudo que no le olvida.
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