
«Disfruto porque veo a los niños crecer»
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Rosi Sánchez, responsable de la estructura femenina del Granca y una de las encargadas del campus del club, feliz por el progreso de los más pequeñosArabia Zapata
Las Palmas de Gran Canaria
Viernes, 19 de julio 2024, 11:59
«La gente me pregunta si no estoy cansada porque llevo muchos años, desde 2014-2015 siempre estoy en campus. Yo disfruto porque veo a los niños crecer. Cuando vuelven, año tras año, se ve la mejora en el juego y cómo evolucionan como persona. Para mí es maravilloso, porque me lo paso «pipa« en la cancha. Como ahora, desde que soy madre, no entreno a ningún equipo, puedo disfrutar de esto», dice Rosi Sánchez en la mitad de una de las canchas de baloncesto del Campus de Verano del CB Gran Canaria, que se realiza en las instalaciones del Colegio Claret de Tamaraceite del 25 de junio al 26 de julio.
Rosi Sánchez es la encargada desde 2017 en materia formativa del campamento que se realiza cada verano desde hace 43 años. «Es uno de los más longevos e históricos de España. Ningún club tiene esta cantidad de números en cuanto a campus realizados», comenta. Y, aunque lleve 7 años trabajando en él, Sánchez también fue jugadora de baloncesto, pero no una jugadora cualquiera. A lo largo de su carrera profesional ganó la medalla de bronce en los Europeos de Grecia (2003) y Francia (2011) con la Selección Española; se proclamó campeona de la Liga y Copa Ronchetti con el recordado Sandra Gran Canaria. Además, a su palmarés también se le suma la Supercopa que conquistó defendiendo la elástica del Ros Casares. Actualmente, es directora técnica en la sección femenina del CB Gran Canaria.
El campus tiene la siguiente rutina; todas las mañanas comienzan de la misma manera. Los lunes son los de bienvenida a la semana ya que suelen sumarse más aprendices a lo largo del mes. A los recién llegados se les entrega dos camisetas y una botella de agua. El resto de semana se distribuye de igual manera a excepción de los viernes que, cada 15 días, se realizan excursiones a Poema del Mar o a los Lagos de Taurito. « La actividad durante las primeras horas de la mañana es más dura porque aprovechamos que no hay sol y que los niños no están cansados. Luego, hacemos el descanso del desayuno, que también se lo damos nosotros gracias a nuestros patrocinadores. Después del desayuno, dependiendo de la edad del niño y la niña, algunos se van al gimnasio y otros vuelven a entrenar. Por último, vamos rotando con las otras actividades», explica.
Alrededor de 200 aprendices -a partir de cuatro años y medio- asisten al campus de verano este año, aunque suele ser siempre la cifra habitual. «Si algo tiene este campus es que contempla todas las necesidades para la conciliación familiar. La recogida temprana es a partir de las 7:30 de la mañana. Tenemos transporte desde las 8:30 de la mañana que corresponde a toda la zona alta y baja de Tamaraceite y también contamos con un servicio de comedor hasta las cuatro de la tarde. La guagua tiene transporte a las dos y a las cuatro para aquellos que se quieran quedar a comer», comenta Rosi Sánchez.
La duración del campus es de 5 semanas, sin contar sábados y domingos. Los adolescentes y pequeños están durante 5 horas, en las que prácticamente la totalidad del tiempo se juega a baloncesto. «Dependiendo del niño o niña, se adecúan los entrenamientos. Tenemos uno o dos grupos de niños pequeños que hacen poco baloncesto pero sí que tienen gimnasio y piscina, aprovechando las instalaciones del colegio Claret», dice.
A pesar de las diferencias de edades, no los dividen por categorías; en el campus se adaptan los entrenamientos para que todos puedan disfrutar. Sánchez detalla que, «al ser un campus lúdico, si un niño prefiere estar en su edad aunque no tenga el nivel lo dejamos. Lo que queremos es que disfruten, es decir, si los niños prefieren estar con sus amigos, nos adaptamos a ellos».
Según un estudio de la Federación Española de Baloncesto, dirigido por la psicóloga deportiva y exjugadora Mar Rovira - compañera de Rosi Sánchez también- , las jugadoras femeninas suelen abandonar antes este deporte. Ella lo afirma, «lo que veo reflejado en este campus y en los que llevo realizando, es que el 70% son niños y el 30% son niñas. Por desgracia, ese porcentaje no varía y este año se repite. Este es el mal no solo del campus, sino de todo el baloncesto y de todos los deportes en general. Solo hay que ver el número de equipos femeninos que hay federados. Hay el triple de niños que de niñas».
Para la entrenadora, la tarea de enseñar no le resulta difícil. No fuerza, no presiona, no agobia. Cuando habla de sus metas principales destaca que «lo más importante es que los niños y las niñas disfruten con el baloncesto. Ese es mi objetivo principal y que se vayan cada día con ganas de volver al día siguiente. Si conseguimos eso, ya ganamos todos. Psicológicamente, el entrenador se tiene que adaptar».
Cada año, antiguos jugadores del club Granca son invitados para participar en el campus y mostrar a los niños el esfuerzo y trabajo que hace falta para llegar a ser un jugador de baloncesto de élite, sin perder la humildad y la educación. El primero en asistir fue Edy Tavares que compartió tiempo de juego en la cancha con los aprendices y respondió a las preguntas que inquietaban a los más pequeños. Ya estuvo Olek Balcerowski y el siguiente será Jaycee Carroll, base y alero que será el especialista en la mejora del tiro en el Summer Academy, que tendrá lugar en el Gran Canaria Arena, dentro de las actividades del campus.
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