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Uno de los espectáculo del festival en Los LLanos y El Paso. c7
La nueva generación de poetas del siglo XXI reclama por bandera 'las bragas de su abuela'

La nueva generación de poetas del siglo XXI reclama por bandera 'las bragas de su abuela'

El tercer Festival Nombrarse Volcán ha vuelto a La Palma con una edición especial dedicada a lo vivo y las posibilidades del género

Julieta Martín Fuentes

Las Palmas de Gran Canaria

Domingo, 9 de junio 2024, 02:00

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¿A quién le pertenece la poesía? Los poetas y las poetas nacidos a partir del año 2000 reclaman en La Palma que a todas las personas, que un poema es un alma rota y que un verso es un grito encerrado en las gargantas. La poesía es libertad para esta nueva generación que hace temblar hasta los cimientos los recitales tradicionales sobre el escenario, estáticos, con micrófono y atril, alejados del calor de quien la escucha. Con los reclamos de sus versos y sus acciones poéticas defienden que esto no es lo que sus almas y sus corazones necesitan.

El tercer Festival Nombrarse Volcán regresa a La Palma este año 2024 con una edición especial dedicada «a lo vivo, a las acciones vivas, a las mil y una posibilidades que ofrece la poesía si te acercas a ella desde la libertad creativa y la verdad», defiende su directora, Patricia Figuero. Los municipios de El Paso y Los Llanos de Aridane son el laboratorio creativo de estas experiencias de acción poética que viven en directo y en presente los vecinos y vecinas. Este «griterío poético», como le gusta llamar a Figuero el sacar a los versos de los libros y alzarlos con la voz, dio comienzo el miércoles y continúa hasta este domingo con la nueva generación de poetas del siglo XXI.

La comunidad poética con artistas de vanguardia procedentes de toda España dialoga mientras dispara sus versos a quienes quieran acompañarlos sobre el suelo de los escenarios, en abrazo con los inmuebles de los que se nutren y dialogan, en la calle, haciendo ruido al reclamar atención en versos con vestidos cosidos con hebras y cacerolas, dentro de un escaparate iluminado que da a una calle comercial principal empedrada y también en los parques, en antiguas estructuras de haciendas azucareras sin techo, bajo la luna y las estrellas.

Una de las 'performance' del festival. c7

Las poetas gritan no solo con garbo, sino con fuerza también dando patadas en el suelo, saliendo por entre el público con la mirada fija, pupila por pupila, persona por persona, de cuerpo a cuerpo sin vergüenza por manifestar la sexualidad del suyo. A la misma vez rapean, dialogan con quien las contempla en prosa poética, siempre con raíces profundas en sus frases; no les importa que las deseen, lo buscan, porque la poesía es provocación también, y ésta carece de género.

«Me bebo el vino que los hombres se bebieron por mí», lanza reivindicativa Ylenia Quintero, en su acción 'Escribo epifanías sobre mis huevos', «y narro mis epifanías en un salón donde todos han olvidado bailar». El rapeado rural del concierto en La Palma de Bewis de la Rosa, provocativo porque lo removía todo y a todas con un cucharón artesano «heredado de mi abuela», animó a cantar jotas en el municipio de El Paso. El público la siguió con sonrisas y aplausos. Mucho más cuando proclamó que si tuviera bandera sería una «con las bragas de su abuela».

Sin género

La poesía no tiene género tampoco, pero sí es reivindicativa por naturaleza, o así proclama que debe serlo Alberto Cortés, que llevó el monte a un escenario con la acción 'Los montes son tuyos [Live Set] Performance', y dialogó alrededor de un círculo de campistas con caseta y esterilla, con linternas y, sobre todo, con ganas de comprender la montaña, metáfora de lo incomprensible, según Cortés. «Las palabras se convierten en rifles, qué paz hay en la montaña. La muerte nos separa, el tiempo le pertenece al Estado, por eso hoy me declaro Drácula». Sus versos tuvieron eco en los campistas que se removían sin dejar de estar cómodamente recostados, «soy vampiro para reclamar generaciones y generaciones que han fallecido para el progreso. Qué paz hay en la montaña».

«Lo imprevisto es lo que nos aporta felicidad, es lo que nos aporta aventura», explica Celina Fernández, «pero para dejar que lo imprevisto suceda hay que darle tiempo a que suceda y, sobre todo», completa Pablo Velasco, su compañero en la 'performance' duracional de 16 horas de 'Save the F***ing Rabbits', y 'nosotrxs* no sabemos aburrirnos. Yo no sé q hacer cuando no tengo nada que hacer'. De esta angustia que confiesa vivir «muy a menudo» surge la idea de esta acción única en su concepción y duración. «No teníamos nada preparado. Solo estar ahí, dentro del escaparate los dos durante 16 horas para dejarnos sorprender por nuestras reacciones e interacción. ¿Lo has probado?». Probablemente los más de 20.000 habitantes de Los Llanos de Aridane que han pasado por delante del escaparate de la calle Real 52, no sabían por qué un hombre y una mujer estaban allí dentro, también por la noche, como parte de un escaparate más de una de las vías comerciales más céntricas de la localidad, pero había una diferencia. Él y ella estaban, están, vivos. Y eso es poesía, como verseó algún poeta romántico cuando le preguntaron qué era la poesía.

El festival se desarrolla hasta este domingo. C7

«Porque poesía eres tú, es La Palma, son los vecinos que se suben con nosotros a la guagua sin saber a dónde van para crear un poema colectivo», sentencian los creadores de 'Ensayo de un (no) encuentro en un (no) lugar' para la creación escénica intinerante, con el que se creó un poema colectivo, coordinado por Carlos y Daniel Jumi.

Versonautas, Ana Sanahuja y Roqui Albero, presentan un poema sonoro en este tercer Festival Nombrarse Volcán. Roqui y Ana señalan que «un manifiesto a la luz de la luna se crea dejando que sea ella, la luna, la que se manifieste, aprendiendo de su decir, ese que escapa a toda razón; tratando así de ser solamente el medio entre la luna y quienes quieran escuchar, sin manchar con nuestra acción esa lunática palabra que es, en sí misma, un manifiesto perfecto».

Así son estos poetas y poetas que llevan más allá de los límites la poesía, porque si hay una disciplina artística que carece de límites y, por supuesto, «siente placer al no respetarlos esa es la poesía. Por eso nació este festival en 2022», señala su directora, Patricia Figuero, «porque la poesía es poder, y todo es poesía, por eso es necesario sacarla de los libros, para crear adeptos en aquellos y aquellas a quienes les pertenece: todo el mundo».

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