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La playa de Las Alcaravaneras se ha convertido en una de las zonas «críticas». Al fondo, tiendas donde viven algunos migrantes que acaban de cumplir 18 y han quedado en situación de calle. Juan Carlos Alonso
Las mafias de la prostitución lanzan sus redes sobre los menores migrantes acogidos

Canarias, sola ante el fenómeno migratorio

Las mafias de la prostitución lanzan sus redes sobre los menores migrantes acogidos

Las oenegés que llevan los centros de acogida de las islas han registrado casos de intentos de captación de los chicos que han derivado en denuncias ante la Policía Nacional

Silvia Fernández

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 31 de agosto 2024, 22:50

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El Gobierno de Canarias tutela y gestiona más de 81 centros de menores migrantes no acompañados en las islas a través de distintas organizaciones sociales. En total, tras las últimas llegadas, son ya casi 5.500 los menores que acoge Canarias.

Aunque desde las organizaciones sociales se trata de dar a los menores la mejor atención es imposible estar en todo momento con ellos y acompañarlos en la calle, cuando salen de los centros. Máxime cuando la cifra de acogidos supera con creces la capacidad de las islas en plazas, recursos y personal. Es precisamente, en esas salidas que realizan los mayores de 13 años (los menores de esa edad no salen nunca solos) cuando las mafias de la prostitución aprovechan para acercarse a ellos e intentar captarlos. Como explican fuentes próximas, estas redes funcionan «de forma sutil» y muchas veces ayudados por los propios compatriotas de los menores, que son los que les ponen en contacto. Ya se han producido varios casos que han derivado en denuncias ante la Unidad de Atención a la Familia y a la Mujer (UFAM) de la Policía Nacional, que es donde se interponen las denuncias por acoso o agresión sexual de los menores, como aseguran fuentes próximas.

«Estamos siempre atentos a los chicos y sus comportamientos. No podemos prohibirles salir ni que utilicen el móvil pero sí intentamos tenerles controlados para evitar que caigan en estas redes», indican fuentes vinculadas a la atención de los menores. Como apuntan, en ocasiones se dan cuenta cuando los chicos llegan más tarde de la hora prevista o empiezan a tener «cosas» que antes no tenían y su comportamiento cambia. «Te das cuenta un día porque quizás están manejando algo y cuando le preguntas no sabe explicarte de dónde ha salido eso», explican estas fuentes. En esta circunstancias lo que hacen los cuidadores de los menores es preguntar a otros chicos del centro «para saber si alguien sabe algo». «Cuidan mucho unos de otros y normalmente te cuentan lo qué está pasando», manifiestan las fuentes consultadas.

Estas fuentes explican que en la capital grancanaria hay cuatro zonas de «especial riesgo» y en la que tratan que los menores no vayan, aunque a veces el esfuerzo es en balde puesto que son los puntos de más concentración de subsaharianos y a ellos les gusta ir para encontrarse con sus compatriotas.

Se trata de la playa de las Alcaravaneras, el parque Santa Catalina, la estación de guaguas de San Telmo y el centro comercial de Las Arenas. «Intentamos que no vayan a estos puntos porque son en los que hay gente más peligrosa y además son puntos de captación de estas mafias», señalan estas fuentes.

Como reconocen, las personas que trabajan en los centros de menores se involucran y tratan de hacer su trabajo lo mejor posible pero con los recursos sobresaturados es imposible atender y llegar a todos ellos. «Los controles no pueden ser las 24 horas del día porque ellos pueden salir solos. Nosotros intentamos estar pendiente de ellos, lo que hacen y cómo se encuentran pero obviamente no es lo mismo tener a 20 que tener a 80», indican estas fuentes. Según agregan, si las mafias tratan de aprovecharse de la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran los menores nacionales «cómo van a perder la oportunidad» de captar a los migrantes no acompañados, cuya situación de desamparado es aún mayor. «Las mafias intentan aprovecharse y ya hemos tenido algún caso con denuncia ante la UFAM aunque suele ser difícil demostrar las cosas», agregan estas fuentes.

Desde el Gobierno de Canarias se lleva meses pidiendo ayuda al Estado para poder atender a estos menores, protegerlos y darles la atención a los que obligan los tratados internacionales de la infancia y los derechos del menor. Esa incapacidad es lo que ha dado lugar a situaciones como la del centro de menores de La Casa del Marino en Lanzarote, donde los chicos vivían en situaciones de insalubridad y que se cerró semanas después de que su precario estado saliera a la luz pública.

Las Alcaravaneras, nuevo hogar para los que quedan en situación de calle

La playa de Las Alcaravaneras se ha convertido, incluso, en el 'nuevo hogar' de varios chicos que han salido de los centros después de cumplir su mayoría de edad y haber alcanzado los 18 años. En las últimas semanas, son varios los subsaharianos que viven en la playa, como apunta el presidente de la asociación de vecinos de Las Alcaravaneras, Carlos Santana, tras quedar en situación de calle. «Ha crecido en las últimas semanas el número de personas que vive en la playa. Hay subsaharianos, marroquíes e incluso algún ruso que se ha quedado sin barco en el puerto», indica.

Como apunta estos jóvenes, algunos acaban de salir de un centro de menores, están totalmente desprotegidos. Como señala, una organización ciudadana es la que se encarga de llevarles todos los días bocadillos, fruta, zumos y agua. Santana afirma que ninguna administración les presta ayuda y que la policía local tampoco puede intervenir. «Cada día aumenta el número de chicos que está en la playa. Es como un efecto llamada. Aquí están bien y nadie los puede desalojar», señala Santana.

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