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Los residentes critican el estado del sendero peatonal, que resulta impracticable. Cober
Las Palmas de Gran Canaria

«Esto no es solo una pena, es un peligro»

Vecinos de Tafira Alta, en Las Palmas de Gran Canaria, denuncian el «abandono» del parque Van de Walle | Un espacio en el que además de desperfectos se acumula vegetación seca que puede servir de «combustible» en caso de incendio

Rebeca Díaz

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 17 de agosto 2024

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El «abandono» que presenta el parque Van de Walle, en la calle Rafael Rafaeli, inquieta a la asociación de vecinos Bandama Tafira Alta, que además de denunciar su falta de limpieza, poda y mantenimiento, teme que el estado de la vegetación y la altas temperaturas que se registran en esta época del año se conviertan en un cóctel fatal que ponga en peligro a quienes residen en este entorno de Las Palmas de Gran Canaria.

Aseguran que este espacio, que en su día cedió una familia de la zona al Ayuntamiento capitalino para disfrute de la ciudadanía, ha pasado de ser un lugar en el que la gente de la zona llevaba a sus pequeños a jugar, iba a caminar o a pasear los perros e incluso «se hacían meriendas», a otro en el que se acumulan las deficiencias por lo que consideran total inacción municipal.

«No es solo una pena, es un peligro», señala Amparo Alemán, vicepresidenta de la entidad vecinal, en referencia al riesgo que entiende implica la acumulación de esos restos vegetales secos que pueden convertirse «en combustible», en caso de que se produzca «un incendio con las altas temperaturas» que se registran en estos meses de verano.

Y es que asegura que este entorno se limpió por última vez «hace unos 9 años» y aún permanecen en él los restos de poda que se llevó a cabo en ese momento, a los que se han sumado los que han ido cayendo de los árboles.

Detalles del estado del espacio y las vecinas Amparo y Marta. Cober
Imagen principal - Detalles del estado del espacio y las vecinas Amparo y Marta.
Imagen secundaria 1 - Detalles del estado del espacio y las vecinas Amparo y Marta.
Imagen secundaria 2 - Detalles del estado del espacio y las vecinas Amparo y Marta.

Además, recuerda que «esto es todo norte y el viento sopla fuete». Un aspecto que señala puede suponer una dificultad añadida en caso de que se registrara un fuego.

«Ya hubo un incendio antes de la pandemia», apunta Marta Muñoz, residente en la zona que señala que por fortuna en esa ocasión no se registraron daños mayores pero que deja patente su preocupación porque se pueda repetir algo similar con peores consecuencias.

Además, reconoce que la cercanía de su vivienda al parque la obliga a sufrir en primera persona otra de las consecuencias que tiene la acumulación de restos vegetales y basura que presenta, la presencia de roedores.

«Me entran en casa y he cogido dos ratas enormes de grandes. Me ha costado mucho cogerlas porque suben las paredes y he tenido que poner veneno por todos lados», relata.

Además, «el parque está lleno de pulgas y garrapatas», apostilla Amparo Alemán, algo que corroboran quienes pasean por esta zona con sus perros.

«Nosotros fumigamos, pero qué sacamos nosotros con fumigar si el Ayuntamiento no fumiga», plantea Marta.

La representante de los vecinos de esta parte de la capital explica que «las palmeras están secas, los dragos tapados por ellas e incluso hay cables del tendido eléctrico que están enredado sobre los árboles». Sin olvidar la presencia de latas, botellas y otros restos que llevan tiempo en la zona y que señala que son la prueba de que no se limpia.

Otros desperfectos del parque. Cober

También alude a los importantes desperfectos que presenta el sendero peatonal que bordea el parque. Un riesgo para la integridad física de quienes se atreven a pasar por él, que reconoce que no son muchos.

«El sendero tiene zanjas que cortan el camino», dice Amparo en referencia a las grandes oquedades que salpican el trayecto, y que en algunos tramos alcanzan unas dimensiones más que considerables. «Los hoyos son como desniveles y los tienen que saltar», apostilla Marta.

La vicepresidenta de la asociación de vecinos comenta que en el parque desemboca la canalización de aguas pluviales de las calles cercanas y cuando se producen «escorrentías de agua» por las fuertes lluvias, el caudal es tan fuerte que erosiona el terreno. Esto unido a la falta de mantenimiento, dice, se traduce en que el referido camino sea una trampa para quienes lo transitan.

Reiteradas denuncias

Asegura que todas estas cuestiones que ahora denuncia públicamente en CANARIAS7 son de sobra conocidas por el Ayuntamiento capitalino.

Así señala que el PP llevó a un pleno reciente una moción solicitando la mejora de esta zona «que se rechazó». Y que ella misma, en las Juntas de Distrito, ha expuesto reiteradamente unas deficiencias que saltan a la vista. «Pero siempre votan en contra y no han considerado necesario hacer nada», se lamenta.

Asimismo, señala que tanto el concejal de Limpieza como el responsable del distrito Vegueta-Cono Sur-Tafira, realizaron sendas vistas a la zona «hace un mes o así». Pero la solución que piden no llega.

Otro detalle del espacio. Cober

Afirma que la atención que se reclama para este parque solo busca recuperar un entorno que puede provocar «un problema gordo». Pues recalca que la zona está rodeada de viviendas e incluso existe un recurso para mujeres en desamparo con menores a su cargo y «solo hay una salida en la urbanización».

«Ahora hasta hacen motocrós en el parque», añade la portavoz de la entidad vecinal en referencia a una práctica de la que muchos residentes han sido testigos e incluso han grabado con sus móviles.

El estado de las canchas es otra de las deficiencias de la zona si bien lo que más inquieta a los residentes son las condiciones que se encuentra la zona arbolada.

«Si tenemos que ir a los tribunales, iremos», dice Amparo Alemán, que reconoce que está dispuesta a luchar lo que sea preciso por algo que entiende es de justicia.

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