
Secciones
Servicios
Destacamos
Flora Pescador, arquitecta y paisajista, inauguró las Fiestas Fundacionales de Las Palmas de GranCanaria con un pregón que bañó la plaza de Santa Ana de referencias a la a veces esquiva relación entre la ciudad y la naturaleza. Pescador insistió en el concepto de «isla-paraíso» y se arrimó al proyecto de recuperación del Guiniguada tan promocionado esta semana por la alcaldesa Carolina Darias.
El discurso de la también docente de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) pareció inspirado por el eslogan municipal de Las Palmas de Gran Canaria Verde y Viva, que cuelga del área de Desarrollo Sostenible y Parques y Jardines. Porque Pescador tiene claro que esa recuperación del manto verde en la ciudad solo se puede dar desde la acción conjunta entre la ciudadanía y las instituciones. « Las ciudades, como decía la urbanista Jane Jacobs, se construyen también desde las experiencias personales. No perdamos tiempo, recuperemos como ciudadanía el concepto de isla-paraíso, o de un nuevo jardín de las Hespérides habitado por personas concienciadas y participativas que contribuyen con su aportación a hacer de esta ciudad un auténtico vergel. Cuidemos y mejoremos nuestros barrancos, parques y jardines, pero también ajardinemos o cultivemos nuestras azoteas, balcones, terrazas, ventanas y medianeras. Aportemos, en la medida de cada cual, a nuestros desvelos cotidianos, nuestro cuidado por la conexión con la naturaleza en aras de la calidad de los valores sociales, culturales y ambientales de esta noble ciudad», resaltó en la parte final de su intervención.
Ante eso, Pescador hizo un ruego: «Mantengamos una posición activa frente a una naturaleza cada vez más degradada y hostil que nos amenaza especialmente con los fenómenos asociados al calentamiento global y sus efectos adversos. La sombra de los árboles construye los caminos, nos ayuda en las relaciones sociales, y también nos cobija y atempera los días fuertes de calor y nos ayuda en la descarbonización del entorno. Pensar en el urbanismo es reflexionar en cómo dar buena forma a los dinámicos flujos humanos y producir bienestar, haciendo un 'urbanismo confortable' como expresa la escritora Irene Vallejo, pero también adaptándonos a los potentes flujos naturales y la comprensión de la naturaleza en la construcción urbana y social», expuso.
Pescador hizo una semblanza por la creación de la ciudad desde la Conquista hasta nuestros tiempos. Recordó nombres como quien da una acelerada clase de historia y dejó algún guiño de su historia personal para dar contexto a una idea que era redundante en su lectura. «La generosa naturaleza canaria, sus montañas y escarpes y su excepcional vegetación han formado parte de la tradición mítica del concepto de isla-paraíso, tales como islas Afortunadas, Campos Elíseos o Jardín de las Hespérides. Esta idea de jardín o paraíso ha estado asociada en Canarias a su naturaleza exuberante, a sus paisajes de excepción», expuso ante el público.
Esta semana la ciudad ha convocado el concurso de ideas para la recuperación del cauce del Guiniguada como espacio para la ciudadanía. No es casual que en su pregón, la arquitecta hiciera una clara alusión al proyecto estrella del mandato de Carolina Darias. «El Centro Histórico está reclamando recuperar el lugar en donde la ciudad, el agua y la naturaleza iniciaron el relato de un pasado singular. La recuperación del Guiniguada a su llegada al mar a día de hoy es un proyecto necesario y clave para emprender con entusiasmo una nueva etapa de la ciudad que conecte con su pasado y le devuelva un futuro realmente esplendoroso», manifestó.
Por eso, en las siguientes líneas de su oficio mandó una caricia para la idea municipal. «Sé que este acontecimiento está en camino y agradezco profundamente a la corporación actual del Ayuntamiento su abierta disposición a conseguir que toda la fuerza de una ciudad, recupere su sentido original, y que vuelva el agua, la vegetación y sus palmeras a repoblar con fuerza su desembocadura. Las Palmas de Gran Canaria si supera este escollo, tendrá la oportunidad de obtener por méritos propios que sus barrios históricos sean Patrimonio Mundial de la UNESCO», refirió en sus palabras.
En su lectura enSanta Ana Pecador quiso contar que no todo está perdido. Que hay una misión colectiva para reverdecer una ciudad que tira al gris y al marrón y habló de algunos de sus ejemplares más singulares como un estímulo para no rendirse en el intento. «Como dice la socióloga Saskia Sassen las raíces de los árboles se extienden bajo la piel de la ciudad. Hoy en la capital grancanaria hay más árboles que nunca, pero siguen siendo insuficientes y afortunadamente ya no es necesario pedir permiso al Rey para repoblar. Algunos son auténticos monumentos arbóreos de gran interés y singularidad como la araucaria de la Fundación Mapfre Guanarteme, el sencillo tulipero de Gabón junto a la ermita de La Luz, los laureles en el edificio del Rectorado de la ULPGC o los ubicados en la plaza del Obelisco desde los tiempos del arquitecto Joan Margarit, las preciosas araucarias en el interior del polígono de Schamann, algún ficus desesperado por la poda de sus copas en las aceras de la ciudad o intentando desarrollar sus raíces aéreas en el Parque de San Telmo», comentó.
Las Palmas de Gran Canaria ya está en fiestas. El origen de la ciudad tras el paso a fuego y acero de los conquistadores se celebra a partir de ahora tras la lectura de un pregón que no pretende devolver la ciudad a ese punto de partida, cuando la naturaleza se imponía y desbordaba, pero sí para encaminarnos hacia una capital que recupere parte de aquel esplendor subtrópical como una forma de plantar cara a estos tiempos hostiles en lo climático. Y en lo político.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.