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Viene un otoño «calentito». Esta es la expresión que se está popularizando entre los guagüeros de Las Palmas de Gran Canaria. Los profesionales de Guaguas Municipales anuncian que la carencia de conductores impedirá prestar todos los servicios en condiciones a partir de septiembre, que es el momento en el que la oferta de la empresa pública recupera la normalidad tras la activación de su horario de invierno.
Las vacaciones y la finalización del periodo lectivo de los centros de enseñanza del municipio provocan que, cada verano, Guaguas Municipales reduzca su oferta (en torno a un 3%) para adaptarse al descenso de la demanda.
Sin embargo, la recuperación de la normalidad a partir de septiembre, con más de 370 servicios al día en las jornadas laborales, no va a ser tan sencilla. Los trabajadores aseguran que la falta de conductores obligará a la empresa a recortar su oferta, que se plantea alcanzar los 395 servicios diarios para afrontar el incremento de la demanda que viene de la mano de la gratuidad del transporte público colectivo.
En estos momentos, de los alrededor de 600 chóferes que tiene la empresa, unos 105 están de baja (la compañía rebaja esta cifra a alrededor de 80). Y a este número, según el comité de empresa, hay que descontar otros cien que se cogerán vacaciones, un número muy alto porque hay conductores a los que se les pidió, a principios de año, que las retrasaran.
El portavoz del comité de empresa de Guaguas Municipales, Alexander Larsen advierte de las consecuencias que puede tener la falta de personal en la prestación del servicio. «En el pasado invierno, hubo días que faltaron servicios, pero ahora este año esto se puede multiplicar», indica, «hasta ahora se ha estado cubriendo con horas extras, cambios de vacaciones y de los tiempos de descanso, retraso en prejubilaciones..., pero esto ya no se puede sostener más».
Detalla que este verano ya se ha notado la falta de personal. «Ha habido tardes en que han quedado cinco servicios sin cubrir, y eso que son doce servicios menos por turno que en horario de invierno», denuncia, «a partir de septiembre no vamos a poder atender la demanda actual que tenemos en la calle porque ya no existen las horas valle; después de la gratuidad del transporte, existen horas punta (en las que las guaguas van llenas) y horas superpunta (donde ya no puedes coger a nadie más)».
Esto puede provocar problemas con los usuarios, que acaban pagando los conductores. «Es muy preocupante», asegura el portavoz del comité de empresa. «Los compañeros no pueden más, están soportando una presión fortísima».
Aunque todavía no hay un diseño oficial del nuevo servicio adaptado a la disponibilidad de personal, Larsen detalla que la línea 17 podría perder un servicio por turno (de ocho a siete); también podría enfrentarse a recortes las líneas 8 y 80; y la línea 48 perderá un coche de los tres que de manera habitual tiene asignados.
Desde la compañía municipal de transporte se confía en poder ofrecer el servicio de invierno dentro de la normalidad, en parte con la reducción del número de trabajadores en situación de incapacitación temporal que se ha producido en los últimos tiempos. También se confía en poder incorporar a trabajadores de la bolsa de contratación que está activa para cubrir las bajas y las necesidades puntuales.
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