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El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha aprobado este viernes la nueva ordenanza del agua antes de su remisión al pleno de fin de mes. Tal y como anunció la alcaldesa, Carolina Darias, en la presentación de los nuevos precios, el recibo bajará o se mantendrá invariable para el 80% de los consumidores en 2025, pero ahora se conoce la magnitud de la subida del recibo entre 2026 y 2029, que es donde acaba el horizonte temporal de las tarifas impulsadas por el Consistorio. Desde 2026, la factura se encarecerá para los usuarios domésticos, los comercios y los negocios turísticos. Solo bajará para las familias numerosas.
¿Cómo variará su factura? Pues dependerá del consumo y del tipo de usuario que sea. Hay que recordar que las dos principales novedades del nuevo sistema de precios pasan por la eliminación del consumo mínimo, de modo que ahora solo se pagará lo que se gaste; y, en segundo lugar, la creación de nuevos perfiles de usuarios, de tal forma que se distinga el uso doméstico del gasto que realizan las viviendas vacacionales y los hoteles; del que tienen las industrias; del que facturan los comercios; y del agua que emplean las empresas durante las obras.
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En el caso de una familia media, al cabo de los cinco años, pagará al año 32,58 más que ahora por un consumo de 12 metros cúbicos bimestrales; si gasta más agua, hasta los 16 metros cúbicos cada dos meses, al año acabará pagando 43,74 euros más, de acuerdo los escenarios de simulación incluidos en el expediente que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha aprobado en la mañana de este viernes.
La variación de estos importes bimestrales representa un incremento del 27,8% en cinco años para el primero de los casos; y del 25,2% en el segundo. Las familias que están en el primer caso pagarán, en 2029, 5,43 euros más cada dos meses que lo asumen ahora; en el segundo caso, en cada uno de los seis recibos que se pasan al cobro al año se pagará 7,29 euros más.
Casi el 73% de los 177.155 abonados domésticos de Emalsa se encuentran con consumos por debajo de los 16 metros cúbicos. Hay que recordar que el consumo medio en Las Palmas de Gran Canaria es de 14,5 metros cúbicos por abonado doméstico.
Lógicamente, las variaciones de precio estarán marcadas por el nivel de gasto y por año.
Consumo de 4 metros cúbicos bimensuales: el 22,2% de los abonados domésticos siempre pagará menos que ahora: se ahorrarán 23,88 euros en las seis facturas de 2025; otros 19,68 euros en 2026; 19,56 euros en 2027; 9,96 en 2028; y 4,32 euros en 2029. En otras palabras, para este consumo mínimo, las nuevas tarifas ahorrarán a las familias 73,4 euros durante los cinco años.
Consumo de 8 metros cúbicos bimestrales: el 18,5% de los abonados se ahorrará 5,52 euros en 2025; 60 céntimos en 2026; y 48 céntimos en 2027. A partir de ese año, pagarán más: 10,68 euros en todo 2028; y 19,8 euros en 2029.
Consumo de 12 metros cúbicos en dos meses: para el 14% de los abonados, el ahorro solo llegará en 2025 (1,68 euros en todo el año). Luego pagará más en 2026 (4,68 euros en total anual), en 2027 (4,8 euros), en 2028 (18,84 euros) y en 2029 (32,52 euros).
Consumo de 16 metros cúbicos bimensuales: el 9,8% de los clientes de Emalsa se ahorrará 3,12 euros en 2025; y pagará más durante todo el año de 2026 (5,64 euros), de 2027 (6 euros), de 2028 (23,04 euros) y de 2029 (43,8 euros).
Consumo de 20 metros cúbicos bimestrales: para el 6,4% de los hogares, la factura anual crece todos los años: sube 7,92 euros en la suma de los seis recibos de 2025; 20,16 euros en 2026; 20,88 euros en 2027; 40,92 euros en 2028; y 71,4 euros en 2029.
Consumo de 24 metros cúbicos en dos meses: el 4,1% asumirá un pago anual por el agua 44,16 euros más caro en 2025; 60,48 euros más en 2026; 67,32 euros más en 2027; 90,96 euros más en 2028; y 127,56 euros más en 2029.
Consumo de 28 metros cúbicos bimenstrales: el 2,6% de los abonados pagarán 105,14 euros más que ahora en la suma de los seis recibos de 2025; 126,72 euros en todo 2026; 143,32 euros en 2027; 172,92 euros en 2028; y 212,16 euros en 2029.
En los cuadros de tarifas no se detecta un aumento de las tarifas que Emalsa pasa al cobro por abastecimiento ni por alcantarillado. ¿Cómo se explica entonces este encarecimiento de la factura? Pues porque lo que se cobra por depuración sí va a ir subiendo de manera progresiva.
En la actualidad, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria paga a Emalsa, cada año, alrededor de 10 millones de euros por la depuración de las aguas residuales, mientras que los abonados aportamos otros 5,65 millones de euros, con datos de 2023. Sin embargo, esto va a ir cambiando en virtud de la aplicación del principio de que quien gasta, paga. Así, la subvención directa se va a ir reduciendo hasta quedar en 2 millones en 2029. Para entonces, los ciudadanos pagarán con sus recibos 15,21 millones de euros solo en depuración, esto es, tres veces más que ahora. « Para minimizar el impacto en los usuarios de los incrementos de costes que ha generado la depuración y reutilización, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria subvencionará con fondos del presupuesto municipal este servicio», se explica en el documento, «esta subvención irá reduciéndose progresivamente desde 2025 a 2029».
Y, además, en 2029 se empezará a cobrar un nuevo concepto, bautizado como tasa de sostenibilidad (0,1115 euros por metro cúbico) que reportará a Emalsa otros dos millones de euros. «Dicho importe servirá para financiar parcialmente la mejora y renovación de las infraestructuras contempladas en el Plan Estratégico del ciclo integral del agua de Las Palmas de Gran Canaria».
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Ahora bien, de esta dinámica de subida de los precios escapan las familias numerosas y aquellos propietarios de segundas residencias o viviendas cerradas que ya no tendrán que pagar el mínimo de los 10 metros cúbicos que está vigente en la actualidad y que es de 13,15 euros cada dos meses.
Este cálculo se ha hecho en base a un consumo medio de una familia compuesta por entre seis y siete miembros. En su caso, el ahorro en 2029 será de casi un 12% respecto a lo que paga en la actualidad.
Al año, estos abonados tendrán 50 euros más en sus bolsillos que lo que tienen ahora con el mismo consumo.
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Para los usuarios sin consumo, el recibo bajará en torno a un 16%, comparando el precio actual con el que se tendrá en 2029, lo que supone un ahorro anual de 19,32 euros al año.
¿Pero cómo casa que se diga que solo se pagará por lo que se consume? Pues básicamente porque el recibo mantendrá una parte fija, que se considera cuota de servicio, que es independiente del consumo y que será proporcional al caudal permanente del equipo de medida. Eso es lo que se paga aunque no se abra el grifo.
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En cuanto a los comercios, registrarán un aumento similar al de las familias. Para el periodo de cinco años, el abonado comercial tendrá que pagar un 29,24% más que ahora, si bien, los precios no experimentarán variación alguna entre 2025 y 2028.
Aquí, el consumo medio está en 24,5 metros cúbicos (casi 10 metros cúbicos más que una vivienda). Aproximadamente la mitad de los 2.852 establecimientos que están abonados a Emalsa están en estos números. En su caso, los empresarios pagarán 67,68 euros más al año que ahora en el periodo entre 2025 y 2028; y, en 2029, 83,76 euros más que en la actualidad.
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Pero, sin duda, los establecimientos hoteleros y las viviendas vacacionales –que ya no pasarán como domicilios familiares- serán los que experimenten mayores crecimientos.
Aquí las viviendas vacacionales van a empezar a pagar como establecimientos turísticos. Eso explica su fuerte incremento, que oscila, para un consumo medio, entre el 102% y el 138% al final del periodo de aplicación de las nuevas tarifas. Esto supone que sus dueños deberán pagar alrededor de 400 euros más al año por el agua de lo que están pagando en estos momentos.
Emalsa tiene un total de 1.417 abonados que entran en el perfil de alojamiento turístico. En el caso de los hoteles, el encarecimiento de la factura rondará el 51% para 2029, para un consumo medio y un nivel de ocupación del 80%.
Lógicamente, todos los datos anteriores están fijados en virtud de los consumos medios establecidos para cada uno de los perfiles de abonado. A medida que el gasto de agua aumenta, el precio también se irá disparando como ocurre con las familias.
Con todos estos cambios, así como la introducción de los precios que carga el consumo industrial y el de las empresas que realizan obras, el nivel de ingresos de Emalsa quedará como sigue: por abastecimiento de agua potable, las nuevas tarifas reportarán alrededor de 36,8 millones de euros anuales, una cifra que supone un descenso del 2,4% respecto a las cifras actuales; por el nuevo concepto de alcantarillado se obtendrán unos 8,9 millones de euros; y por la depuración se alcanzarían los 15 millones de euros, más del doble que en la actualidad.
Si a eso se suma el canon de sostenibilidad, de aplicación en 2029, más las tarifas por otros servicios, los ingresos tarifarios de Emalsa pasarán de 45,43 millones de euros en 2023 a 65,34 millones de euros en 2029 (+43,8%).
¿Pero por qué hay que subir los precios? El expediente que impulsa el Ayuntamiento ofrece varias razones para justificar el impulso al nuevo cuadro tarifario: en primer lugar, por la aplicación de las directivas europeas que tratan de concienciar del coste de los servicios y evitar el despilfarro; en segundo lugar, para superar un cuadro de precios obsoleto que no diferencia de manera adecuada los tipos de usuarios y, por tanto, no fomenta el consumo responsable; en tercer lugar porque no contempla el bono social del agua, como sí se hará a partir de ahora; y, por último, para favorecer el equilibrio económico-financiero de la prestación del servicio.
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