Los pocos agricultores que quedan activos en el pueblo aldeano sufren baches como trincheras en el tramo de la GC-205 que más usan | El Ayuntamiento dice que está a punto de licitar las obras por 342.000 euros
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Opciones para compartir
Los coches de los últimos agricultores profesionales de Tasarte parecen tartanas tiradas por caballos. Combinan el ordenador de a bordo, los elevalunas eléctricos y el aire acondicionado, innovaciones tecnológicas casi de serie en los automóviles del siglo XXI, con el soniquete desordenado de sus piezas aparentemente destartaladas. Es un hilo musical producto de años de agitaciones y saltos por baches como trincheras, que son los que salpican el tramo que queda por reasfaltar en la calzada que une este pueblo con su playa.
La GC-205, que es como figura en los mapas oficiales de carreteras, goza de buena salud desde el cruce con la GC-200 y la zona donde se ubica la sede central de la cooperativa Coparlita. También presenta buenas condiciones en la parte que más cerca está de la playa, su mayor atractivo de cara a turistas y a visitantes locales.
Pero justo el tramo que queda entre el punto donde está el llamado barranco de las Eras y las primeras casas vacacionales antes de llegar al mar se parece más bien a un camino de cabras. Casualidad o no, es el tramo que más usan los agricultores profesionales de Tasarte, una losa más que se suma a la pesada carga de obstáculos que tanto les dificulta su necesaria labor.
En este pueblo aldeano residen poco más de 500 personas (505, según las últimas cifras oficiales del INE, de 2023), pero agricultores profesionales son bastante menos. Se pueden contar con los dedos de una mano. Son los últimos de Tasarte, los últimos que resisten, a duras penas, en un sector tocado y casi hundido en este pueblo aldeano. Merecerían una alfombra roja de facilidades, pero por ahora, y ya llevan años, solo les regalan palabras. Cuando no, displicencia.
Y ya están hartos. Quieren soluciones a sus necesidades, en la misma medida en que se le dan al resto de ciudadanos, que como ellos, pagan sus impuestos. «¿Tan difícil es que junten 300.000 euros para asfaltar este tramo que falta?», se pregunta, en voz alta, Justo Ramírez, el presidente de la cooperativa Coparlita, que tiene sede en Tasarte y que agoniza entre un mar de dificultades.
«Los que trabajamos aquí no damos abasto para cambiar amortiguadores y las gomas de los coches», se queja con amargura mientras señala, y enumera, los agujeros que le torpedean su tránsito a las distintas fincas que atiende en el tramo bajo del cauce.
Con todo, ese tramo abandonado de la GC-205, que es competencia del Ayuntamiento, parece suelo de mármol de Carrara si se le compara con los caminos agrícolas que cruzan el barranco de Tasarte y llegan, en sinuosos y empinados trazados, a las explotaciones más alejadas. Para estas vías el Cabildo dispone de un programa de inversión.
Entre las más usadas, y entre las que peor estado presenta, se halla la del Pino Cortado, que atraviesa el barranco y asciende por la ladera norte de esta imponente depresión erosiva de La Aldea. Por ella, el coche no circula. Salta. «Se agarran a que es un camino privado, pero es que antes de las elecciones nos aseguraron que eso tendría remedio, que buscarían la manera de arreglarlo». ¿Qué ha pasado en este tiempo? Nada. O sí, ironiza Ramírez, que ya no hay elecciones a la vista.
Este veterano agricultor, que acumula callos de pelea en el sector, no tiene queja del trato personal que les dispensan los representantes de las instituciones a las que reclama soluciones, tanto el Ayuntamiento como el Cabildo, pero advierte de que ya con eso no basta. No a estas alturas, con Coparlita en estado casi agónico y con las últimas grandes fincas de Tasarte a un paso de convertiste en secarrales.
El alcalde de La Aldea, Víctor Hernández, entiende la desesperación de Ramírez y del resto de los agricultores, pero asegura que su gobierno, con poco más de un año de mandato, no solo los ha tenido presentes, sino que tiene encaminada y ultima la solución.
«Ya está en trámites de licitación el reasfaltado de ese tramo, para el que tenemos presupuestada una inversión de 342.000 euros que nos ha llegado gracias a los fondos Next Generation destinados a infraestructuras turísticas», explica Hernández. Ese tramo forma parte de la vía, la GC-205, que lleva hasta la playa, un destino que La Aldea quiere potenciar de cara al turismo, aunque con criterios de sostenibilidad. Con ese objetivo de fondo, ya la han dotado de solarium, un pequeño sendero y bancos. Según sus previsiones, en unos meses toda la carretera de Tasarte estará en las condiciones que reclama Ramírez.
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.