Zeltia, desahuciada en Corralejo:«No tengo dónde ir, ni yo, ni mi hija menor»
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Servicios Sociales del Ayuntamiento de La Oliva y el Icavi acreditaron la vulnerabilidad económica de la familia, pero no paró el desalojoNecesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
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El colchón, la nevera, los perros y la ropa en bolsas fuera de su casa de alquiler en Corralejo indican que Zeltia no tiene un hogar para ella y para su hija menor de edad. A mediodía de este miércoles, se ejecutó la orden judicial de desahucio, a pesar de haber solicitado en repetidas ocasiones la suspensión del desalojo en base a su situación de vulnerabilidad económica y social, acreditada por el Instituto Canario de la Vivienda (Icavi) y los Servicios Sociales del Ayuntamiento de La Oliva.
Zeltia Fuentes Márquez, mientras espera la autoridad judicial que ejecute la sentencia de desahucio esta mañana en Ciudad Jardín, resume su situación de sin hogar en pocas palabras. «Vivo de una ayuda de 802,17 euros y los alquileres en Corralejo, en el municipio de La Oliva, no bajan de los 1.500 euros. Con esos precios, no tengo dónde ir: ni yo, ni mi hija de 16 años».
Es la tercera orden de desalojo del dúplex donde residía desde hace doce años, los mismos que lleva residiendo en Fuerteventura. En medio y precisamente por su condición de vulnerabilidad, ha conseguido que Visocan le dé una vivienda de protección oficial en Corralejo, pero todavía no está rehabilitada. «Me la entregan en dos meses, menos, en un mes, por eso había pedido al Juzgado que aplazara el desahucio hasta poder entrar con mi hija en la nueva casa».
Es la misma petición que expresó su abogada Alicia Porven. «Con dos acreditaciones de situación de vulnerabilidad económica, Zeltia y su hija no se pueden quedar en la calle».
Zeltia está en paro y cobra una ayuda que no le da para pagar los alquileres actuales de Corralejo. «Ni los que trabajan pueden pagar lo que cuesta una casa hoy en día aquí. Y eso se ha contagiado a Villaverde, La Oliva. Un poco más arriba, una persona vive en su coche».
No sólo los precios: la viviendas vacacionales van comiéndose los alquileres de larga duración. Sin ir más lejos, frente al dúplex de Zeltia lo proclama otra vivienda. En frente, no tiene el cartel, pero funciona como tal. «Todo está vacacional. La mayoría de propietarios es un ciudadano extranjero que vive escasos meses en Fuerteventura. Corralejo es una locura: la gente viene y va».
Antes del desahucio de este miércoles, esta madre tenía la certeza de que «voy a terminar en la calle» hasta que le den la vivienda de Visocan que precisamente propició el segundo aplazamiento de la orden de desalojo. Al mismo tiempo, y hasta minutos antes de que apareciera la autoridad judicial para hacerla efectiva, Zeltia tenía también la esperanza de que suspendiera por tercera vez y por tanto no había sacado sus enseres de doce años de la casa, lo que tuvo que hacer deprisa. «Ya no me quedan ni lágrimas de tantos nervios».
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