Borrar
Directo El Parlamento acoge la presentación del informe sobre el estado de la pobreza en las islas
Cuándo es el momento de salir corriendo a urgencias por una gastroenteritis

Cuándo es el momento de salir corriendo a urgencias por una gastroenteritis

Estos son los síntomas a los que debes estar muy atento para evitar las complicaciones asociadas a esta inflamación estomacal y cómo tratarla para que no empeore

Sábado, 28 de septiembre 2024

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Opciones para compartir

La gastroenteritis es una de las infecciones estomacales más frecuentes, sobre todo entre los más pequeños. Aunque la mayoría son de origen vírico (norovirus, rotavirus...) y no revisten mayor gravedad, los síntomas (diarrea, vómitos, dolor abdominal, fiebre...) resultan muy incapacitantes y en los casos más graves pueden incluso requerir de unos días de hospitalización. Por eso es importante aprender a diferenciar cuando nos encontramos ante un episodio que podemos tratar en casa o tenemos que salir corriendo a urgencias.

«La gastroenteritis aguda se caracteriza por una inflamación del tracto gastrointestinal y suele durar menos de dos semanas. Si la diarrea es leve, sin apenas fiebre ni signos de deshidratación se puede manejar sin mayores dificultades con un poco de reposo, una buena hidratación oral y evitando alimentos que irriten e inflamen todavía más el intestino. Sin embargo, si los síntomas empeoran con el paso del tiempo, sientes mucha debilidad y tu cuerpo no puede retener líquidos, debes acudir a un médico», aconseja la doctora Pilar Esteban, especialista en Aparato Digestivo del hospital Morales Meseguer (Murcia).

Lactantes, niños pequeños, personas mayores, embarazadas y pacientes inmunodeprimidos son los grupos con mayor riesgo de sufrir complicaciones derivadas de una gastroenteritis, «por lo que resulta fundamental actuar rápidamente ante los primeros signos de la enfermedad».

Signos de deshidratación

¿Cuándo debemos preocuparnos? La experta en microbiota intestinal, nutrición clínica y prevención del cáncer digestivo recomienda prestar especial atención a varios síntomas clave. «Si tienes más de tres deposiciones líquidas en un día ya podemos decir que padeces una diarrea. Y en estos casos lo más importante es vigilar los signos de deshidratación, que puede ser leve, moderada o grave. Para identificarla, fíjate en si tienes la boca y la lengua muy secas, los ojos hundidos, en si la piel tarda en volver a su lugar cuando la pellizcas o la orina es escasa o muy oscura», enumera la doctora Esteban.

En el caso de los lactantes menores de un año, el grupo de riesgo más vulnerable a una infección estomacal porque se deshidratan muy rápido, acude a urgencias «si observas que el bebé hace cacas más de diez veces en un día, está decaído, rechaza las tomas y su llanto es débil», aconseja la pediatra Lucía Galán. También nos tiene que llamar la atención que llore sin lágrimas o que apenas haga pis en todo el día. «Si el niño se alimenta con lactancia materna, continúa con ella a demanda».

Beber sin vomitar

La capacidad para ingerir algún tipo de líquido es otro aspecto que debemos tener en cuenta para valorar la gravedad de la situación. «Si puedes beber un poco de agua sin devolverla es una buena señal. Pero si no eres capaz de retenerla y los vómitos son constantes empieza a preocuparte y consulta con un médico», coinciden las especialistas.

Fiebre y dolor abdominal

Tener un poco de fiebre durante una gastroenteritis entra dentro de los síntomas que se consideran normales, «pero si el termómetro sube por encima de los 38,5 grados o sientes un dolor abdominal intenso también es aconsejable que acudas a un centro sanitario para que valoren tu estado».

Sangre en las heces

La duración de los síntomas es otra de las claves que determinan si se trata de un cuadro más o menos grave. Una diarrea no suele prolongarse más de dos o tres días en su fase aguda, algo más en el caso de los niños. «De manera que si las deposiciones líquidas no cesan con el paso del tiempo, la cosa no pinta bien. Si además observamos sangre en la heces o en los vómitos, podríamos estar hablando de una infección más seria que necesita de tratamiento médico», aclara la doctora Pilar Esteban.

Mal estado general

La especialista en Aparato Digestivo aconseja que evaluemos nuestros estado general. «Si estás débil, muy cansado o incluso te cuesta mantenerte despierto puede ser síntoma de una deshidratación severa o de una infección más grave».

Qué puedo comer

Pese a que la gastroenteritis es una enfermedad bastante común, su tratamiento todavía sigue rodeado de falsas creencias que se van perpetuando de generación en generación y que no ayudan en nada a mejorar la recuperación de la persona que la padece. Por ejemplo, ni las bebidas isotónicas recomponen el cuerpo ni hay que comer únicamente arroz hervido durante una semana. La doctora Pilar Esteban, especialista en Aparato Digestivo, explica con ejemplos prácticos qué dieta debemos seguir cuando tenemos diarrea.

FASE 1: Hidratación y líquidos claros

Durante las primeras 24-48 horas de la enfermedad, lo fundamental es mantener una buena hidratación. «Se debe evitar la ingesta de alimentos sólidos y centrarse en tomar líquidos claros que reemplacen los líquidos y electrolitos perdidos con la diarrea». En este sentido, la rehidratación oral es la medida más importante. «El suero que se vende en las farmacias es lo más efectivo por su combinación perfecta de sodio, potasio, cloro y glucosa, lo que facilita la absorción de agua y electrolitos en el intestino. Una alternativa más económica a la fórmula comercial es preparar nosotros mismos una solución de rehidratación oral en casa. Para ello necesitaremos un litro de agua, 6 cucharaditas de azúcar, media cucharadita de sal, el jugo de dos limones y un poco de caldo de pollo o pescado sin grasa».

Otras bebidas que se pueden tomar en la fase aguda de la gastroenteritos son agua de arroz o infusiones como manzanilla o melisa, pero siempre sin azúcar.

FASE 2: Alimentos blandos y fáciles de digerir

A medida que los síntomas de la diarrea mejoran y podemos retener líquidos sin vomitar, se pueden empezar a introducir alimentos blandos y fáciles de digerir. «La cantidad debe ser pequeña al inicio y se va aumentando según la tolerancia del paciente», aclara la doctora Esteban. En este caso, el arroz blanco es uno de los alimentos más recomendados debido a su fácil digestión y su capacidad para absorber líquidos en el intestino, pero no es lo único que se puede comer. También podemos tomar pan blanco tostado con fermentos de masa madre –su textura seca y suave es fácil de digerir y no irrita el estómago–; plátano –su alto contenido en potasio ayuda a reemplazar los electrolitos perdidos–; puré de patata sin leche ni mantequilla –buena fuentes de carbohidratos blandos–; zanahoria cocida –rica en pectina que ayuda a absorber el exceso de líquidos–; y manzana cocida o rallada sin piel y sin azúcar –ayuda a solidificar las heces y calma el intestino–.

FASE 3: Pollo sin piel, pescado cocido, yogur natural...

Una vez que los síntomas han mejorado significativamente y comenzamos a recuperar el apetito ya es posible añadir fuentes ligeras de proteínas y otros alimentos suaves como, por ejemplo, pollo hervido o a la plancha sin piel. «Esta carne es una excelente fuente de proteínas y, además, es fácil de digerir si se cocina sin grasa ni condimentos fuertes.

El pescado blanco cocido o al vapor (merluza, rodaballo, lenguado...) también es una muy buena opción porque proporciona proteínas de alta calidad sin sobrecargar el sistema digestivo. También se puede tomar yogur natural o kéfir sin edulcorar. En este caso, los probióticos pueden ayudar a restaurar la microbiota instestinal afectada por la diarrea. Es importante que no lleven azúcar ni aditivos y que contengan cultivos vivos».

FASE 4: Frutas sin cáscara, pasta, avena cocida...

Cuando los síntomas de las gstroenteritis desaparecen completamente se pueden introducir nuevos alimentos en la dieta, «siempre que los toleremos bien», advierte la experta en microbiota intestinal, nutrición clínica y prevención del cáncer digestivo.

En esta cuarta y última fase de la enfermedad, «en la que debemos evitar en todo momento el uso innecesario de antidiarreicos como la loperamida a menos que sean recetados por un médico», además del plátano también se pueden tomar frutas blandas y sin cáscara como el melón o la pera. Arroz, pasta o fideos cocidos de manera sencilla, sin salsas pesadas ni condimentos fuertes, también son una buena fuente de carbohidratos para este momento. Se puede empezar a introducir en la dieta la avena cocida, que es rica en fibra soluble y ayuda a normalizar el tránsito intestinal. Para evitar el contagio de la enfermedad es muy importante lavarse las manos con frecuencia y evitar la manipulación de alimentos.

Qué alimentos debo evitar

1. Lácteos y derivados (excepto el yogur natural)

–Leche, quesos y cremas: es habitual que el intestino tenga una menor capacidad para digerir la lactosa. Si la tomamos puede empeorar la diarrea y generar más gases.

–Helados y otros productos lácteos: resultan difíciles de digerir.

2. Ricos en fibra soluble

–Verduras crudas: lechuga, espinaca, col, brócoli y coliflor.

–Legumbres: garbanzos, lentejas, alubias y la soja empeoran la enfermedad.

–Cereales integrales: son difíciles de digerir y aumentan la frecuencia de las deposiciones.

3. Alimentos grasos

–Fritos: patatas fritas, pollo frito, empanadas...

–Carnes grasas: el cerdo, el tocino o los embutidos empeoran los síntomas.

–Mantequilla, margarina y mayonesa: irritan el tracto digestivo.

4. Ricos en azúcares simples

–Refrescos y bebidas azucaradas: al contrario de lo que se piensa, no son nada recomendables.

–Zumos: aunque los naturales pueden parecer una opción saludable, tampoco lo son.

–Dulces y postres: galletas, pasteles, chocolates, bollería...

5. Frutas ácidas o cítricas

–Naranjas, limones, mandarinas, kiwis y pomelos: irritan el revestimiento del estómago y del intestino y agrava la infamación.

6. Bebidas con cafeína

–Café y té: incluso las versiones descafeinadas aumentan la diarrea.

–Bebidas energéticas: son ricas en cafeína y azúcar.

7. Bebidas carbonatadas

–Refrescos de cola: deben evitarse aunque sean sin azúcar.

8. Picante

–Pimienta, ajo o especias fuertes: provacan más molestias al inflamar el intestino.

–Salsa picantes y comida especiada: debe eviatarse por completo

9. Alcohol

–Vino, cerveza, licores: empeora la diarrea y los vómitos y deshidrata aún más el cuerpo.

10. Fermentos y crudos

–Verduras fermentadas: el chucrut, el kimchi o la kombucha son muy difíciles de digerir durante una gastroenteritis.

–Pescado y mariscos crudos: alimentos como el sushi podrían contener bacterias que empeorarían la infección instestinal.

11. Huevos

–Crudos o poco cocidos: pueden contener salmonella. Evita huevos pasados por agua o mal cocidos.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios