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Rosa Delia Pérez, en la redacción de CANARIAS7. Juan Carlos Alonso
Día Mundial contra el Cáncer de Mama

Rosa Delia Pérez: «Al día siguiente de la mamografía, me estaban llamando del hospital Materno»

Esta mujer emprendedora relata su experiencia con una enfermedad que de forma errónea se liga a la muerte

Carmen Delia Aranda

Las Palmas de Gran Canaria

Viernes, 18 de octubre 2024

Rosa Delia Pérez Galván tuvo un punto de inflexión en su vida hace dos años, cuando le diagnosticaron un cáncer de mama. Su experiencia le ha enseñado que la enfermedad, que todo el mundo por pura inercia vincula a la muerte, no es siempre tan cruel y que, además, le ha enseñado el camino para vivir de una forma más intensa y relajada, con un marcado límite entre lo trivial y lo esencial.

«Llevo dos cumpleaños», relata risueña esta vecina de Arinaga. Su diagnóstico le llegó tras una revisión. «Fui a Telde, al CAE. Me hicieron una mamografía. Me dijeron, si no tienes nada, pues nada; pero si ven algo, te llaman. Al día siguiente me estaban llamando del hospital Insular Materno Infantil».

Esa llamada la recibió en agosto de 2022. A los pocos días, el 16 de septiembre, la estaban operando. «Todo fue muy rápido. Divino todo», dice ahora pasados dos años, cinco sesiones de radioterapia y superadas varias revisiones. Rosa Delia reconoce que puede hablar con esa alegría porque tuvo suerte. Su tumor estaba muy localizado, se extirpó sin generar apenas daños, la radioterapia no fue tan dura como temía y sus revisiones van bien, explica esta mujer de 54 años, contable y quiromasajista, madre de dos hijos y abuela de una niña.

Ahora ve la enfermedad de una manera muy distinta. «El cáncer es un tema tabú que, de toda la vida, se ha identificado con la muerte y no es así», comenta. Y es que en el cáncer de mama no hay nada escrito; menos aún actualmente, cuando cada vez hay más conocimientos y medios para cerrarle el paso.

«Cuando me diagnosticaron, lo primero que les dije a mis hijos fue: tengo cáncer, todas las personas que lo tienen no son iguales y no lo llevan igual. Cada caso es único. No se dediquen a buscar nada en internet. No se vuelvan locos. Yo les iré diciendo lo que me ha dicho el médico», recuerda sobre el momento en que su familia recibió la noticia que ella, en un primer momento, metabolizó con un mar de lágrimas. «Me dio el diagnóstico con otras palabras y le pregunté, ¿tengo cáncer? Me dijo que sí y me eché a llorar. En ese momento pasan por la mente un montón de cosas: cómo se lo dices a tu familia, si te morirás o no... Y es que todo lo que has oído del cáncer es desalentador», reconoce sobre aquel día marcado por un miedo que luego desapareció.

COMUNICACIÓN CLARA

«Les dije a mis hijos: Tengo cáncer. Cada caso es único. No se vuelvan locos. No busquen en internet»

Ella se agarró a las palabras del médico cuando le dio el diagnóstico. «Se te va a operar. Vas a recibir tratamiento. Y después se irá viendo. Va a ser sencillito». Confió y su pronóstico se cumplió.

La cirujana que la operó también insistió en la misma idea. «Tienes que tener la mente positiva. De esto se sale. No se tiene por qué morir nadie. No se te tiene por qué quitar todo. Todos los casos son diferentes», rememora con gratitud.

Tampoco la radioterapia fue como la había imaginado. «Tenemos una visión de todo muy negativa, todo mal, todo mal... No es así. Hay gente a la que le dieron radioterapia y quimioterapia y tienen vómitos y mal sabor de boca, pero después se encontraban bien y el proceso fue bien. Al final, no es tan grave ni malo. Depende de cómo esté el paciente, del tipo de cáncer, del tipo de persona y cómo se lo tome, de la familia que tenga...», asegura.

Para sobrellevar todo el proceso, Rosa Delia recibió terapia psicológica en la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). «Tienen allí unos especialistas súper buenos: gente joven, preparada, que te ayuda, que te da las herramientas necesarias para salir para adelante y para ir caminando en este proceso, que te puede ayudar muchísimo. El servicio es gratuito. Y después tienes varios talleres, un montón de cursos y de cosas que puedes hacer para ir sobrellevando esto como mejor puedas», comenta sobre el apoyo de la AECC.

NUEVAS MANERAS

«Tomas conciencia de cosas que antes no veías porque vivías como un robot autómata»

Testimonio

Rosa Delia confiesa que solo contó su enfermedad a su familia y a sus amistades más cercanas, ahora habla abiertamente de su proceso porque tiene la certeza de que su testimonio puede ser útil para quienes reciban el mismo diagnóstico en estos días o en el futuro. «Yo puedo poner un poquito de luz. Decir, mira, no todo es negro. Hay luz al final del túnel. Si con eso puedo ayudar, pues genial», reconoce.

Ahora, tras su experiencia, se toma la vida de otra forma. «Es un antes y un después». No solo ha aprendido a escuchar su cuerpo, sino a buscar tiempo para sí misma. Dice que ahora se enfada menos, que no pierde el tiempo comiéndose el coco por cosas que están fuera de su alcance, que tampoco se preocupa mucho si las cosas no salen como quiere. De hecho, tras superar la enfermedad, ha buscado un trabajo de media jornada que le permite tener tiempo para disfrutar de la familia y de lo que le apetece. Se ha apuntado a pintura y clases de baile. «De repente ves qué es importante y qué no, qué es lo urgente y lo que no. Tomas conciencia de cosas que antes no veías porque vivías como un robot autómata, sin pararte para ver dónde estás», asevera.

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