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Imagen de archivo de las lluvias torrenciales en Gran Canaria en 2005. C7
Canarias debe «reorganizar las ciudades para mitigar eventos extremos» como la DANA mortal

Canarias debe «reorganizar las ciudades para mitigar eventos extremos» como la DANA mortal

El aumento de la temperatura del mar y la cercanía de fenómenos tropicales a las islas son los peligros que acechan al archipiélago, advierte el científico Abel López

Luisa del Rosario

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 30 de octubre 2024

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Canarias junto al sureste español «son los territorios más vulnerables» a los impactos del cambio climático. Son los «espacios donde más severidad tendrán estos eventos extremos» como el que ha ocurrido enla península, donde el paso de una potente DANA ha dejado más de un centenar de muertos y decenas de desaparecidos. «La gran diferencia es que es muy complicado que en las islas se de una Dana de tal magnitud», explica el profesor de la Universidad de La Laguna (ULL) Abel López, experto en adaptación al cambio climático. Con todo, es necesario «reorganizar las ciudades» de las islas para convivir y amortiguar los fenómenos extremos», añade.

Lluvias torrenciales en las islas en 2002

Lo que ha pasado en el este peninsular hay que achacarlo especialmente a que «están al lado de un mar muy muy cálido, que se convierte en un reservorio y fuente de humedad», explica el científico. Es como si ese mar hiciera de combustible. En las islas, en cambio, continúa López, «tenemos nuestra maravillosa corriente fría y esos procesos son más limitados». Aún así, el 31 de marzo de 2002 Canarias vivió un fenómeno «muy similar con aire muy frío en altura que se combina con aguas más cálidas y originan precipitaciones muy cuantiosas».

«En un mundo más cálido estos eventos serán más frecuentes e intensos», advierte el científico. En las islas, si el mar «está cada vez más cálido» pueden pasar fenómenos similares. «Es un rasgo de nuestro clima y los episodios de inundación sí van a aumentar su frecuencia». Si colapsa la Corriente Circular Atlántica (AMOC) nuestras aguas serán más cálidas y aumentarán este tipo de eventos y también tenemos que los de fenómenos tropicales se están aproximando más a nuestro sector», recuerda. «Estamos en un mundo de transición entre el templado y el tropical», explica en científico en relación a la posición geográfica de las islas.

El problema de Canarias es que aunque no hay ríos «tenemos barrancos que son cauces seco que cogen la lluvia en la cabecera y discurren como auténticas avenidas y aunque algunos están al descubierto, muchos de estos barrancos los hemos pasado por debajo de las ciudades. Nuestro problema es que hemos construido nuestras ciudades sin tener en cuenta los criterios de riesgo, lo hemos hecho a espaldas a esa cuestión, a las escorrentías. Cada calle se puede comportar como un pequeño barranco. Ese es nuestro principal déficit, reorganizar las ciudades para convivir y amortiguar los eventos extremos por el cambio climático», abunda.

Para Abel López queda «mucho camino por recorrer» sobre cómo actuar ante estos fenómenos extremos. «Si hiciéramos una encuesta sobre cómo actuar en un terremoto, un incendio o una dana muy poca gente sabría de ahí la importancia de la preparación, de la formación a la población. No hay otra forma de reducir el riesgo que conociendo qué hacer en caso de que se produzcan estos fenómenos y detectar los puntos más conflictivos del territorio para trabajar en esos puntos negros e integrar la variable de riesgo en la planificación urbana. Mas aún -continúa- hay que seguir trabajando porque la memoria es muy corta. Si los eventos no se producen en un largo período de tiempo se olvidan. No cada año tenemos una inundación en Santa Cruz de Tenerife, y se olvidan los problemas que tiene la ciudad», lamenta. El científico recuerda que hay lugares en los que se está optando «por buscar alternativas habitacionales u otras fórmulas precisamente para reducir los riesgos en esos puntos negros».

La Aemet acertó, pero «hay miedo a que no pase nada»

La previsión meteorológica «acertó» asegura el científico Abel López, «decretó los sistemas de avisos. Son las autoridades las que después señalan los niveles de alerta y qué actividades se pueden seguir desarrollando». Desde «las distancia», dice el experto, «y el problema lo hemos vivido aquí con los episodios históricos de calima en 2020, es que hay miedo a que después no pase nada, pero lo más seguro para la población es quedarse en casa», advierte.

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