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El dirigente del Partido Socialista de Euskadi, Eneko Andueza. Cober

Eneko Andueza, líder del PSE y portavoz socialista en el Parlamento vasco

«Es difícil bajar la crispación si la derecha está tirada en manos de la ultraderecha»

El líder de los socialistas vascos participó este jueves en la Escuela de Invierno organizada por el PSOE de Gran Canaria para abordar el nuevo modelo territorial

B. Hernández

Las Palmas de Gran Canaria

Viernes, 31 de enero 2025, 10:24

–Euskadi y Canarias comparten ser frontera del fenómeno migratorio en España. ¿Qué dificultades encuentran a la hora de gestionar esta situación y cómo ve la imposibilidad de un acuerdo para la derivación de menores?

–A pesar de la distancia geográfica, compartimos una situación que debe ser compartida también por el resto de España. El Gobierno vasco, y la parte que corresponde al Partido Socialista, trabaja de forma muy intensa con el Gobierno de España para encontrar una solución a un fenómeno que especialmente acuciante para Canarias y Euskadi, pero que requiere de la solidaridad y el compromiso del resto de comunidades. Es una cuestión, en primer lugar, humanitaria y, en segundo lugar, de solidaridad. E insisto, es una responsabilidad compartida, aunque estamos viendo que las autonomías del PP no están correspondiendo como se debe, a la vista de la respuesta a la propuesta que se está haciendo.

–¿Y en cuanto a recursos?

–La cuestión económica nos diferencia con Canarias porque contamos con el concierto económico que regula la relación financiera entre el País Vasco y el Gobierno de España. Yo sé de la implicación del Estado para que todas las comunidades cuenten con los recursos necesarios para responder a esta situación, pero algunas hacen dejación de funciones con el objetivo único de hacer daño al Ejecutivo de Pedro Sánchez, cuando realmente a quien se deja de lado es a las personas que llegan para buscar un futuro mejor. Recursos no faltan y voluntad política por parte del Gobierno de España y de algunas comunidades, tampoco. Lo que falta es voluntad y compromiso del PP.

–¿En el escenario actual ve viable hacer política? ¿Alguien está pensando en la ciudadanía? ¿Se puede rebajar la crispación?

–Es muy difícil bajar la crispación cuando la derecha está tirada en manos de la ultraderecha y lo que pretende, en cada una de sus acciones, es dañar al Gobierno de España sin importarle en absoluto la gente. El ejemplo más palpable de esa estrategia del PP es lo que sucedió con el decreto ómnibus. Yo creo que se le terminó de caer la careta a un PP que ha demostrado muy poco sentido de Estado y de la responsabilidad y ha dejado en la estacada a millones de personas con el único objetivo de dañar al Gobierno. Esa estrategia se le ha vuelto en contra, porque cuando solo se persigue el poder, se cometen grandes errores y eso es lo que le ha pasado al PP.

–¿Hay autocrítica en el PSOE por cómo se llevó a cabo esa negociación de cara al decreto ómnibus?

–El PSOE siempre aplica el diálogo y la búsqueda de consenso como fórmula indispensable para sacar la legislatura adelante y seguir avanzando y aprobando medidas sociales. Dentro de esa pedagogía surgen momentos de tensión, pero también hay partidos que han intentado tensar la cuerda y se han dado cuenta de que con su estrategia poco o nada iban a conseguir.

–Habla de Junts

–Sí, y tengo la sensación de que han reconocido ese error con la decisión de aprobar el decreto y rebajando unas exigencias que acercan al Gobierno con los partidos que lo apoyan. Pedagogía, diálogo y voluntad de acuerdo siempre hay, aunque surgirán momentos de crisis. Pero eso no va a ser obstáculo para que la legislatura continúe e incluso se sigan negociando unos presupuestos. La estrategia de llevar las cosas al extremo no beneficia a nadie y la búsqueda de consenso está en el ADN del Partido Socialista.

–Vino a hablar con sus compañeros socialistas de Gran Canaria sobre el nuevo modelo territorial, un asunto que ha quedado diluido con el debate en torno a la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica.

–Es una cuestión que el presidente puso sobre la mesa en la sesión de investidura porque entendió desde el primer momento que la financiación autonómica y el modelo territorial tienen que ser revisados. Desde que se aprobó, en 1978, España ha cambiado las comunidades también, han cambiado sus circunstancias y necesidades. Y para atender esa nueva realidad hace falta una nueva financiación. Pero para cambiar el modelo es preciso otro gran partido, y al PP no lo veo con voluntad para afrontar un debate tan trascendental como este. Para abordar la financiación autonómica hace falta sentido de Estado y responsabilidad, pero el PP está dejando a las claras que no lo tiene. Por eso, en este momento, veo muy difícil afrontar este debate.

–No solo el PP no lo ha entendido. Es complicada esa ecuación que plantea el Gobierno de negociación bilateral y multilateral

–España tiene realidades distintas y singularidades, pero también objetivos comunes. Esas singularidades enriquecen a nuestro país como plural y diverso y abrir este debate no perjudica a nadie. Pero el PP se ha echado en manos de la ultraderecha y abraza unas tesis recentralizadoras que empiezan a estar muy lejos de la España de las autonomías.

–En cualquier caso, a los vascos no les afecta

–Nosotros tenemos un concierto económico que recoge la relación financiera entre los gobiernos de España y Euskadi, que aporta a través de su cupo una cantidad en función de los servicios y transferencias que aún no se han materializado y están en manos de España. El concierto también es solidario y aporta al Estado para gastos comunes. Pero a diferencia de lo que algunos han dicho, con el malvado intento de demonizar nuestro sistema de financiación, tiene grandes riesgos, porque cuando fallan las previsiones económicas y la recaudación cae, ese déficit se lo come la comunidad autónoma.

–Gobiernan con el PNV en Madrid y en Euskadi. ¿Como les afectan las tensiones del Congreso?

–Sabemos diferenciar perfectamente la relación que puede tener el PSOE con el PNV en cuestiones puntuales. Las tensiones que pueden surgir en la interlocución con el Gobierno de España o entre los dos partidos hay que diferenciarla. La relación es buena, fluida y sincera y cuando hemos tenido que discrepar con el PNV lo hemos hecho, porque tenemos voz propia y capacidad para hacernos valer y ser capaces de discrepar con lealtad.

–Usted es el líder del PSE, fue candidato a la Presidencia pero no está en el Gobierno. ¿Como resuelven la bicefalia?

–La tenemos perfectamente resuelta. Cuando alcanzamos un acuerdo de Gobierno con el PNV, tomé la decisión de quedarme fuera porque entendí que así preservábamos nuestro perfil y nuestra capacidad de discrepar . Y también porque el Partido Socialista de Euskadi está en un momento de crecimiento que también requiere de mucha coordinación de todos los gobiernos en los que estamos y de mucha dedicación. Entendimos que mi papel no estaba en el Gobierno, sino liderando al Partido Socialista. Eso no me limita, al contrario, me deja las manos más libres para opinar, actuar, y para ejercer un liderazgo más necesario que nunca en Euskadi.

–¿El palacete de Francia es del PNV o del Gobierno vasco?

–Es del PNV porque así lo dicen los documentos. Lo compró el PNV y fue utilizado por el Gobierno vasco en el exilio y así lo reconocieron los gobiernos de Mariano Rajoy y de Aznar, que fue quien inició los trámites para que ese palacete se devolviera a su legítimo dueño, igual que pasó con tantas casas del pueblo y tantos edificios sindicales. Ahora lo han cuestionado quienes dieron esos primeros pasos para devolverlo. Y le toca al Gobierno del PSOE cumplir con la palabra dada. Lo que me extraña es que el PP ponga el grito en el cielo primero y ahora vaya a aprobar el decreto ley, incluido el palacete, cuando era uno de los mayores impedimentos para aprobar el anterior. Han caído en su propia trampa.

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