
Soy influencer y sé de gastronomía más que tú y que Adriá
Alejandro de la Nuez
Ches y diplomado en Turismo
Martes, 16 de julio 2024, 23:02
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Alejandro de la Nuez
Ches y diplomado en Turismo
Martes, 16 de julio 2024, 23:02
De pequeño, en casa de mi abuela Mamaita, me inventaba unos huevos mole express que consistían en coger una yema de huevo, añadirle azúcar, meterle ... un meneo con varilla y terminar con un 'fisco' de gofio, como dirían los chicharreros.
Si me viera un portugués, me levantaba 'pal' aire.
Los huevos mole no son un postre canario; muy arraigado a nuestra cultura gastronómica, sí, pero no es canario. El último que me comí, me lo trajo, no me gusta decir servir cuando son compañeros, don Luis Ramos, uno de los mejores maitres de Gran Canaria. Es un postre portugués.
Seguramente usted ya lo sabía, o la haya podido ver en las redes... por cierto, hablando de redes...
Quiero hablar de la gente que usando los medios, opina sin saber, mastica más que come y escribe por los ojos antes de terminar de comer.
El otro día, haciendo uso de mi pulgar compulsivo en las redes sociales, tuve la suerte, o no, de encontrarme con un vídeo de un influencer que hablaba de locales de la isla. En concreto, este influencer publicaba una lista de los Top 10 de los mejores restaurantes de cocina canaria de Gran Canaria , y sin faltarle el respeto a todo el trabajo que hacen estos profesionales, me refiero a los que trabajan, no a los que se han subido al carro de opinar sin saber, no considero acertada la lista.
No voy a desgranar cada local que pone en su lista, mejor desgrano la capacidad que tienen 'éstos' de evaluar lo que es la cocina canaria. Porque de verdad, y aquí hilo con el principio, no se puede dar opinión de nada si no se tiene criterio, conocimiento y formación.
Términos como «está buenísimo», «no puedes dejar de pedírtelo», «está brutal», «no dejes de venir» o meter un anuncio de una marca de coche con el que llegamos al local en cuestión, hacen ver que el motivo no es ayudar al negocio de comistraje ni a nuestra cultura, sino al negocio de ellos mismos.
Que no sean capaces de ver si una papa está bien arrugada o «sancochada con sal» ya dice mucho de ellos
Todos los días del mundo, la gente que nos dedicamos a darle un abrazo a las ganas de comer de cualquier fulano que quiera comer recetas de la tierra, y cuando digo abrazo, es un abrazo apretado, nos preocupamos de que el producto sea bueno, las elaboraciones sean correctas, pero, sobretodo, que lo que ofrecemos sea honesto.
A pesar de que puedan estar haciendo un buen trabajo de promoción, la del establecimiento, pero sobretodo la suya, considero que hacen un flaco favor al comensal vendiendo lo que sea con tal de crear contenidos.
Siempre he sido de bochinches y lagares y voy a decir unos cuantos que siempre cumplieron con la cocina tradicional. Por desgracia algunos ya no existen.
Casa Reynaldo: la mejor ropa vieja de la isla y caballas con vinagre
Casa Falcón: garbanzada y fabada; no se podía ir a San Mateo sin parar ahí.
Casa Martel: se me saltan las lágrimas con sus calabacines a la mostaza, pero, lo mejor, sus callos
Casa Paco: Teror, sus montaditos de cerdo, pero, lo mejor, sus churros de pescado.
El Perola: conejo, no se diga más.
Casa Carmelo: Guanarteme, los mejores caracoles de la isla
Bar Dos Amigos: carne de cabra, picantita y con Pepe detrás de la barra.
Podría seguir, pero se me corta la digestión viendo esos vídeos de gente que es influencer y sabe de gastronomia más que tú y que Adriá.
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