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El Chiringuito, duante una de sus famosas noches de verano. C7
Todo el mundo quiere estar en el Chiringuito Tropical de Lanzarote
De ruta

Todo el mundo quiere estar en el Chiringuito Tropical de Lanzarote

El negocio playero dirigido por Luis Benito, al frente desde hace una década, se ha convertido en una parada gastronómica fundamental cada verano

José Luis Reina

Las Palmas de Gran Canaria

Viernes, 16 de agosto 2024, 22:58

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El entorno, en el sur de la isla, es paradisíaco. El susurro del mar combina, o marida, con una experiencia que el anfitrión, Luis Benito, un soñador de Almansa, en Albacete, ha diseñado al milímetro para convertir su humilde concepto de playa en una reputada parada gastronómica, con la visita de múltiples cocineros de prestigio, que acuden a la cita anual de 'Cenas de una noche de verano', desde julio hasta el cierre estelar de septiembre. «Este es un año especial, porque en octubre cumplimos una década desde la apertura. Desde el primer día, el concepto ha girado en torno a los arroces, plato que aprendí a hacer de mi madre, y que forma parte de la identidad del Chiringuito Tropical», apunta el chef, que un día tuvo un sueño y lo acabó llevando a cabo.

Los anfitriones, durante una cena. C7

Ese deseo no era otro que convertir su humilde enclave playero en un destino clave, desde el punto de vista gastronómico, cada verano. «Lo de las cenas de verano es un sueño cumplido. Quería traer a los cocineros amigos, cada verano, para que organizaran una cena con su estilo y propuesta, utilizando el producto local de Lanzarote. El primer año que lo puse en marcha, teníamos unas 27 reservas; el año pasado llegamos a 800». El chef está radiante, porque ese proyecto ahora está más que consolidado, y no son pocos los cocineros de todas partes que desean ir a cocinar allí una noche. «Tenemos cenas para el próximo año que ya están llenas, como la de Pedro Nel. Arrancamos en julio con la primera cita, y en septiembre siempre termina, la última noche, con Germán Blanco».

La materia prima siempre es de excelente calidad. C7

En estas cenas especiales, cada cocinero invitado hace su propio menú, recreando su propio restaurante en el chiringuito de Luis Benito, eso sí, utilizando en la mayor medida posible el producto local de Lanzarote. De hecho, el propio Luis se reserva una de esas noches de verano para elaborar su menú, elaborado a base de productos de La Mancha y de Lanzarote, isla de la que se enamoró hace 17 años. «Me vine a Puerto Calero a cortar jamón, que era mi profesión, y a dar cursos de formación. Ya no me volví a ir. Cuando me ofrecieron coger el chiringuito, empecé yo solo, no tenía ni cocina, hacía las paellas para los amigos y poco a poco fue creciendo. Fue la semilla que ha dado como resultado lo que hoy conocemos».

Aunque ponemos el foco en estas divertidas cenas de verano, lo cierto es que en el Chiringuito Tropical es fiesta todo el año, manteniendo una regularidad y un concepto que ha dado con la tecla del éxito. Su privilegiada ubicación lo convierten en un escenario muy deseado, y la apuesta seria del chef por el producto que tiene a su alrededor es vital para muchos pequeños agricultores de la zona. «El tomate de Tinajo lo regalo, porque si no nos vamos a quedar sin producto bueno. El chaval que me vende los tomates tiene 23 años, y justo estos días me llamó diciendo que no tiene ni agua, es vergonzoso», se queja Luis Benito.

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Aunque lo pillamos en plena elaboración, y con el negocio lleno, él ya tiene la mente puesta en el siguiente gran evento, que celebrará los diez años de vida del chiringuito. «Queremos hacer un homenaje a todos los cocineros que han pasado por aquí, a aquellos que apostaron por el chiringuito cuando no era nada. Ahora quieren venir todos, pero aquí no vienen a ganar dinero, vienen a pasarlo bien. La idea es que el cocinero invitado interactúe con los clientes, explique los platos, etcétera. Todos están haciendo unos menús magníficos, porque vienen a lucirse. La capacidad máxima está en unos 50 comensales, no quiero meter más para no perder esa esencia familiar».

Pedro Nel, durante una de las cenas de verano. C7

Independientemente del cocinero, el precio del menú es el mismo: 55 euros. Una cantidad razonable teniendo en cuenta que se trata de menús de cocineros presentes en la Guía Michelin y la Guía Repsol. Y en la playa, y en agosto. Y con esa magia que sólo puede desprender un chiringuito. No es extraño, por tanto, que ya para el verano de 2025, la cosa esté más que vendida.

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