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Nació en la capital grancanaria y desde siempre ha vivido en su barrio, Vegueta y es ahí donde siempre podremos encontrarle. De firmes convicciones y por bandera trabajar hasta conseguir lo que más le gusta hacer: ver el mundo a través de un objetivo.
Su sensibilidad, única y especial, traspasa cada foto y, aunque año tras año continúa formándose, sobre todo en Barcelona, su mirada la podemos encontrar desde aquellas primeras fotografías, cuando su amigo y diseñador, Pedro Palmas, despertó en él la inquietud por el mundo de la moda.
Una gasa, un tul, una seda o un tafetán cobran vida en cada foto que realiza y la felicidad y la ilusión se traspasan al papel cuando es Ramón quien los mira.
Pero, antes de todo esto, nos cuenta que se formó en Gran Canaria, en la Escuela de Artes y Oficios, y que se especializó por puro empeño en la fotografía, descubriendo por sí mismo a lo que se iba a dedicar el resto de su vida.
Agencias de modelos, como Internacional Up, con Yoya, Mogo y Caroli, diseñadores como Palmas o Muntané y otros muchos, en resumen, padrinos y madrinas como él los llama que confiaban en sus «books», en su sensibilidad, en su flash, en sus disparos, en su carrete y en sus revelados porque, cuando Verdugo empezó, la fotografía digital no se practicaba ni se soñaba con ella.
Todos contribuyeron a formar un trampolín que llevó a Ramón a convertirse en fotógrafo oficial de agencias de modelos o en programas como Moda Cálida, entre otros y puede presumir de haber inmortalizado a modelos de fama internacional. Pero que no se nos escape un detalle: cuando Verdugo habla de sí mismo, baja el tono de su voz llegando casi al susurro porque, aunque su firma esté en fotografías que han dado la vuelta al planeta, él sigue pensando en su jornada del día siguiente, en su vida sencilla, rodeada de los suyos, en seguir aprendiendo y en pasar de puntillas. Porque eso es lo que más le gusta, ser la sombra desenfocada de un proyecto propio para que otros luzcan en su mejor versión.
Su especial sensibilidad a la hora de fotografiar modelos y novias en el taller de Palmas, trajo a su vida otra de las maravillosas coincidencias que ésta le ha regalado; un primer reportaje, a empeño de la novia que se casaba, le llevó convertirse por aquel entonces y hasta hoy, en uno de los fotógrafos especializados en bodas más demandado en el archipiélago. Y no pocos son los que cuentan que, muchas veces, la celebración se ve más bonita a través de sus retratos que en la propia ceremonia vivida.
De cada momento, de cada instante que repasa, de cada tramo del camino andado, guarda una anécdota positiva que le lleva a recordar y a compartir sin esfuerzo quién es y que le gusta ser y hacer. Y precisamente, esa suma de cada una de las cosas que ha vivido nos lleva a descubrir su mirada y su sensibilidad como las herramientas más imprescindibles de su trabajo y es todo esto lo que lo define y lo hace diferente; no es la cámara, son sus ojos, no es lo que ve, sino cómo él lo mira, no es el modelo, sino lo que él toma suyo para compartirlo, generoso, con todo aquel que quiera ver el mundo a través de sus ojos.
Todo ello también le ha llevado a seguirse multiplicando porque no sabe estarse quieto, así que hoy por hoy y también de manera profesional, se dedica a la fotografía industrial y corporativa, continúa, cómo no, con los reportajes de boda, como fotógrafo oficial de Moda Cálida, con proyectos más pequeños realizando «books» o sesiones más íntimas y personales y un gran etcétera porque Ramon es así, capaz de sorprenderse hasta a sí mismo.
Prueba de todo ello, su web y su perfil de RRSS.
Con él y con sus seis sentidos, porque él suma a los básicos su sensibilidad, nos damos un paseo por Gran Canaria para descubrir lo que más le gusta y disfruta, siempre con los suyos y con la mejor de las energías.
Lo cotidiano para él es hacerlo en casa, con un buen batido de frutas del Mercado de Vegueta que habrá seleccionado a su gusto y bajo el criterio indispensable de ser fruta de kilómetro 0. Lo acompaña de una tosta con pan de Miguel Díaz y a empezar el día.
Cuando se le antoja un brunch lo disfruta en Cool Beans, por ese delicioso equilibrio que consiguen entre lo dulce y lo salado.
Para un buen café de mañana, lo tienen claro, en Anticco Caffe es el mejor y el que más le sabe y, para un brunch diferente, le encanta todo lo que elaboran de manera artesanal en La Esquinita de Vegueta.
Lo importante no es nunca cuándo lo disfruta, sino el dónde, el con quién y sobre todo el qué y nos vamos de paseo con Ramón para descubrir que, la sensibilidad en el gusto también la tiene bien desarrollada y afinada.
Dentro de su radio de acción y de la zona que lo vio crecer, Vegueta Triana, encontramos la mayoría de sus locales favoritos. El primero de ellos, Manuela Jimena del que le encantan su bocadillo de calamares y su ensaladilla con gambones y tataki de atún rojo.
Ya en la zona de Triana, será fácil verle disfrutar a mediodía de un menú en el Amaki Sushi, porque le encanta cómo lo hacen todo.
Muy cerquita del anterior, no perdona el mejor cachopo de la ciudad, el de La Dehesa de Triana.
Otro plato y otro local por el que lo encontraremos en este barrio es el ceviche «por la boca vive el pez» de Indio Comido.
Otro de sus platos favoritos lo seguimos encontrando en Triana y ese es la ensalada de bacalao, con sus pipas de girasol de Allende Triana, el único local de esta cadena que lo tiene en su carta.
Un poco más hacia arriba, podremos encontrarle disfrutando de los huevos rotos de mar en Dorotea.
Y, sin salir de su radio de acción, los suspiros por el local y por Marta en Deliciosa Marta, porque aquí, todo lo hacen extraordinariamente delicioso.
A medida que avanzamos en su ruta, nos confiesa que lleva una segunda zona de Gran Canaria en su corazón, y esa, es la Playa de Las Canteras, un bañito y unos champiñones con jamón de jabugo en el histórico Casa Carmelo, son para él pura bendición.
Y nos desvela un secreto, otro de sus planes es sentarse tras el chapuzón en el restaurante El Campesino Las Canteras y disfrutar con un plato de papas fritas, ajitos y perejil.
Su comida favorita, por sabrosa, colorida, equilibrada, sana y deliciosa es la comida libanesa y la disfruta en El Rincón Libanés.
Si salir de la zona, de vez en cuando se concede una vista al Fuji, momento que Ramón considera puro capricho.
Y, como cierre dos locales en la zona puerto: el primero, el Samoa, por su versión de unos chipirones al ajillo y, el segundo, El Churrasco, donde disfruta de los mejores cortes de carne en Gran Canaria.
Si toca salir de la capital, lo tiene claro, el mágico rincón de La Locanda El Roque, un lugar tan único y especial como su dueño, Atilio.
No es de copas ni de trasnochar, es de sobremesas largas en los lugares donde almuerza o cena, aun así, si toca cambiar de local y tomar algo más, lo podremos ver en La Tasca 7 Viejas donde aprovecha y pica algo y es un clásico cada jueves de su vida.
Otro local donde tomarse algo, de manera desenfadada, sin renunciar al sabor y al buen ambiente, es el Sailor´s Bay Bar en el Muelle Deportivo, de donde nos recomienda que, aparte de tomarte lo que más te guste, lo acompañes con alguna de sus pizzas o una parmiggiana de berenjenas.
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Borja Crespo, Leticia Aróstegui, Sara I. Belled, Borja Crespo, Sara I. Belled y Leticia Aróstegui
Isaac Asenjo | Madrid y Álex Sánchez (Gráficos)
Alicia Negre, Raúl Hernández y Sara I. Belled
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