un proyecto con
De vender esmeraldas a hacer vino: así es cómo Carlos Reina ha revolucionado El Molar
Para este empresario colombiano, lo esencial es volver a lo natural. Él es feliz viviendo en el campo, mirando la tierra y viendo cómo se desarrolla un interesante proyecto de producción agrícola denominado El Señor del Camino del Anillo, basado en la saga universal del escritor J.R.R.Tolkien, 'El Señor de los Anillos'
Carlos Reina antes que emprendedor fue un trotamundos. Desde que salió de su Colombia natal no ha parado de hacer kilómetros y cosas. En Alemania empezó y no terminó los estudios de Ingeniería Aeronáutica. Carrera que tenía pensado retomar en la Universidad Politécnica de Madrid, pero que cambió por la de Desarrollo de Software. Ahora, ha puesto su granito de arena para preparar un vino inspirado en la universal saga de "El Señor de los Anillos".
Antes de emprender sus propios negocios, Carlos trabajó para una multinacional. Después de un tiempo como asalariado montó una empresa de tecnología y se fue a vivir a China. Fue una época de mucho trabajo, en la que vendió desde pisos hasta esmeraldas, y muchos viajes. Hubo un año que Carlos recorrió unas 150 mil millas. Él mismo se dijo que tenía que parar, relajarse. Fue ahí cuando se preguntó qué es lo que le gusta.
El campo es lo que siempre le ha gustado a Carlos. Sus tíos y abuelos tienen fincas y él desde pequeño ha estado entre cafetales y ganado. Su afición por dedicarse al vino llegó después. “Si quería dedicarme al vino y empezar un emprendimiento tenía que formarme al respecto”. En Madrid se matriculó en la Escuela de la Vid y estudió Vitivinicultura y Enología y en la misma comunidad autónoma le surgió la posibilidad poner en práctica todo lo aprendido.
Se enteró de que en la localidad madrileña de El Molar, donde se produce vino a granel, había una cooperativa y unas viñas viejas abandonadas. Junto con un compañero de clase las recuperó y rehabilitó el edificio y los depósitos de la cooperativa, además de introducir una serie de cambios a la hora de elaborar el vino. Es ahí cuando arranca su personal proyecto en el que la idea de hacer comunidad es tan importante como la de elaborar un vino de calidad a partir de los recursos que tiene y de la tierra.
Un proyecto que primero tuvo como objetivo la recuperación de unas viñas cincuentenarias para después implementar una manera propia de hacer el vino, a partir de lo antiguo, que no cuesta nada y que mejoran la calidad del vino, cómo puede ser fijarse en las fases lunares, y aprovechando los métodos más modernos de elaboración, como el frío, las fermentaciones a baja temperatura.
“Mi idea es la de aplicar el mínimo de intrusión posible a la hora de elaborar el vino”. Algo que no convenció al principio a los vecinos del pueblo, acostumbrados a trabajar de una manera tradicional y poco dados a introducir cambios. Carlos, por ejemplo, cree que los suelos tienen que regenerarse. “Cambiar esa manera de trabajar me ha costado mucho. Pero la gente se adapta. Cuando lo explicas y ven los resultados se convencen”.
El proyecto tuvo como primer objetivo la recuperación de unas viñas cincuentenarias para después implementar una manera propia de hacer el vino
Al recuperar estas viñas viejas Carlos se ha dado cuenta de que la uva tiene una calidad para hacer vinos de guarda. Vinos que mejoran sus cualidades y valor con el tiempo si se mantienen guardados en óptimas condiciones. El segundo objetivo de su proyecto es dar a conocer esos vinos de guarda de la Sierra Norte de Madrid denostados por su supuesta mala calidad y presentar El Molar como una zona vitivinícola en la que se pueden elaborar vinos de calidad. “Me he dado cuenta de que la calidad del vino viene determinada por la forma de elaboración más que por el lugar y el tipo de suelo”. El Molar y alrededores están incluidos en la cuarta zona de la Denominación de Origen de Vinos de Madrid. “Sumilleres y otros entendidos del vino se han sorprendido de que estemos sacando este tipo de vinos de calidad en esta zona”.
El vino a granel es esencial para la gente del pueblo, por eso Carlos sigue elaborando ese básico, como son las prendas de ropa de color blanco y negro, pero lo hace de tal manera que resulte un producto esencial con una cualidad especial: su impacto en el entorno. Algo que ha conseguido gracias a que las viñas viejas que ha recuperado producen menos de lo que otras variedades, pero de una mayor calidad. El resultado salta a la vista y al paladar: es un vino a granel elaborado a partir de un viñedo de cincuenta años de antigüedad que se ha empezado a hacer su hueco.
Ágil y robusto, para ir a cualquier parte
Para moverse por la Sierra Norte de Madrid como lo tiene que hacer Carlos Reina para llevar a cabo su proyecto vitivinícola en el pueblo de El Molar no vale cualquier coche. Los caminos de tierra y las carreteras de asfalto se alternan por lo que este emprendedor del vino aprovecha al máximo el Dacia Jogger. Un vehículo que ofrece el confort de un SUV y la versatilidad de un familiar, ideal para hacer una escapada en familia o un viaje entre amigos.
El vino es un alimento y como tal a Carlos le gusta mantenerlo y cuanto más asequible mejor será su consumo por parte de los clientes. Sus clientes de vino a granel lo compran no como un lujo, sino como un alimento básico de su día a día, igual que compran el pan, la leche y los huevos. “Para mí es importante poder seguir vendiendo a la gente del pueblo vino a granel, que es el vino que han bebido siempre, pero con un poco más de calidad”. Carlos controla la fermentación porque todos sus vinos son elaborados con levaduras indígenas, lo que supone que son fermentaciones espontáneas. No siembran ningún tipo de levaduras para preservar los terrenos y el terruño para así sentir que se está catando un vino de una zona particular.
Una zona y unas gentes con las que Carlos está haciendo comunidad y fomentando una economía circular de la que, además de beneficiarse varios negocios, fomenta la actividad y genera un trabajo regular. La sinergia creada a partir del vino hace que El Molar se posicione como destino enoturístico. “Mi vino de más alta calidad hace parte de un proyecto de la zona denominado El Señor del Camino del Anillo, basado en la saga 'El Señor de los Anillos', en el que participan varios restaurantes de la sierra en los que se vende mi vino, en simbiosis con dicha temática. Es una manera de impulsar el vino de la zona”.
“Mi idea es aplicar el mínimo de intrusión posible a la hora de elaborar el vino”
Carlos Reina
Con la participación de negocios varios, como los restaurantes y las administraciones locales, se promociona un vino de calidad desconocido por mucha gente que lo descubre o bien en las catas que el propio Carlos organiza en su bodega o en los restaurantes que lo incluyen en sus listados de vinos.
Algo que a Carlos le supone mucho esfuerzo y trabajo porque está solo y haciendo mil cosas a la vez. Le compensa todo ese trabajo porque tiene la satisfacción de que está cambiando el entorno, ayudando a que no se pierdan unas viñas viejas plantadas por dos generaciones atrás y que trajeron los monjes cartujos hace tres o cuatro siglos. También le satisface mucho el que la gente del pueblo le valore lo que está haciendo con una uva local que plantaron sus abuelos.
Para Carlos volver a sus raíces, regresar al campo ha sido una evolución más espiritual que otra cosa. “Lo esencial para mí es estar en el campo, un buen vino, estar bien conmigo mismo y compartir mis momentos con mi gente”.
De la poesía, de los negocios, del mundo rural o de la familia se extraen las historias que nos muestran el camino para una vida plena
Jogger
adaptado
a tu estilo
Dacia Jogger cuenta con la comodidad de un SUV y la versatilidad de un familiar. Con versiones 5 y 7 plazas, permite acomodar desde 2 a 7 pasajeros sin perder el confort y la amplitud.
de vida
Está disponible en versión ECO-G GLP, este modelo te permite ahorrar en carburante así como mejorar la huella de carbono, además de contar con la etiqueta ECO.
Créditos
Idea original: Alessandro Marra y Marta Gesto
Redacción: J.M. Sánchez “Daze”
Diseño UI y Dirección de Arte: Alessandro Marra
Maquetación: Saúl Fernández
Producción Video: Delia Blesa