La 'project manager' que se convirtió en la primera mujer guía de alta montaña y escalada de España

La deportista vasca Sonia Casas ha logrado un hito al romper los tabúes de las mujeres en una actividad muy exigente como es la alta montaña. Una vida marcada por el respeto a la naturaleza y que aspira a compartirla con los demás

Juanjo Villalba

7 octubre, 2022 - 11:30

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Por qué dejamos de dibujar? La mayoría de nosotros pasábamos horas entre lápices de colores y rotuladores esbozando, con más o menos fortuna, al lado de la familia o de nuestros amigos. Es una actividad clave para nuestro desarrollo cognitivo pero, sobre los 10 años y a pesar de ser un momento feliz, se queda en una actividad secundaria a medida que nos hacemos adultos.

Y no es lo único positivo que dejamos escapar cuando transcurre el tiempo. También dejamos de lado la inocencia de acercarnos a las cosas que no entendemos. Pero al contrario de lo que le sucede a muchas personas, a la alpinista bilbaína Sonia Casas ha continuado con su pasión que mamó desde pequeña, la montaña y su deseo de enseñársela a los demás.

Siempre había tenido una conexión muy especial con la naturaleza. Y, de alguna forma, la sentía muy dentro de ella misma. Era una sensación especial. Conforme fue creciendo, fue echando raíces en su corazón. Pero luego, la vida adulta se interpuso, alejándose de su pasión. Durante un largo tiempo ejerció de project manager en una empresa hasta que se encontró con la decisión de apostar por lo que le hacía más feliz, la alta montaña.

Aunque era feliz en su vida, Sonia notaba que algo no estaba bien: se sentía dividida y no se acababa de reconocer en la mujer en la que se había convertido. Sentía que tenía que hacer algo y para averiguar el qué, se tomó un tiempo para reflexionar y viajó hasta Nepal. Un país que le fascinó, al que acabaría volviendo muchas veces y donde la montaña forma parte de la vida cotidiana de sus habitantes. Durante aquél viaje de reflexión, fue como si las cordilleras más elevadas del mundo le susurraran que su futuro estaba entre las rocas, en las altas cumbres; tenía que cambiar su rumbo a pesar de que eso implicara romper con su trabajo, también con los amigos que ahí tenía, y entrar en conflicto con su familia.

No fue fácil dar el paso. A ojos de muchas personas de su entorno, dedicarse de manera profesional a la escalada era “tirar su carrera por la borda”, aquello por lo que había trabajado durante tantos años. Pero ella sabía que estaba haciendo lo que tenía que hacer: su corazón no podía estar equivocado. Poco a poco fue dando pequeños pasos para tener la vida por la que soñaba. El primer paso fue inscribirse en una formación de técnicos deportivos de guías de alta montaña y escalada. Fue un periodo muy intenso, en el que se levantaba a las 5 de la mañana para entrenar, entraba a las 8 a trabajar, y volvía a entrenar al terminar su jornada laboral.

Entonces ocurrió algo que interpretó como un mensaje de la naturaleza: sufrió un accidente que le mantuvo muchos meses convaleciente. Durante el periodo de convalecencia aprovechó para reflexionar acerca de su futuro y decidir que tenía que hacer de su pasión su profesión. A partir de ese momento se convirtió en guía de alta montaña y escalada, título que consiguió en 2006, siendo la primera mujer de España reconocida por la Asociación Española de Guías de Montaña.

El camino no fue fácil. Le pusieron el listón muy alto, pero ella estaba determinada a luchar por sus sueños, a escucharse de verdad por primera vez en mucho tiempo. Sonia consiguió hacer algo que es fácil de decir pero difícil de hacer: rebobinó, volvió a sentirse como cuando era niña, se despojó de todo lo que no le hacía feliz y se quedó con lo esencial, con su amor por la naturaleza, aunque pronto surgió otra necesidad: la de comunicar y transmitir ese amor a otras personas.