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Imagen del condenado durante el juicio. RTVC
Diez años por machacar la cabeza de su novio en la presa de Las Niñas

Diez años por machacar la cabeza de su novio en la presa de Las Niñas

Tribunales ·

La Audiencia condena a Mohamed Kouidich por agreder brutalmente a su novio con una piedra de grandes dimensiones el Día de San Valentín de 2022

Francisco José Fajardo

Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 10 de octubre 2024, 06:46

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La Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado a Mohamed Kouidich a diez años menos un día de prisión por un delito de tentativa de homicidio cometido contra la que era su pareja, Yeray S. N., a quien golpeó brutalmente con una piedra en repetidas ocasiones en la cabeza. El ataque, que tuvo lugar el 14 de febrero de 2022 mientras ambos celebraban el Día de San Valentín en la presa de las Niñas, dejó a la víctima en estado vegetativo permanente. Además de la pena de prisión, Kouidich deberá indemnizar a la víctima con 750.000 euros por las lesiones causadas y la madre con 70.000 euros y a cada uno de sus hermanas con 60.000 euros por el daño moral sufrido.

Esta sentencia fija una pena intermedia a lo interesado por la fiscal Micaela Martín y lo propuesto por las acusaciones particulares ejercidas por los letrados Manuel Pérez Toledo y Salvador Reyes de León.

Los hechos ocurrieron el 14 de febrero de 2022, cuando Kouidich y su pareja habían acampado en una zona apartada de la presa de las Niñas, en Tejeda. En un momento del día, ambos protagonizaron una discusión, cuyos términos no quedaron claros durante el juicio, detalla la resolución. En medio de la disputa, Mohamed Kouidich, con la intención de acabar con la vida de su pareja, tomó una piedra de grandes dimensiones y comenzó a machacarle la cabeza. Según la sentencia, «el acusado golpeó a la víctima en nueve ocasiones», ocasionando heridas extremadamente graves que dejaron a la víctima tendida en el suelo, desnuda y sangrando profusamente.

Kouidich, al ver la magnitud de las heridas, creyó que había matado a su novio. Acto seguido, abandonó el lugar y se dirigió hacia una pareja que estaba en las inmediaciones. Según el testimonio de estos testigos, Kouidich les dijo que «había matado a su pareja tras una discusión», y les pidió que llamaran a la policía. La Guardia Civil acudió al lugar poco después y encontró a la víctima gravemente herida, con el cráneo fracturado, convulsionando en el suelo.

Secuelas devastadoras

El brutal ataque dejó a Yeray S. N. en un estado vegetativo permanente por un traumatismo craneoencefálico grave, contusiones y hemorragias cerebrales, así como un severo edema cerebral. Los forenses que declararon en el juicio detallaron que Yeray tuvo que ser sometido a varias intervenciones quirúrgicas, incluida una craniectomía descompresiva el día después del ataque, una traqueostomía para facilitar su respiración y otras operaciones posteriores para intentar estabilizar su condición.

A pesar de los esfuerzos realizados por los servicios médicos, las secuelas del ataque fueron sido devastadoras. La víctima se encuentra en «estado vegetativo persistente», según se señala en la sentencia, lo que significa que la víctima está en una situación irreversible que requiere atención médica constante. El Tribunal detalla que el joven necesita «asistencia permanente durante 24 horas al día», lo que implica la necesidad de «cambios posturales, control de alimentación y limpieza», entre otros cuidados. Los expertos forenses estimaron que, si fuera trasladado a su domicilio, requeriría «equipamiento especial, como una cama eléctrica articulada, un colchón antiescaras y otros dispositivos ortopédicos».

«Dios quería que se lo llevara»

Durante el juicio, quedó demostrado que Mohamed Kouidich admitió los hechos ante los guardias civiles que acudieron al lugar de los hechos. Según los testimonios de los agentes, el acusado les dijo en el momento de la detención que «había golpeado a su pareja con una piedra en la cabeza» y que «Dios quería que se lo llevase». Estos testimonios fueron corroborados por la pareja que Kouidich encontró después del ataque, quienes afirmaron que el acusado se les acercó y les confesó espontáneamente que había matado a su novio.

No obstante, en el juicio, Kouidich intentó cambiar su versión. Alegó que no había golpeado a Yeray y que se había caído accidentalmente. Sin embargo, los forenses descartaron completamente esta versión. Estos especialistas declararon que «las múltiples fracturas craneales y el patrón de las lesiones» eran compatibles con un ataque brutal y no con una caída accidental. Además, confirmaron que las heridas fueron producidas por «una piedra de gran tamaño», como la que fue hallada y que presentaba restos de sangre.

La sentencia, que tuvo como ponente a Miguel Ángel Parramón, consideró que Kouidich actuó con «dolo homicida», es decir, con la intención clara de matar a su pareja. La forma y la brutalidad del ataque, sumado a las declaraciones espontáneas del acusado ante los testigos y la Guardia Civil, fueron claves para desvirtuar su presunción de inocencia.

El Tribunal también consideró la agravante de parentesco, dado que Kouidich y Yeray S. N. mantenían una relación sentimental en el momento de los hechos. Además, se le impuso a Kouidich la prohibición de aproximarse a la víctima o comunicarse con él durante 15 años.

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