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La Alameda de Colón acogió en la mañana de este viernes la presentación de los actos programados por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para celebrar, el próximo 31 de octubre, la Noche de Finados. Una cita que cumple su segunda edición y que arrancará, en ese mismo espacio, con la recreación teatralizada de 'Ánimas, la muerte sin campanas durante el cólera de 1851', a las 21.00 horas, y continuará una hora después en Santa Ana con un baile a cargo de Los Gofiones.
La alcaldesa Carolina Darias, junto al recién nombrado concejal de Cultura Josué Íñiguez, y el coordinador del Instituto Canario de las Tradiciones, David Naranjo -entidad que colabora en su desarrollo-, fue la encargada de dar a conocer los detalles de una iniciativa que pretende no solo rescatar los usos y costumbres que en la ciudad y en la isla se desarrollaban tradicionalmente con motivo de la festividad de Todos los Santos y Los Difuntos, sino ponerlos en valor y preservarlos en un mundo globalizado en el que necesariamente han de convivir con los que se exportan.
«Esto no es la castaña contra la calabaza», apuntó David Naranjo al ser cuestionado por la competencia que supone para la tradicional Noche de Finados la fuerza con la que celebraciones foráneas como Halloween han calado en la sociedad actual.
Así, explicó que no se trata de echarle un pulso a estas influencias de otras culturas, «porque nosotros no estamos en contra de Halloween» y «es verdad que la calabaza, con esa ola globalizadora, al final la tenemos en todos los lugares, no solo en la televisión sino en las aulas de los colegios».
De ahí que mostrara su convencimiento de que «hay que buscarle hueco a todo». Una «lección» que, aseguró, «me dio mi hijo cuando tenía siete años», al proponerle combinar esa noche del 31 de octubre la celebración tradicional canaria con la de procedencia anglosajona.
«Se tiene que buscar la convivencia entre esos dos mundos», añadió, pues entiende que «no se puede luchar contra la globalización, pero sí que no debemos dejar perder lo nuestro».
Respecto a 'Ánimas, la muerte sin campanas durante el cólera de 1851', la representación que correrá a cargo de la Asociación Dragos y Laurel de la Villa de Moya, Naranjo avanzó que serán «cerca de 40 actores y actrices» quienes recrearán para un público al que animó a acudir ataviado para la ocasión, las consecuencias de la epidemia del cólera morbo que se registró en ese año. Un episodio que además de cobrarse muchas vidas -un 40% de la población pereció- tuvo repercusiones económicas y políticas que marcaron el devenir de la ciudad y de la isla.
Apuntó que en esta propuesta teatralizada, para la que se han servido de la documentación del rico archivo de El Museo Canario, los protagonistas van a lucir «vestimentas del siglo XVIII, pese a que estamos hablando de fechas de mediados XIX», pues la documentación histórica consultada ha desvelado que «las personas menos pudientes seguían haciendo uso de esas vestimentas de épocas pasadas, pues malamente sobrevivían y las prendas eran un bien preciado que se heredaba, incluso los calzoncillos».
La alcaldesa Darias, que recordó que al igual que aquella sociedad decimonónica la actual se ha visto sometida al azote de la pandemia generada por la covid-19, señaló la importancia de «recuperar las tradiciones», una labor que considera es «de las más hermosas que pueda hacer un gobierno de la ciudad de manos de quienes saben, porque es el legado que vamos a dejar».
Por último, el edil de Cultura señaló que «el puente que se va a trazar» en la Alameda de Colón «entre el pasado y nuestro presente», con una acción en la que se va a «recordar a los que ya no están», continuará con un baile de Finados en Santa Ana con «300 kilos castañas y piñas asadas».
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Cristina Cándido y Álex Sánchez
Lucía Palacios | Madrid
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