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La organizacion social Red ciudadana de solidaridad de personas migrantes de Lanzarote destapó ayer una situación «dantesca» en el centro de menores de la Casa del Mar de Arrecife, gestionada desde octubre de 2023 por la Fundación Samu por encomienda del Gobierno de Canarias.
32 chicos han residido en las últimas semanas entre basura, suciedad, cucarachas y en medio de agresiones y castigos, como denuncia esta organización que ha elevado un detallado informe al Defensor del Pueblo y la Fiscalía de Extranjería de Las Palmas, que ya era conocedora de la situación.
El pasado 6 de mayo la Fiscalía realizó una visita al centro que concluyó que no tenía condiciones para albergar a menores. Entonces se levantó acta y la dirección del centro aseguró, para justificar su estado, que las instalaciones iban a cerrar en 15 días, algo que nunca se hizo.
La Fiscalía elevó el informe al Gobierno de Canarias. También la Red de migrantes de Lanzarote remitió a la Dirección de Protección a la Infancia su informe hace quince días sin que hubiera respuesta, como denuncia Loueila Sid Ahmed, una de las abogadas de la organización social que ha elaborado el informe.
Loueila Sid Ahmed llama a tomar medidas de forma «urgente» en este centro y los 79 restantes que tiene el Gobierno de Canarias repartidos en todas las islas y que no están siendo objeto de control debido a la situación de emergencia migratoria que vive el archipiélago. «Entiendo que no hay capacidad para controlar todo pero estamos hablando de dinero público que se está dando para cuidar a los menores y recibir un trato que no tienen», lamentó esta abogada. Como detalla el informe, el centro tiene capacidad para 25 personas. En el momento en el que se hizo el informe (junio de ese año) había 55 aunque ha llegado a albergar a 64. Ayer residían 32 menores.
El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, valoró ayer la situación de este centro y aseguró que lo ocurrido es consecuencia del colapso que viven las islas con los menores migrantes. «Cuando desde el Gobierno de Canarias pedimos ayuda es por algo, porque no estamos pudiendo garantizar los derechos de los niños y las niñas. Estamos desbordados», manifestó.
Debido a la masiva llegada de cayucos a las islas, el Gobierno de Canarias acoge actualmente a más de 6.000 menores y se encuentra totalmente desbordado. Ante la previsión de que se puedan duplicar las cifras de llegadas de aquí a final de año, Canarias ha solicitado al Ministerio de Defensa la cesión de edificios militares para acoger a los que vayan llegando pero hasta ahora la respuesta ha sido negativa. Desde el Ejecutivo se estudia implantar carpas como solución alternativa, si bien reconocen que no es una solución. También trabaja junto al de España en una modificación de la Ley de Extranjería, cuyo acuerdo aún parece lejano.
Clavijo, según declaraciones recogidas por Efe, hizo un llamamiento al resto de España y de Europa a que sean conscientes de que los niños y niñas migrantes tienen derechos «contenidos en tratados internacionales apoyados por todos los países», pero las instituciones del archipiélago no pueden garantizarlos solas porque están «absolutamente desbordadas».
Con 2.000 menores acogidos en Canarias «ya decíamos que la situación era insostenible» y ahora son casi 6.000, dijo Clavijo.
Señaló que la Fiscalía y la Consejería de Bienestar Social están ocupándose de ese centro de menores migrantes porque «los equipos y las ONG están absolutamente desbordados», manifestó.
El informe de la Red de migrantes de Lanzarote recoge fotos y vídeos que evidencian la situación de insalubridad en la que vivían los menores. Los baños están llenos de mugre y no son aptos para su uso y mucho menos, de menores (algunos de ellos tienen menos de diez años) mientras que en las habitaciones las paredes tienen los cristales rotos, hay somieres tirados y restos de basura.
Las camas carecen de sábanas y en la cocina los fregadores están sucios y llenos de hormigas y cucarachas. No hay lavadora, con lo que los chicos no cuentan con ropa limpia y aseada.
La comida está subcontratada a la empresa Boanva Canarias, que suministra básicamente papas y pasta. Apenas ofrece fruta y verdura y muchas veces los platos están en mal estado y contienen «pelos y cucarachas». «El pan duro se ha convertido en su alimento diario», indica Loueila Sid Ahmed, que asegura que el centro es una «olla a presión».
Además de que pasan hambre la mayoría de los chicos están sin escolarizar y pasan horas sin hacer nada. Algunos de ellos además tienen adicciones que no se están tratando y otros sufren de problemas, como depresiones.
En el informe se recoge el maltrato que algunos de los menores han sufrido por parte de sus cuidadores, algunos de ellos contratados sin tener ningún tipo de formación. Los propios trabajadores del centro han relatado la agresión que sufrió de manos de un cuidador un menor, al que agarró del cuello y lo tiró contra la pared. «Está generalizado por parte del equipo tratar a los adolescentes con desprecio», se recoge en el informe.
Además de los menores, el informe recoge la situación de miedo en la que viven los propios trabajadores. «Muchos hablan de estrés laboral, ansiedad y varios están con atención sicológica privada para poder aguantar la situación», se recoge en el informe, en donde se apunta que se les impide tener «actitud empática» con los chicos, entre otras cosas.
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