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ENRIC EJARQUE
Estreñimiento, ¿cuándo hay que empezar a preocuparse?

Estreñimiento, ¿cuándo hay que empezar a preocuparse?

En jóvenes sin patologías suele ser transitorio y se 'cura' con una dieta adecuada pero en mayores debe consultarse

Viernes, 24 de septiembre 2021, 23:06

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Ni tres veces al día ni una vez cada tres días. Lo normal es ir al baño una vez, generalmente por la mañana. Y no hacerlo así debe preocupar, pero hasta cierto punto. Entre el 10% y el 20% de la población sufre estreñimiento: más mujeres que hombres (en una proporción de dos a uno), «aunque estas cifras se equiparan al llegar a mayores».

De hecho, la edad, más que el género, puede dar la pista de un problema mayor. «La fisiología, las hormonas, una dieta pobre en fibra, el sedentarismo, los fármacos... pueden ser causantes de estreñimiento. En personas jóvenes suele ser un problema transitorio que no esconde ninguna patología grave, pero en el tramo de entre 50 y 80 años hay que descartar, antes de nada, un cáncer de colon, que se detecta muchas veces precisamente por este estreñimiento», advierte Pedro Tárraga, miembro del Grupo de Aparato Digestivo de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). A partir de los 50, insiste el doctor, ir solo dos veces al baño en una semana ya sería «para consultar».

25-30 gramos de fibra es la cantidad diaria recomendada para una persona adulta, pero la ingesta media en España ronda los 12,5 gramos diarios.

La mayoría de las veces es otra cosa, «desde el estrés hasta el hipotiroidismo». Y el especialista advierte de lo nefasto que es «aguantarse». «Muchas personas no van al baño fuera de casa, entonces se marchan de viaje tres días y esperan al regreso. Eso no es sano porque después de tres o cuatro días sin ir al baño te sientes molesto e hinchado. En otras ocasiones sucede que vamos a ir al baño y, de repente, nos llaman al móvil y atendemos. Cuando colgamos ya no tenemos ganas, y si esto sucede mucho, si nos 'aguantamos' muchas veces el intestino se 'reeduca' para mal».

Si se hace crónico, «además de «molesto, puede favorecer, a la larga, la aparición de complicaciones como las temidas hemorroides o fisuras anales, que surgen cuando ir al baño requiere mucho esfuerzo y aparecen acompañadas de sangre. También se puede experimentar distensión y, en ocasiones, dolor abdominal», explica Elisa Escorihuela, experta en nutrición y autora de 'Dietoterapia. Cómo tratar las enfermedades desde la alimentación y el rigor científico' (Ed. Vergara).

¿Plátano o naranja?

Puede hacerlo al contrario también, reeducarse para bien. «El tratamiento más indicado siempre es mejorar el hábito alimenticio. Para eso necesitamos aumentar, sobre todo, el consumo de fibra, que se encuentra principalmente en frutas y verduras (5 raciones diarias), cereales integrales, legumbres (tres o cuatro raciones a la semana) y frutos secos, que aunque son una excelente fuente de omega 3, tienen un contenido en fibra nada desdeñable». Elisa Escorihuela incluye en su libro un listado de alimentos con alto contenido en fibra (más de 2 gramos por cada 100): «Remolacha, apio, coliflor, aceitunas, brócoli, patata, aguacate, kiwi, manzana...».

Frutas enteras, claro: «En España, como en muchos otros países, llevamos una vida rápida y hay quien desayuna un zumo de naranja creyendo que con eso está tomando fruta y no es del todo así. Un zumo de tres naranjas aporta líquido, que también es muy importante, sí, pero no cuenta como aporte de fibra», advierte el doctor Tárraga. Quien llama la atención también sobre la necesidad de beber agua. «En verano, al sudar y perder más líquido, somos más propensos a sufrir estreñimiento, así que la ingesta de líquido ayuda».

¿Problemas por exceso?

Eduard Baladia, de la Academia Española de Nutrición y Dietética, asegura que más allá de contar gramos de fibra, «los 30 gramos diarios recomendados se alcanzan comiendo cinco piezas de fruta y verduras al día. No importa tanto si la naranja tiene más fibra que el plátano, es igual de bueno tomar ambos».

Esa cantidad, advierte Baladia, es menor en los niños. «En su caso es importante comer verduras, sí, pero más aún que coman sin presión. Y que se muevan. La actividad física ayuda a la movilidad del intestino». «El sedentarismo, estar todo el día en casa, es una de las causas de estreñimiento porque, al no haber movimiento, la actividad del intestino se 'detiene'», confirma Pedro Tárraga.

Esa es una de las funciones de la fibra: 'mover' el intestino, pero no la única: «La fibra alimenta a las bacterias buenas para que compitan con las malas, de modo que mejora la salud intestinal y la inmunología», explica el nutricionista.

– ¿Un exceso de fibra puede ser un problema?

Baladia: No, al menos que haya una obstrucción intestinal. Además, el intestino se va adaptando poco a poco a la cantidad de fibra que ingerimos y con la alimentación actual es muy improbable que nos pasemos de la cantidad recomendada. En todo caso, unas excesivas flatulencias, esa obstrucción que decíamos como consecuencia de añadir bolo alimenticio que no se digiere, dolor abdominal y barriga dura... podrían ser pistas de que nos podríamos estar 'pasando' con la ingesta de fibra.

Usted tiene estreñimiento si...

  • «Para tomar en consideración que un paciente padece estreñimiento debe cumplir dos o más de los siguientes síntomas en más del 25% de las veces que va al baño», advirte Elisa Escorihuela, especialista en nutrición.

  • Frecuencia: Ir al baño menos de tres veces a la semana.

  • Esfuerzo: Que sea excesivo.

  • Ganas: Tener más ganas de ir al baño después de haber ido ya.

  • Textura: Heces muy duras o bolas pequeñas.

  • Dificultad: Sentir obstrucción o bloqueo.

  • Ayuda: Necesitar ayuda para ir al baño, ya sea en forma de fármacos, lavativas o supositorios.

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