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Así se hace compost casero

Así se hace compost casero

Así se obtiene, paso a paso, un fertilizante natural en dos meses

Jueves, 13 de mayo 2021, 23:06

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Los hogares españoles generan 22 millones de toneladas de residuos al año y la mitad es de origen orgánico. Su destino no tiene por qué ser necesariamente el contenedor marrón. Podríamos ahorrarnos un viaje con la bolsa a menudo maloliente e, incluso, conseguir un abono casero para los parterres y huertos domésticos. El compostaje es una forma de obtener el fertilizante natural y, paralelamente, de reducir la contaminación provocada por las incineradoras. Luis Ferreirim, responsable de Agricultura en la organización ecologista Greenpeace, y Rafael López Núñez, coordinador de la Red Española de Compostaje, nos explican cómo empezar en este proceso sencillo y provechoso.

¿Qué es el compostaje?

Se trata de un proceso de transformación de la materia orgánica mediante la acción de microorganismos y que desemboca en la creación del compost, producto de aspecto terroso y libre de patógenos que sirve como abono para la agricultura.

¿Cuándo comenzó a utilizarse en España?

En realidad, el compostaje es la manera tradicional de convertir el estiércol en fertilizante. Su vertiente doméstica se introdujo en España hace treinta años y las ONG iniciaron hace dos décadas su utilización en campañas de sensibilización sobre el medio ambiente. «Pero nos hallamos en una fase muy incipiente», advierte Luis Ferreirim. «El contenedor marrón sigue siendo el destino de muchos desechos orgánicos mezclados con inorgánicos y esa amalgama le priva de la calidad suficiente para funciones de compostaje. Tampoco podemos olvidar que ese contenedor alberga muchos alimentos comestibles. Ese comportamiento constituye una verdadera lacra de la humanidad».

¿Cómo podemos empezar a hacer compost casero?

El compostaje es un recurso práctico cuando disponemos de una terraza amplia, un jardín o un patio. El punto de partida son los restos de comida, «separándolos cuidadosamente porque los restos inorgánicos dificultan el proceso y contaminan», advierte el especialista de Greenpeace. Quien anima a seguir una alimentación basada en productos vegetales y ecológicos, lo que incrementará la calidad de nuestros residuos. «Tenemos que recuperar la dieta mediterránea», sugiere.

Rafael López Núñez, por su parte, aconseja generar una masa con los restos de plantas, cortados y triturados, y también recalca la necesidad de apartar cuidadosamente plásticos, metales y otras partículas contaminantes.

La mezcla se mantiene húmeda dentro de una caja de madera o bidón, tapada para evitar a los insectos. «Cubierto, pero no herméticamente, cuidado, porque hace falta que entre aire». El proceso de transformación dura un par de meses y, transcurrido ese tiempo, tendremos nuestro mantillo. Mientras este proceso se halla en marcha, podemos preparar otro recipiente para repetir la práctica y, de esta manera, conseguir periódicamente nuestro abono natural.

¿El proceso genera un olor desagradable?

El mal olor es uno de los tópicos que se asocia con este procedimiento, pero, curiosamente, si se produce alguna pestilencia se trata de una señal de que no lo realizamos convenientemente. «El riego excesivo es el error más frecuente entre los aprendices del compostaje y ese contratiempo se advierte por el olfato», advierte. En ese caso, debemos dejar de humedecerlo hasta que recobre su habitual carácter inodoro. También podemos encontramos con una composición muy pastosa, algo corriente cuando solo utilizamos restos domésticos, de ahí que se aconseje la introducción de desechos vegetales.

¿El mantillo sustituye al fertilizante químico?

No son excluyentes e, incluso, pueden actuar como agentes complementarios. «El abondo cumple funciones distintas, ya que aporta nutrientes y, además, enriquece el suelo y lo hace más esponjoso, favorece la retención de agua permite que las raíces penetren más», asegura López Núñez.

Compostaje comunitario

Es una modalidad practicada en pequeñas aldea y barrios aislados. La iniciativa vecinal se vale de grandes bidones o parcelas y en parcelas al aire libre.

Vermicompostaje

  • ¿Qué es?: Es una técnica de compostaje que utiliza lombrices para realizar el proceso de degradación de los restos. Estos animales digieren diariamente entre el 20% y 100% de su peso y sus deyecciones producen el humus. Las lombrices habituales son las rojas de las especies Eisinia Foetida, Eisinia Andrei, y Eisinia Hortensis, y se debe esperar un par de meses para que se forme una colonia capaz de desarrollar su labor a buen ritmo.

  • En bandejas: La vermicompostadora está formada por varias bandejas de forma acampanada, situadas al aire libre, pero protegidas del sol, el viento y el frío porque las temperaturas inferiores a 10º perjudican a los devoradores de desechos. La mezcla ha de removerse cada 15 o 20 días, y el vermicompost se concentrará en la superficie inferior.

  • Tipo de restos utilizados: Ferreirim recomienda no abusar de la materia orgánica, sobre todo, retos de pescado y carne, y no emplear pieles de cítricos o de cebollas, muy ácidos, que dificultan la degradación. «El resultado es un abono líquido muy concentrado que se debe diluir antes de utilizarlo», advierte el especialita.

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