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Siete estrategias que funcionan para ahorrar sin apenas esfuerzo

Siete estrategias que funcionan para ahorrar sin apenas esfuerzo

Conseguir un remanente de dinero del que tirar cuando surgen imprevistos puede ser casi un juego con las fórmulas que proponen algunos influencers

Iratxe Bernal

Domingo, 11 de febrero 2024

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Ahorrar es para muchos sinónimo de sacrificio, lo que puede explicar la moda surgida en las redes sociales de tratar de quitar hierro al asunto convirtiéndolo en un desafío. Casi en un juego. Estos 'retos de ahorro' pueden efectivamente servirnos para reunir un nada desdeñable dinerito con el que pagar las vacaciones, afrontar la vuelta al cole o darnos algún capricho. La clave es ajustarlos a nuestras posibilidades y objetivos. Si quiere ponerse a prueba, ahí van algunos ejemplos.

  1. El reto de las 52 semanas

El más viral. Consiste en empezar el año echando en la hucha un euro y, a partir de ahí, ir depositando en ella cada semana un euro más que la anterior. Así hasta completar el año. Esto es, 52 semanas durante las que si mantenemos el ritmo reuniremos 1.379 euros. Aunque al principio es muy fácil, a medida que pasa el tiempo se vuelve muy exigente, pero podemos personalizarlo marcándonos otras cantidades como objetivo, empezando a la inversa –e ir echando a la hucha cada semana un euro menos– o incluso rebajando su intensidad sustituyéndolo por dos retos de 26 semanas. De este modo al arrancar julio ya tendremos 352 euros para gastar en vacaciones y en diciembre otros tantos para los dispendios navideños. No es tanto, pero tampoco está mal.

  1. El de los 30 días

Idéntico al anterior, pero aún más ambicioso ya que los desembolsos pasan a ser diarios. A final, tendremos 466 euros (o 497, si el mes es de 31 días).

  1. Del 1 al 100

Más difícil aún si realmente cumplimos el plazo. Hay que escribir en un papel los números del uno y al cien, y el objetivo es ir tachándolos todos a medida que vayamos introduciendo en la hucha la cantidad equivalente. No importa que no sigamos el orden, lo que cuenta es que al cabo de los cien días –o los que nos marquemos como reto– reunamos 5.050 euros.

  1. El bote de los malos hábitos

He aquí un clásico: castigarnos 'pagando' una penalización cada vez que digamos un taco, fumemos un cigarrillo o caigamos en cualquiera de esos pequeños malos hábitos que hemos prometido abandonar. Un amigo de la que esto escribe no ha conseguido hablar mejor, pero este año ha pagado con la calderilla acumulada en el bote de los tacos los regalos de Reyes.

  1. El método de los sobres

Más que un método de ahorro es un sistema de contención. Hay que realizar un presupuesto y establecer cuánto vamos a gastar a lo largo de esa semana o mes en cada una de las partidas apuntadas en él. Cada una de estas partidas con su presupuesto correspondiente irá en un sobre y la idea es que no recurramos a más dinero que el que hay en él. Cuando se acabe, ajo y agua hasta que se reponga la siguiente semana o mes. También sirve para, en caso de que nos sobre algo, que se vaya acumulando en el sobre correspondiente. Una consideración; evita la tentación –o al menos posponla hasta ver si el sistema te funciona– de comprar uno de esos blocs cuquis con sobres y etiquetas de colorines que vemos a las influencers. Un buen sistema de ahorro no empieza con un gasto.

  1. Redondeando

Hay entidades financieras que ofrecen la posibilidad de redondear al alza nuestras compras enviando los céntimos 'del pico' a una cuenta diferente. Si, por ejemplo, compramos algo que cuesta 1,70, el cargo de la tarjeta será de dos euros porque el sistema habrá enviado a nuestra cuenta de ahorro los treinta céntimos restantes.

  1. Todos los billetes de 5

Otra forma de ahorrar es ir guardando todos los billetes de cinco que nos vayan dando. Cada día o cada semana, echaremos un vistazo a la cartera para apartarlos. Si cinco euros es mucho, podemos hacerlo con las monedas de euro o dos euros.

Ahorrar 'de verdad' es otra cosa

Cualquier iniciativa que nos anime a ahorrar está muy bien, pero hacerlo 'de verdad' requiere otro planteamiento. Debemos tomar conciencia de que necesitaremos ahorrar en casi todas las etapas de nuestra vida, aunque los objetivos vayan variando. Hoy puede ser para pagar un máster, mañana para la entrada de un piso y pasado para mejorar la pensión. Pero además, y al margen del dinero dedicado a estas metas, también es recomendable contar con un fondo de emergencia siempre disponible para evitarnos un apuro o incluso tener que pedir un caro crédito al consumo si sufrimos algún imprevisto. Es decir, debemos hacer del ahorro un hábito y sistematizarlo. La cantidad variará en función de las circunstancias de cada momento, pero una vez que la establezcamos –y aunque nos parezca muy pequeña– deberemos acostumbrarnos a apartarla en cuanto cobremos. Es decir, dejar de ver el ahorro como 'lo que sobra a final de mes' para entenderlo como una obligación, como un 'gasto' más.

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