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¿Por qué hay toallas que no secan?

¿Por qué hay toallas que no secan?

CIENCIA EN PÍLDORAS ·

La explicación a esta cuestión doméstica que todos nos hemos preguntado alguna vez

Manuel Tello

Sábado, 19 de diciembre 2020, 23:14

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Hay toallas que secan mejor que otras. ¿Existe alguna razón científica que lo explique? Aquí, unas pinceladas. La toalla de algodón está compuesta de fibras formando capilares. Si los desenrollamos y los ponemos uno al lado del otro se cubre una superficie mucho mayor que la toalla. Por eso, cuando nos secamos, el agua depositada en la superficie de nuestro cuerpo pasa a ser absorbida por una superficie de absorción muy grande, la interior y exterior de todos los capilares de la toalla. En este proceso tiene una influencia fundamental el principal componente del algodón, la celulosa, la cual tiene una gran capacidad para atraer las moléculas de agua. Además, las propiedades hidrófilas y de capilaridad de los capilares también succionan agua. Por tanto, no es necesario frotarse para secar. Basta con apoyar la toalla en nuestro cuerpo mojado para que se produzca la succión y la absorción del agua.

Una forma de comprobar estas propiedades es ver lo que ocurre con una toalla nueva (a estrenar) y con otra que ya se ha lavado varias veces. Mientras que la usada seca bien, la nueva seca muy poco. Eso se debe a que la nueva fue tratada con un acondicionador que hace más hidrofóbica su superficie y, por tanto, menos capaz de absorber agua. Esto, en menor medida, ocurre cuando en la lavadora introducimos suavizante. La toalla queda más suave y agradable pero pierde eficiencia en su función de secar el cuerpo mojado.

Para buscar nuevos suavizantes, que no disminuyan la eficiencia de la toalla, es necesario entender por qué las toallas que se lavan sin ellos y se secan al aire quedan ásperas. Muy recientemente, utilizando técnicas experimentales que dan información microscópica de la materia, se ha podido saber cuál es el motivo de esa rigidez y aspereza.

Lo primero que se comprobó fue que, aunque parezca seca, en las fibras de la toalla queda retenida una cierta cantidad de agua. No la notamos debido a que cuando la tocamos no moja.

Esto ocurre siempre, incluso en ambientes con humedades relativas muy pequeñas. Este agua ligada a la superficie de las fibras produce, por adhesión, rigidez y, por ello, la toalla queda áspera. Algo parecido al efecto de una laca o pegamento. La imagen muestra, esquemáticamente, puntos de adhesión.

Además se encontró un resultado no esperado. El agua muestra un enlace especial llamado 'de puente de hidrógeno'. En el caso de la toalla, el agua ligada a sus fibras muestra un estado singular de este enlace, diferente al del agua normal.

Dos experimentos apoyan la interpretación anterior sobre la rigidez en las toallas lavadas sin suavizante y secadas al aire. Uno consiste en romper los enlaces de hidrógeno de forma mecánica, algo que ocurre en una secadora de tambor. El segundo, en extraer el agua ligada, colocando la toalla en un recinto en el que se pueda hacer vacío. En ambos casos la toalla se vuelve de tacto suave.

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