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¿Cómo cuidar el pelo y la piel después de las vacaciones?

¿Cómo cuidar el pelo y la piel después de las vacaciones?

Son dos de las partes de nuestro cuerpo que más sufren con la exposición al sol y al cloro. La hidratación es una de las claves para que recuperen su aspecto, pero no podemos olvidarnos de revisar manchas y lunares

Lunes, 6 de septiembre 2021, 23:27

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La combinación de sol, cloro, salitre, arena y viento que ha acumulado nuestro cuerpo durante las últimas semanas seguro que le han sentado fenomenal a nuestro estado de ánimo, pero no se puede decir lo mismo del aspecto que presentan en este momento el cabello o la piel, dos de las partes más castigadas durante las vacaciones. «A pesar de lo que uno pueda pensar, la vuelta del verano es el momento del año en el que la piel y el cabello se ven peor. Es cierto que el bronceado puede resultarnos muy favorecedor, pero desafortunadamente la exposición solar pasa factura a nuestro organismo», advierte la dermatóloga Isabel Aldanondo, del Grupo Pedro Jaén. Para recuperar la salud del cabello y la piel después de semanas de cierta despreocupación es importante seguir una serie de pautas, además de ser constantes con los tratamientos, «sobre todo con la hidratación», coinciden los expertos.

De pelo fosco a pelazo

Aplica mascarilla y evita el uso del secador

El cabello es una de las partes de nuestro cuerpo que más sufre durante el verano. Tanto el sol como el cloro de las piscinas o el salitre del mar estropean mucho su capa exterior (cutícula) y contribuyen a que el pelo se parta con mayor facilidad, se encrespe y pierda lustre. «Para ayudar a restaurar la cutícula se puede recurrir a tratamientos hidratantes como mascarillas, sérums o aceites esenciales e incluso a tratamientos más intensivos de peluquería», aconseja la dermatóloga Ángela Hermosa, portavoz del grupo de Tricología de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). También se debe evitar el uso del secador.

Caída del cabello

Los meses críticos suelen ser octubre y noviembre

Además de la pérdida de lustre, otra de las consecuencias de exponer el pelo al sol durante tanto tiempo es que se nos caerá más durante las próximas semanas. Y esto no es un mito. Es así. «Hay un tipo de caída que es estacional y suele coincidir con el otoño», precisa la doctora Hermosa. Los expertos creen que es porque como en verano estamos expuestos a mucha más luz, el pelo detiene su crecimiento. Y como el cabello se empieza a desprender un par de meses después de haber dejado de crecer puede ser que por ese motivo notemos «un poquito más de caída» en los meses de octubre y noviembre. «Suele durar menos de tres meses y se recupera de forma espontánea, por lo que no es preocupante. Sin embargo, si se prolonga en el tiempo, se observa una disminución de la densidad capilar o se produce una aparición de placas de alopecia se debe acudir al dermatólogo para descartar otras patologías que pueden cursar también con un aumento de la caída del cabello, como puede ser una alopecia areata, que es una enfermedad autoinmune», insiste la portavoz del grupo de Tricología de la AEDV.

¿Cómo podemos frenar esa caída del cabello? «Existen tratamientos que pueden ayudar a evitar la pérdida de cabello, frenarla antes de lo que se frenaría por si sola e incluso hacer que el pelo que se ha caído crezca más rápidamente como, por ejemplo, la utilización de minoxidil, ya sea tópico u oral, mesoterapia con plasma rico en plaquetas o el empleo de melatonina».

Adiós al bronceado

Exfolia la piel dos veces por semana y revisa manchas y lunares

La vuelta de las vacaciones es un buen momento para realizar una exfoliación de la piel una o dos veces por semana, «sobre todo si hay mucha seborrea o tendencia acneica. De esta manera, se eliminan las células muertas y se favorece la renovación epidérmica», señalan las expertas. La doctora Hermosa aconseja utilizar cremas de día con antioxidantes como la vitamina C para ayudar a las células a reparar los daños producidos en el ADN por la radiación ultravioleta, mientras que por la noche se pueden aplicar retinoles o alfa hidroxiacidos. Ahora bien, si lo que necesitamos es revitalizar la piel e hidratarla en profundidad, «se puede recurrir a tratamientos como la mesoterapia con vitaminas y ácido hialurónico de baja reticulación o la bioestimulación de colágeno con plasma rico en plaquetas».

Otro fenómeno muy habitual durante los meses de verano es la aparición de manchas o lunares, que deben ser evaluados y tratados por un dermatólogo. Una vez analizado el tipo de mancha, se tratará con despigmentantes, peelings o fuentes de luz como el láser y la luz pulsada.

Con el cuerpo bronceado nos solemos encontrar más favorecidos, pero ese moreno que tanto nos gusta no deja de ser una agresión a la piel. «La radiación ultravioleta es la principal fuente de estrés oxidativo, induce la destrucción del colageno y de las fibras elásticas que la mantienen firme y ocasiona alteraciones de la pigmentación como los léntigos y el melasma. Por otra parte, daña el epitelio produciendo lesiones precancerosas como las queratosis actínicas que pueden, con el paso de los años y con exposiciones solares repetidas, llegar a convertirse en tumores malignos», recuerda la doctora Aldanondo.

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