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Y la lluvia fue la Esperanza

Había que volver, el templo estaba aún relativamente cerca y el plan de seguridad trazado por la Cofradía funcionó perfectamente. Apenas se perdió el orden, casi nadie se alteró, , y los costaleros, colocados a la inversa, con paso firme y ágil, soportando más dolor en el alma que en sus hombros, fueron rápidos

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