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Un año de preguntas sin apenas respuestas

Un año de preguntas sin apenas respuestas

Un domingo 20 de agosto, la perra Canaria halló por casualidad los cuerpos de Ana María y Antonio, el matrimonio de Guanarteme que desapareció en marzo de 2012. Un año después, las investigaciones siguen bajo secreto de sumario con un único sospechoso: Rogelio S. T..

Jueves, 1 de enero 1970

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Era martes, 6 de marzo de 2012, cuando el matrimonio formado por Ana María Artiles y Antonio Quesada salió de su casa de Guanarteme después de comer para, según la investigación, acudir a una reunión con su gestor bancario. Fue en ese momento cuando salieron rumbo a la sucursal, aunque antes hicieron una parada en una churrería de la calle Castillejos.

Fue allí donde testigos presenciales los vieron por última vez, aunque las imágenes de varias cámaras de seguridad determinan que, tras salir de la churrería, fueron hasta la oficina del banco Santander de la calle Fernando Guanarteme, donde tenían fijada la cita con Rogelio S.T., el subdirector de la oficina donde el matrimonio tenía parte de su dinero ingresado.

Tras la presunta charla, Ana María y Antonio se sentaron en un banco de un parque cercano, donde volvieron a verse con Rogelio cuando el mismo salía de la oficina. Según las imágenes de las cámaras, el empleado abandonó el banco, se acercó a ellos y se despidió. Ésta fue la última imagen con vida que los investigadores pudieron conseguir de los fallecidos, porque desgraciadamente, la siguiente que se captó fue la de los cuerpos de ambos semienterrados. Mañana, 20 de agosto, hace un año desde que Carlos, un cazador de Ingenio, encontró gracias al olfato de su perra Canaria, los restos humanos del matrimonio de Guanarteme. Todo ello, casi cinco años y medio después de que sus familiares diesen la voz de alarma de un suceso que conmocionó a la sociedad canaria.

Durante todo ese tiempo estuvieron los cuerpos, presuntamente, semienterrados con arena y piedras en una ladera de difícil acceso del barranco de Las Vacas –a 40 kilómetros del lugar donde residía la pareja–. Cinco años y medio de sufrimiento de una familia que jamás volvió a ver a sus padres, que en la fecha de su desaparición tenían 76 y 74 años, respectivamente.

Tras una larga investigación, hasta el momento hay un único sospechoso como autor de los dos crímenes y es Rogelio S.T., que fue detenido por las autoridades el 26 de enero de este año para que prestase declaración en calidad de investigado por el doble asesinato. El magistrado García-Sotoca, al igual que el fiscal Pedro Gimeno, consideraron que habían indicios de culpabilidad sobre el exbanquero, aunque el mismo fue puesto en libertad con cargos el 31 de enero, sin pasaporte y con la obligatoriedad de firmar dos veces a la semana en el juzgado

Un año después de que la podenco Canaria encontrara a Ana María y Antonio, la causa sigue bajo secreto de sumario, mientras los familiares de las víctimas, acumulan numerosas preguntas sin respuestas. De fondo, los investigadores siguen apuntando a un móvil económico como posible causa de sendos asesinatos, puesto que, presuntamente, el detenido habría estafado 60.000 euros al matrimonio fallecido, aunque para que todo se concrete, habrá que seguir esperando a que se conozca el resultado de las investigaciones.

Rogelio S. T., el único sospechoso hasta el momento de la muerte del matrimonio de Guanarteme formado por Ana María Artiles y Antonio Quesada, reconoció en su momento ante el magistrado Javier García-Sotoca –titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Las Palmas de Gran Canaria–, que era el gestor bancario de la pareja. Aceptó que, desde hacía un tiempo antes de la desaparición, asesoraba a esta pareja de 76 y 74 años de edad, en la gestión de sus ahorros, aunque negó en todo momento haber sido el responsable de la desaparición y posteriormente de sus clientes. También negó que hubiese estafado 60.000 euros a los fallecidos, como ha trascendido a la opinión pública.

Sospechoso.

Rogelio S. T., el único sospechoso hasta el momento de la muerte del matrimonio de Guanarteme formado por Ana María Artiles y Antonio Quesada, reconoció en su momento ante el magistrado Javier García-Sotoca –titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Las Palmas de Gran Canaria–, que era el gestor bancario de la pareja. Aceptó que, desde hacía un tiempo antes de la desaparición, asesoraba a esta pareja de 76 y 74 años de edad, en la gestión de sus ahorros, aunque negó en todo momento haber sido el responsable de la desaparición y posteriormente de sus clientes. También negó que hubiese estafado 60.000 euros a los fallecidos, como ha trascendido a la opinión pública.

arcadio suárez

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