«No dudaron en correr en mi auxilio y ponerme a salvo»
Lucinio Morate Laso sufrió un accidente el pasado 29 de enero en la playa de Sardina de Gáldar, del que sobrevivió gracias a la intervención de una policía nacional, un guardia civil y un enfermero que pasaban el día en la playa. Tras dos operaciones, mañana se va de la isla
Ha pasado algo más de un mes desde que Lucinio Morate Laso, de 67 años y natural de Palencia, fuese rescatado de forma providencial por una policía nacional y un guardia civil, ambos destinados en Melilla y de vacaciones en Gran Canaria, cuando estaba a punto de sufrir un ahogamiento en la playa de Sardina de Gáldar. Eran las 13.00 horas del miércoles 29 de enero cuando un golpe de mar le golpeó arrastrándolo contra un grupo de rocas y dejándolo completamente rígido, sin posibilidad de moverse y en claro riesgo de ahogarse.
En este providencial rescate también participó un enfermero, del que no sabe su identidad, que se encontraba ese día en la citada playa. Unas coincidencias que hicieron posible que Lucinio pueda contar lo vivido y con las menores secuelas posibles.
Mañana Lucinio volará rumbo a Madrid para regresar a su Palencia natal donde terminará de recuperarse de lo vivido tras dos intervenciones quirúrgicas en el Hospital Universitario Doctor Negrín de Gran Canaria y un proceso de postoperatorio. Él antes de irse de la isla no ha querido dejar pasar la oportunidad de agradecerle a todos los implicados en su rescate y recuperación su esfuerzo, con una misiva enviada a CANARIAS7 y remitida por su hijo Jaime Morate, que trabaja desde hace tres años en una empresa de dibujos animados en la Institución Ferial de Canarias (Infecar), en la que no escatima en elogios y agradecimientos a todos los que han hecho posible que se recupere.
«Hoy un mes más tarde, y tras dos intervenciones quirúrgicas en el Hospital Doctor Negrín, quiero agradecer las actuaciones de todo el personal que intervino en el operativo que se montó para mi rescate y traslado al hospital. Providencialmente se encontraban de vacaciones en dicha playa el guardia civil Pedro Juárez Puerta y la policía nacional Silvia Muñoz Gil, ambos destinados en Melilla, que no dudaron en correr en mi auxilio y ponerme a salvo fuera del agua. Les debo la vida.
También se encontraba allí un enfermero a quien aún no hemos conseguido identificar que con sus manos y arena inmovilizó mi cabeza hasta la llegada de los servicios de emergencia . Policía local de Gáldar, guardia civil de Guía, y servicio de ambulancia que me traslado hasta el hospital Doctor Negrín. Ingresé de urgencia , y después de diferentes pruebas comprobaron el daño cervical , haciéndose cargo el equipo de Neurocirugía del Doctor Negrín. Quiero agradecer a la doctora Laura Pastor Martín, al jefe de servicio Jesús Morera Molina , a todos los enfermeros, auxiliares y celadores que , durante mi ingreso , con su trato cercano y humano hicieron posible mi recuperación.
Ahora , gracias al trabajo de estos profesionales extraordinarios y de una sanidad pública de la que los canarios debieran sentir orgullo, vuelvo a casa. Regresare de nuevo el próximo año. A disfrutar de esta isla , de sus playas , de su clima y de su gente. Gracias a todos por hacer posible lo imposible. Eternamente agradecido. Lucinio Morate Laso», reza la carta.
El día que ocurrió el accidente faltaban solo tres días para que Lucinio y su mujer volviese a casa tras disfrutar durante un mes de la compañía de su hijo y de su nieto de cuatro años en la isla. Todos los años viajan hasta Gran Canaria para disfrutar de la compañía de su hijo y de su nieto, una visita que este año se alargó más de lo esperado pero que terminó por suerte con un final más que feliz.
Su hijo estaba en el trabajo cuando recibió la llamada de su madre avisándole de lo sucedido. «Todo fue bastante rápido. Estamos muy contentos con el trato recibido. No hay suficientes palabras de agradecimiento», subraya Jaime Morate.
Y es que la rápida intervención de la policía nacional Silvia Muñoz y del guardia civil, Pedro Juárez, fue vital para que Lucinio no perdiese el conocimiento tras quedarse rígido en el agua al ser golpeado contra las rocas. Una rápida intervención que le salvó la vida y que fue un ejemplo de coordinación de los servicios de emergencia.