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Basta con pasar por algunas calles de las principales ciudades del archipiélago para darse cuenta de que la heroína vuelve a estar en auge entre los drogodependientes. Un repunte que mantiene en guardia a los responsables policiales que luchan contra el tráfico de estupefacientes en las islas. «Está habiendo un repunte de nuevo en el consumo. La diferencia está en que ya no se pinchan, que se ha dejado en desuso, lo que hacen es fumarla. La gente está volviendo al consumo de heroína, de golpe, gente ya de 40 años en adelante. Son personas que no habían consumido nada antes, no sabemos por qué, pero están cayendo. Hay un repunte claro», afirma el Inspector Gómez, jefe del grupo segundo de Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Jefatura Superior de Policía de Canarias.
El peligro de este tipo de droga, que causó verdaderos estragos durante la década de los 80 del siglo XX, está en que tan solo el 10% de lo que consumen es verdaderamente heroína. «Si pillamos un alijo de 100 gramos, solo cerca de 12 gramos son de heroína. El resto es lo que se les ocurra. De ahí viene el gran peligro de esta droga», puntualiza el inspector.
La diferencia de este repunte, que se está detectando en la gran mayoría de los países denominados desarrollados, está en que los consumidores ya no se inyectan la droga, con lo que no existe el riesgo añadido de transmisión de enfermedades como ocurría en los 80. Aun así, parece que nada se aprendió de las muertes y los daños causados por esta droga hace más de treinta años.
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