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Una limpiadora que trabaja en el Hospital Insular, María Jesús Hernández, denuncia haber sido víctima este martes de una agresión por un paciente mientras le limpiaba la habitación. Una de sus hijas, Sara Herrera, que aporta varios partes médicos, asegura que, como resultado de los golpes, su madre presenta varias contusiones, cervical, torácica, dorsal y en el tobillo izquierdo. Además, ha sufrido al menos dos crisis epilépticas que su familia vincula al daño causado.
Herrera se queja de la actitud mostrada por el complejo hospitalario, «que se limitó a mandarla a la mutua de su empresa sin atenderla antes pese a que vieron que estaba herida y con sangre», y también protesta por el poco interés que por su estado mostró esa mutualidad. «Sin hacerle pruebas, le recetaron paracetamol, diazepam y le pidieron hora con el dentista». Producto de la agresión, añade su hija, María Jesús presenta un diente roto y dos de los incisivos, las llamadas paletas, han perdido agarre. Esta empleada no trabaja para el hospital, sino para una subcontrata que se encarga de la limpieza del recinto.
Según relata Herrera, María Jesús lleva algo más de un mes trabajando en el hospital y ya le habían hablado de la conducta agresiva de este paciente, del área de Traumatología. Le tocó adecentar su habitación y cuando se disponía a limpiar el suelo bajo la cama, asegura María Jesús que el interno, que es alemán y lleva dos años ingresado, empezó a agredirla. «Le dio golpes en la cabeza, en el cuerpo...». Dice que cuando logró escabullirse estaba tan en shock que no sabía qué hacer. La supervisora de su empresa la mandó a la mutua y ella llamó a su marido para que viniera a recogerla. «Primero, el hospital no llama a la Policía», se queja Sara. Y segundo, añade: «Dejaron que mi madre estuviera 40 minutos en la calle, sola, con la boca ensangrentada, no podía ni estar de pie, ¿cómo la dejan así? Recibió golpes en la cabeza y pudo haber sufrido algún daño grave, se pudo haber desmayado». Ya en casa, intentaba dormir y se levantaba sobresaltada. Por la noche sufrió las primeras convulsiones y acabó en Urgencias del Insular hasta la madrugada. Le dijeron que la mutua debía practicarle un TAC. Este jueves volvió a la mutua y le repitió la crisis epiléptica, por lo que volvió al Insular, de donde salió a primera hora de la tarde. Hoy viernes quieren presentar denuncia en comisaría. «Esto no se puede quedar así».
«Pidió irse por su pie»
Fuentes del hospital confirman el incidente, pero subrayan que no se desatendió a la empleada. Dicen que de constatar que estuviese herida, la habrían socorrido, pero que solo notaron que estaba nerviosa. «Le ofrecieron ir en ambulancia a la mutua, pero prefirió ir por su cuenta».
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