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Apuñala a tres dependientes al grito de «¡los billetes de la caja!»

Apuñala a tres dependientes al grito de «¡los billetes de la caja!»

Un varón de 18 años es detenido tras haber acuchillado a tres trabajadores de una pizzería de Tamaraceite el sábado por la noche. Quería llevarse el dinero y fue detenido posteriormente gracias a la colaboración de varios vecinos de la zona. Los tres agredidos ya se encuentran fuera de peligro

Jueves, 1 de enero 1970

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Un varón de 18 años de edad fue detenido por efectivos de la Policía Nacional en la madrugada del domingo tras haber apuñalado horas antes a tres trabajadores de una conocida pizzería ubicada en la calle Cruz del Ovejero, en el barrio de Tamaraceite. El sujeto entró al establecimiento con la intención de robar portando en su mano un cuchillo de grandes dimensiones y agredió a los empleados que se encontró por el camino mientras gritaba «¡los billetes de la caja!», manifestaron testigos presenciales.

Los hechos se desarrollaron sobre las once de la noche del pasado sábado. La pizzería se encontraban en esos momentos con muchos clientes en su interior y más de una decena de empleados que se vieron sorprendidos por un varón que entró de manera repentina por la puerta de servicio que habitualmente utilizan los repartidores y que, en ese instante, permanecía abierta. «Esperó a que todos los repartidores estuvieran fuera del local para atacar», manifestó una testigo presencial de los hechos.

El agresor se adentró por la cocina del restaurante y acuchilló, con un arma blanca de grandes dimensiones y de hoja curva, a los tres primeros empleados que se encontró y que le habían plantado cara. A uno de ellos le hirió en un costado con una herida profunda, a otro encima de la cadera y, tras quedarse inmóvil gritando que quería los billetes de la caja registradora, volvió a dañar a un empleado más con un corte en el brazo que precisó de siete puntos de sutura.

Momentos de angustia.

El agresor, que al parecer acumulaba un amplio historial delictivo cuando era menor de edad, al ver que no conseguía su propósito y, tanto el algunos empleados y clientes, ofrecieron una gran resistencia, salió huyendo de la pizzería portando el arma blanca y fue perseguido por otro de los dependientes que corrió tras él lanzándole por el camino una botella de refresco de litro y medio. Al sentirse acorralado, el agresor se detuvo y amenazó a éste último con apuñalarle si no dejaba de perseguirlo.

Durante el ataque, varios testigos presenciales relatan que se vivieron instantes de angustia en el local de Tamaraceite. Era sábado por la noche y la pizzería se encontraba llena de clientes y con una plantilla de trabajadores bastante numerosa. En el momento de la entrada al local y al ver que el agresor estaba gritando y acuchillando a quien se le ponía delante, muchos clientes huyeron en estampida e incluso una trabajadora sufrió una fuerte caída al intentar evitar ser agredida. Otro testigo cuenta como otro de los empleados agarró como pudo a dos compañeras y se las llevó a uno de los baños para ponerlas a salvo. Además de los tres heridos y la empleada que se cayó al suelo, varias personas más tuvieron que ser atendidas al sufrir crisis de ansiedad. «Fueron minutos muy tensos porque este chico entró gritando con el cuchillo en la mano y la gente, al ver lo que pasaba, huyó como pudo del local para ponerse a salvo. En esos momentos solo piensas en salir para evitar que te pase nada», relató una de las personas que presenció los hechos.

Tras los hechos, el varón huyó del restaurante y se dirigió, cuchillo en mano, a la zona del Centro de Salud de Tamaraceite, donde se jactó ante algunos vecinos de haber apuñalado a tres personas. Los mismos actuaron sobre la marcha, lo retuvieron y llamaron a la Policía Nacional que se encontraba por la zona buscándolo. Fue detenido en ese mismo instante.

Tras su captura, el protagonista de este suceso fue conducido a los calabozos de la Jefatura Superior de Policía de Canarias, donde ha permanecido encerrado hasta que hoy pase a disposición judicial.

«Pudo haber sido peor».

Un testigo de los hechos manifestó a este periódico que «todo pudo haber sido peor porque el chico entró al local y fue acuchillando a quien se le ponía delante y sin tener en cuenta que podía matar a alguien. Él iba clavando el arma blanca sin discriminación e incluso, uno de los heridos era un chico bastante corpulento y, si esa herida se la llega a hacer a una de las dependientas, habríamos estado hablando de una tragedia», declaró.

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