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«A los canarios se nos olvida que también fuimos emigrantes»

«A los canarios se nos olvida que también fuimos emigrantes»

Grancanario, nacido en 1950, Juan Salvador León Ojeda se define como «un político atípico, que va siempre con la verdad por delante». Por eso, agrega duerme «tranquilo». Ahora subraya que le preocupa que pueda haber inmigrantes que pasen las noches en las calles por una disfunción en un protocolo. Sobre todo, aboga por «remar juntos» y evitar discusiones estériles.

Miércoles, 15 de julio 2020, 16:52

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— ¿Se ha resuelto la situación de la decena de inmigrantes que Cáritas llevó a las puertas de la Delegación? Lo digo porque ese mismo día llegó medio centenar en un cayuco.

— Se ha resuelto. Se hizo cargo de ellos Cruz Roja en el albergue de Tunte.

— ¿Se ha sentado usted o ha hablado con Cáritas para resolver el desencuentro del jueves?

— Creo que es algo de lo que ni siquiera debemos seguir hablando. La mayor preocupación del delegado del Gobierno, que he tenido, que tengo y que tendré mientras siga llegando gente, es que tengan una vida digna. Voy a perder cero minutos en discusiones que no resuelven los problemas de los migrantes. Todos tenemos la obligación de remar en el mismo sentido.

— ¿Están fallando los protocolos o qué falla para que se produzcan incidentes como ese con Cáritas?

— He intentado en las últimas fechas explicar cómo son esos protocolos: la Policía lo comunica a la Comisaría de Extranjería, esta a su vez lo comunica a la Dirección General de Migraciones del Ministerio de Trabajo, y a su vez tiene que haber una autorización ministerial a la ONG correspondiente, que generalmente es Cruz Roja, para que se haga cargo de estas personas. Recientemente hubo un fallo en esa correa de transmisión y hubo un grupo de personas que desgraciadamente durmió un día en la calle. Cuando eso pasó, lo reconocí y dije que, en la medida de las posibilidades, eso no debe suceder, porque tienen que recibir un trato digno. Bastante desgracia tienen con abandonarlo todo y arriesgar su vida por una vida mejor. ¿Puede fallar el protocolo? Sí, porque somos humanos. Pero la respuesta del Ministerio está siendo exquisita y me siento halagado por tener un Gobierno sensible con los más desfavorecidos.

— ¿Por qué están llegando más?

— A nadie se le esconde que se ha cerrado el grifo en el Estrecho y en el Mediterráneo y las mafias se mueven hacia el sur. Y esa costa africana es muy grande. Hasta este momento hemos recibido 2.162 personas pero a eso hay que añadir que más de 1.500 han sido retenidas en origen, o sea, en las costas africanas. ¿Son alarmantes esos números? Es verdad que ha habido un repunte que debemos analizar pero estamos a años luz de la llamada crisis de los cayucos.

— ¿Ese repunte ha cogido a Canarias infradotada en cuanto a plazas en centros de internamiento?

— Ahora funcionan dos CIE, en Hoya Fría y el de Barranco Seco, con este último funcionando aún al 60%. A los CIE van las personas susceptibles de devolución. ¿Nos ha cogido desprevenidos? No me atrevería a decir que sí. Mi mayor preocupación como delegado es que ninguna de estas personas duerma en las calles, y después el destino que les espera no está en mis manos. Lo que sí debo decir, como canario, como nieto que soy de personas que emigraron, en mi caso a Cuba, es que se nos olvida que los canarios también emigramos.

— ¿Estamos a punto de llegar a esa situación límite que haga preciso que la Policía tenga que fletar vuelos para llevar a inmigrantes a la península?

— No. Y si en algún momento tienen que salir alguno de aquí, lo hará con todas las garantías, lo que significa que tendrían que ir de una ONG de aquí a una de la península. En ningún caso vamos a quitarnos el problema de aquí, por decirlo de alguna manera, para trasladarlo a otro lado.

— En el caso de las pateras, ¿está fallando la vigilancia marroquí?

— No creo. La colaboración que hay por parte del reino de Marruecos, y también por parte de Mauritania y Senegal, está funcionando. La prueba es esa cifra de 1.500 personas detectadas en origen. Lo que sí ocurre es ese movimiento de las mafias trasladando la presión hacia el sur. Y estamos observando que crece la desesperación de los que vienen, y la prueba es que vienen muchas mujeres embarazadas o con niños, con lo que supone eso, porque arriesgan sus vidas. También digo que este es un tema en el que Europa se tiene que poner las pilas, porque somos el sur del sur de Europa.

— ¿Tiene la sospecha de que hay barcos nodrizas que nutren a los cayucos?

— Estoy convencido de que las mafias están perfectamente organizadas para tener barcos nodrizas y también cayucos preparados en esa costa inmensa que tenemos al lado.

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