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Los guardias del Botavara eran «como reyes, intocables», según los testigos

Los guardias del Botavara eran «como reyes, intocables», según los testigos

Testigos que trataron a los guardias civiles juzgados como presuntos cabecillas de una banda de narcotraficantes que operaba en Fuerteventura aseguraron este miércoles que los detuvieron y torturaron sin que se atrevieran a denunciarlos por «miedo», ya que en Corralejo, donde estaban destinados, «era como si fueran los reyes, intocables».

Efe / Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 1 de enero 1970

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La sección segunda de la Audiencia de Las Palmas decidió continuar este miércoles con la celebración del juicio, tras desestimar las causas de nulidad formuladas por doce de las trece defensas en la jornada de debate de las cuestiones previas que tuvo este lunes, después de tres aplazamientos de la vista oral.

El tribunal que juzga el caso ha acordado además invertir el orden habitual de los interrogatorios, de forma que se escuche primero a los testigos y, en último lugar, a los procesados.

"Tenían muchos chanchullos, de droga y otras cosas", ha sostenido uno de los primeros testigos, Rayco Sánchez.

Preguntado por si conocía a los juzgados, este testigo ha precisado que tenía trato con dos de ellos, los guardias civiles Yeray M.A. y José Tomás C.M., a quienes ha apuntado como máximos responsables de la organización, afirmando que "le ofrecieron hacer un robo de droga" en casa de otros narcotraficantes.

Asaltos

La propuesta, hecha por los agentes a varios chicos de la zona a quienes consideraban delincuentes, consistía en que estos asaltaran el inmueble y se quedaran para ellos dinero y objetos de valor que había dentro, dejándoles a los funcionarios la droga, ha relatado.

Además, ha dicho que en distintas ocasiones acudían a un domicilio que compartía con un hermano suyo para llevar drogas que le instaban a vender para ellos, "amenazándoles" cuando se negaban a hacerlo.

En concreto, ha señalado a Yeray M.A. como el agente que llamaba y amenazaba a su hermano.

En similares términos se ha pronunciado otro de los testigos, Ubay Báez, que, tras aclarar, al igual que el anterior, que su relación con los guardias era "mala", ha recalcado que él también "les tenía miedo", hasta el punto de que "se escondía de ellos siempre".

"Me molestaban, me iban a buscar, de buenas a primeras", y "donde me veían, me pegaban", ha sostenido.

Y ha coincidido también con Rayco al decir que una vez que ambos fueron detenidos por la Guardia Civil junto a un tercer hombre tras encontrarlos en una urbanización en la que "se habían colado para fumarse un porro", según ha reconocido el tercero, William Rodríguez, Yeray y José Tomás se presentaron de noche en los calabozos para maltratarlos de improviso.

Lesiones

"Me golpeó a patadas, porque estábamos durmiendo en el suelo", y "me rompieron los dientes", ha expuesto Ubay, cuyas palabras ha corroborado William, que compartía celda con él, en tanto que Rayco estaba en otra distinta.

Esa circunstancia no impidió que unos y otros escucharan lo que pasaba en las distintas celdas, han afirmado todos ellos.

Así, William ha precisado que escuchó "a Rayco pidiendo que parara y al guardia civil diciéndole que era un chivato", en tanto que este ha indicado que oyó a sus compañeros "quejándose, dando gritos", porque -ha añadido- "les estaban pegando, igual que me estaban pegando a mí".

Los tres han respaldado igualmente la versión de que tanto Rayco como Ubay salieron de los calabozos y fueron conducidos ante el juez lesionados y con las ropas manchadas de sangre, uno por la rotura de dientes y otro por un golpe en la nariz, pero que no denunciaron a los agentes por miedo.

"Si lo denunciaba, iba a salir y él iba a estar fuera", ha argumentado Rayco, que ha insistido en que todavía conserva el temor a esos agentes y que solo testificó contra ellos cuando estuvieron detenidos.

En la jornada de este miércoles fue interrogado también por videoconferencia un guardia civil destinado en Fuerteventura que fue detenido en su momento como supuesto miembro de la banda y puesto más tarde en libertad, y que ha defendido a uno de sus compañeros procesados, David Delgado, como "un gran profesional", y ha criticado a los agentes del propio Instituto Armado que investigaron el caso, asegurando que se sintió "totalmente coaccionado" porque su deseo era "meter allí a todo el que pudieran", fuera culpable o no.

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