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La tía de matricida: «El móvil del crimen fue económico»

La tía de matricida: «El móvil del crimen fue económico»

De todo, menos bonito. La familia del matricida Gabriel F.M. –su padre y sus dos tías maternas– lo describieron ayer –especialmente las dos últimas– como un tirano que explotaba a su madre y hasta la dejaba sin comer. Una de ellas aseguró que la había matado tras destaparse que le había esquilmado los ahorros.

Antonio F. de la Gándara

Jueves, 16 de julio 2020, 08:18

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El móvil fue económico, le había quitado 5.000 euros a su madre y se vio descubierto». Así de tajante se mostró ayer ante el jurado Laura M. para explicar por qué su sobrino Gabriel F.M., de 21 años, mató el 26 de octubre del año pasado a su madre –la hermana de la testigo– asestándole 13 cuchilladas tras una discusión en la habitación en la que la hoy fallecida vivía de realquilada en la calle León y Castillo de Las Palmas de Gran Canaria.

Laura A. aseguró al jurado que pocos días antes del crimen, su hermana, de 53 años, había descubierto que su hijo Gabriel no sólo no estaba asistiendo a clases en la ULPGC como había hecho creer a su entorno, sino que le había quitado los 5.000 euros ahorrados que tenía en su cuenta: «Fue al banco y se encontró con que no tenía ni para pagar el alquiler, así que habló con Antonio [su exmarido y padre del acusado] y éste le dijo a Gabriel que fuera a ver a su madre y le devolviera el dinero. Ese fue el móvil [del crimen], verse descubierto» relató.

La testigo afirmó que su hermana no sólo tenía «confianza ciega en su hijo», sino que precisamente ahorraba ese dinero porque su ilusión en la vida, tras algún episodios desafortunados, era adquirir un piso e irse a vivir con Gabriel.

Otra hermana de la fallecida, María M., confirmó el oscuro perfil de Gabriel: «Se fundió el dinero de mi hermana y se las ingenió para dejarla sola, le dijo que yo me avergonzaba de ella, lo que no era cierto, expuso con dolor. «La había sufrir, ella compraba un pollo para los dos y él se lo comía todo», relató, «y vivía una vida paralela, se fundió el dinero de mi hermana, en mi casa desaparecieron 300 euros, y fui atando cabos...».

La testigo perfiló el carácter desagradecido de su sobrino recordando que cuando su madre tuvo problemas psicológicos y tuvo que internarse en una clínica, ella le había acogido en su casa de Telde con los brazos abiertos. Afirmó que él le pagaba el favor difamándola: «Yo soy jardinera, y decía que me dedicaba a la prostitución y que mi marido era un pelanas», reveló.

El padre del acusado, Antonio Miguel B., confirmó que, días antes del crimen, su exmujer le había contado que tenía «la cuenta a cero», por lo que él había hablado con su hijo y le había dicho que arreglara el problema con su madre.

La policía confirmó que en principio, al presentarse en la escena del crimen, Gabriel aseguraba que su madre se había suicidado.

El juicio finalizó ayer. La fiscal pide 15 años de cárcel, y la defensa 10. Hoy podría haber veredicto.

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