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Efe / Las Palmas de Gran Canaria
Jueves, 1 de enero 1970
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En un veredicto emitido en la noche de este viernes e en la Audiencia de Las Palmas, los ciudadanos que han juzgado el caso reconocen que los procesados no tenían planeado previamente matar a Fervorini, pero también señalan que la víctima recibió una paliza por parte de Adonay Santiago G.C., Rubén P.S., Alejandro A.S. y Wilson Enrique Q.B. con golpes que ya resultaban mortales, antes incluso de que Adonay le golpeara en la cabeza con una piedra de gran tamaño.
En cuanto a Sophia Valinhas G.B.M., el fallo dispone que fue ella quien tendió la trampa Fervorini para acudiera a un apeldre abandonado de Barranco Seco donde lo mataron y subraya que presenció el ataque, «escuchó los golpes y puñetazos, no hizo nada y se representó como probable el resultado mortal».
En vista de este veredicto, la Fiscalía de Canarias ha solicitado para los cinco autores de los hechos condenas por asesinato y robo de entre 24 años y medio y 35 años de cárcel.
En concreto, propone a la Audiencia de Las Palmas de Gran Canaria que condene a Sophia Valinhas a 25 años y medio de cárcel, a 35 años a Rubén, a 29 años y medio a Adonay, a 24 años y medio a Alejandro y a 24 años y medio a Wilson. En el caso de Rubén y Adonay, a los cargos de asesinato y robo se suma un delito de tráfico de drogas.
El Jurado no solo hace responsables de asesinato a los cinco acusados por su papel la agresión, sino porque todos se fueron del lugar dejando abandonado a Fervorini gravemente herido con la certeza de que iba a morir y «durante las tres horas siguientes adoptaron comportamientos que revelaban una total frialdad».
En cuanto al sexto procesado en el juicio, Layonel Santiago P.G., el jurado lo ha encontrado culpable de un delito de tráfico de drogas, por el que se enfrenta a una propuesta de condena de cuatro años y medio de cárcel.
En cuanto a las circunstancias de la muerte, el tribunal ha declarada probadas varias agravantes que la convierten en un asesinato, como alevosía, uso de disfraz y facilitación de otro delito (pues lo mataron para poder entrar en su casa a robarle el dinero del traspaso de su negocio, aunque no lo consiguieran).
Durante el juicio, los acusados reconocieron parcialmente su participación en los hechos, pero con la tesis de que nunca quisieron matar a Davide Fervorini, sino solo robarle. Además, se acusaron unos a otros de la responsabilidad de las lesiones morales.
El cuerpo del ciudadanos italiano fue encontrado en Barranco Seco cinco días después de la agresión.
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