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Hanna Batu está acogida en un orfanato dirigido por la Fundación Pablo Horstmann. R. C.
Una superviviente en el país de los huérfanos

Una superviviente en el país de los huérfanos

Hanna Batu, una niña aquejada de una grave dolencia cardiaca, se ha salvado gracias a la labor de la Fundación Pablo Horstmann en Etiopía

Martes, 28 de diciembre 2021

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Hace trece años, cuando apenas tenía dos, Hanna Batu fue abandonada a las puertas de la misión de las hermanas salesianas en la ciudad de Ziway, a 170 kilómetros al sur de Addis Abeba, la capital de Etiopía. La niña sufría graves problemas de salud. Aparte de malnutrición severa, arrastraba una deficiencia cardíaca, dextrocardia y atresia tricúspide. Todo se conjuraba para que la pequeña no saliera adelante, pero lo hizo, gracias al empeño de las misioneras y a la Fundación Pablo Horstmann, que financia y dirige la casa-hogar Let Children Have Home, donde la niña fue acogida.

En un país como Etiopía, con una de las poblaciones de huérfanos más grandes del mundo, a causa, entre otros factores, de la epidemia del sida, la labor de este orfanato se revela fundamental para el futuro de los 33 niños que acoge. El estado más poblado del Cuerno de África está asolado por hambrunas, migraciones, crímenes de guerra y violaciones de los derechos humanos. Como asegura la presidenta de la fundación, Ana Sendagorta, la situación de la infancia en Etiopía es especialmente dolorosa. «Uno de cada seis niños no llegan a cumplir los seis años y uno de cada dos sufre malnutrición. Además, un 48% de las familias tienen acogido en su seno a un huérfano», detalla Sendagorta. Por añadidura, a la extraordinarias cifras de orfandad se suman tasas de escolarización muy bajas y una persistente malnutrición.

La mayoría de los chicos que pasan por Let Children Have Home dejan el centro para comenzar su formación universitaria, una etapa en la que reciben el apoyo de la fundación para culminar sus estudios. En la actualidad, la entidad financia a seis universitarios y una recién graduada en Enfermería.

Hanna Batu no se hubiera sobrepuesto a las adversidades sin la obstinación de la hermana Nieves. Fue esta misionera salesiana quien decidió llevarla al 'Black Lyon', el hospital público de referencia en la capital, donde se quedó ingresada. Sin embargo, allí se olvidaron de la menor, nadie la alimentación ni cuidaba. En esta tesitura, otra vez la intervención de la religiosa fue proverbial para Hannu al tomar una decisión crucial para la vida de la cría. La trasladó a un hospital católico en otra región de Etiopía, donde recibiría mejores cuidados. En ese centro sanitario permaneció internada durante dos semanas, pero la delicada salud de Hanna Batu seguía pendiendo de un hilo. El peso que ganaba inmediatamente lo perdía debido a su problema cardiaco.

Preocupada por su vida, la monja pidió ayuda en España y así entró en contacto con el Hospital Ramón y Cajal de Madrid y La oftalmóloga madrileña Ana Sendagorta. La especialista trabajaba en el Ramón y Cajal cuando recibió una carta de la hermana Nieves pidiendo ayuda para Hanna, una niña de Etiopía que se llamaba igual que ella.

Semanas en la UCI

La oftalmóloga, presidenta de la Fundación Pablo Horstmann, tramitó la petición al departamento de cardiología de su hospital y, gracias a esta gestión, Hanna pudo viajar a España con solo tres años para ser operada de su cardiopatía. Durante la cirugía, que duró más de seis horas, sufrió dos paradas cardíacas. Después, pasó más de tres semanas en la UCI y nueve meses de recuperación en casa de una familia que la acogió.

De vuelta a Etiopía, Hanna comenzó a vivir en la casa-hogar 'Let Children Have Home' de la ciudad de Meki. El orfanato fue fundado por las misioneras salesianas para ofrecer cobijo a niños huérfanos o abandonados por sus padres. Cuando todo parecía encauzado, nuevamente las complicaciones acecharon a la niña enferma. Esta vez, la casa de acogida empezó a atravesar problemas financieros. Y de nuevo la intervención de la religiosa no pudo ser más oportuna. La religiosa acudió a Ana Sendagorta en busca de auxilio, y la doctora no se mostró ni mucho menos indiferente. Desde entonces Hanna ha podido realizar una vida bastante normal, si bien no puede hacer grandes esfuerzos físicos. Ahora la niña necesita volver a pasar por quirófano.

 

Hanna ha sido operada en España y durante la cirugía, que duró más de seis horas, sufrió dos paradas cardíacas

 

A Hanna Batu le gusta cantar y pasa mucho tiempo con sus hermanos pequeños, a los que cuida como una hermana mayor. Cursa el primer curso de secundaria en el colegio católico de Meki. Ella es la semilla de lo que actualmente constituye un proyecto integral auspiciado por la fundación: una clínica materno-infantil de referencia en la región, una casa-hogar, un programa de becas escolares a niños huérfanos externos, una guardería, y grupos de ahorro para mujeres solas en situación de vulnerabilidad. En 2022 se ampliará la iniciativa con la apertura de una clínica oftalmológica. La organización cuenta con un programa de becas con 350 beneficiarios, de los que que 115 son chicas.

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