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Vienen «unas listas de espera que no se pueden imaginar»

Vienen «unas listas de espera que no se pueden imaginar»

Los profesionales advierten de las «listas de espera tremendas» que se avecinan al haber suspendido la atención en determinados casos para hacer frente a la pandemia de la Covid-19, pacientes que se suman a los que ya estaban en espera y también a curados de coronavirus que están desarrollando secuelas. Además, ha incidido en que no cree que sea el momento de iniciar reversiones sanitarias, sino «dejar lo que funciona y sumar dejando de lado ideologías».

Europa Press / Valencia

Jueves, 1 de enero 1970

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Así se ha pronunciado Merdedes Hurtado, presidenta del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Valencia, durante su comparecencia en la comisión para la reconstrucción social, económica y sanitaria de la Comunitat Valenciana de Les Corts, en la que ha asegurado ante los parlamentarios que se vienen encima «unas listas de espera que no se pueden imaginar» no solo en Valencia sino también en el resto del país y ha explicado también que están empezando a ver neuropatías, tromboembolismos y alguna que otra muerte súbita de pacientes que superaron el coronavirus.

La también presidenta del Colegio de Médicos de Valencia ha comenzado su intervención haciendo hincapié en que esta tragedia ha dejado patente que hay «unos magníficos profesionales» y también todos los fallos del sistema sanitario, y ha lamentado la muerte de 80 sanitarios. A finales de febrero, ha recordado, se les dijo que no acudieran a congresos médicos mientras «siguió habiendo manifestaciones, la gente siguió yendo a partidos de fútbol y la vida continuó con alguna mascletà».

Preguntada sobre si se podía haber previsto lo que iba a ocurrir, ha indicado que «se veía venir algo, los cuernos al toro se le vieron, el 21 de febrero vimos que países vecinos estaban haciendo algo y cuando veas las barbas del vecino cortar, pon las tuyas a remojar», ha dicho, aunque también ha resaltado que «hablar a toro pasado es muy sencillo»y nadie tiene una bola para adivinar el futuro.

«¿Qué podría haber pasado si hubiéramos estado más preparados? Posiblemente habría menos muertes», ha señalado, instando a aprender de los errores: «Hemos subestimado al enemigo, nunca hay que subestimarlo, aprendamos de eso».

Lo prudente, a su juicio, es siempre «no minimizar» el riesgo y cuando algo se avecina «ponerse en lo peor y empezar a hacer acopio de material de protección y ciertas restricciones»

Hurtado ha señalado que esta pandemia ha afectado a un sistema que ya «estaba en precario» y para el que llevaban ya once años pidiendo más inversión y con la atención primaria como «la gran abandonada». El impacto, ha señalado, ha sido «mayor que si hubiésemos estado preparados».

«Hemos vivido una auténtica tragedia y hemos tenido que oír cosas como que nos contagiábamos en casa o nos motivábamos haciendo trajes de protección», ha criticado, asegurando que los profesionales han estado oscilando «entre la firmeza y responsabilidad y el abatimiento» mientras no se les ha llamado a participar en la toma de decisiones. Sienten, ha dicho, que se ha «abusado» de su compromiso apelando a la vocación, aunque ha recordado que no tienen «vocación de mártires» y en estos momentos están «agotados» y con secuelas. También ha apuntado a la»falta de coordinación ante lo desconocido» y la desprotección sobre todo en los primeros momentos, con protocolos «cambiantes».

Los médicos, ha dicho, han vivido entre «aplausos, arcoiris, insultos y vacíos» y ahora «es fácil pasar de héroes a villanos» porque empieza el nerviosismo de «pacientes que quieren ser atendidos" y la administración, que quiere que se saque adelante el trabajo con un personal «agotado y deprimido». Este personal, ha dicho, necesita tener vacaciones y ser suplido, por lo que ha urgido a «reforzar plantillas por todas partes».

«Toda crisis es una oportunidad para modernizar aspectos que estaban estancados, pero no podemos pasar de 0 a 100, todo necesita su tiempo», ha indicado, al tiempo que ha preguntado a los presentes por qué no suscriben «un gran pacto político» para invertir en sanidad y sostener un sistema «casi insostenible».

Reivindicaciones

En su comparecencia ha expuesto una serie de reivindicaciones, entre ellas la «claridad y unidad», así como la presencia del personal médico en la toma de decisiones; una transformación digital que permita avanzar en una telemedicina que «está en pañales» y necesita inversión porque no solo es hacer una llamada telefónica; más personal y una recompensa «por el esfuerzo» y que no se vuelva a «condiciones laborales precarias»; que la profesión médica se declare de riesgo; inversión en prevención para anticiparse a una eventual segunda oleada y también en investigación «al servicio de la salud».

Se ha referido también a la necesidad de reforzar la atención primaria, cuya situación es «muy precaria», y priorizar la seguridad del paciente y el médico, lo que obligará a repensar espacios para garantizar el espacio suficiente.

Asimismo, ha pedido no depender de otros mercados para los suministros sanitarios y poner «la industria y la innovación al servicio de la salud porque sin esta el Estado del Bienestar no existe»".

Colaboración con la privada y hospitales de campaña

Ante la pregunta sobre los procesos de reversión a la sanidad pública de las concesiones, ha indicado que no cree que sea el momento, sino que hay que aprovechar los «profesionales buenísimos» que hay en todas partes e incluso "usar espacios privados como concesiones como apoyo o incorporarlos para que ayuden a salir» porque «toda piedra hace pared».

Sobre los hospitales de campaña, ha indicado que «gracias a Dios no han sido necesarios, ahí están y no los quiten», ya que «se pueden usar si hay una nueva oleada, como consultas añadidas o incluso quirófanos de campaña».

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