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El rastreo de contactos, un protocolo de control básico para frenar la pandemia

Un equipo de 30 profesionales sanitarios se encarga de localizar a las personas que hayan compartido espacio con casos positivos de Covid-19 desde el centro operativo que Atención Primaria de Gran Canaria puso en marcha el 11 de marzo

Loreto Gutiérrez / Madrid

Viernes, 17 de abril 2020, 08:59

Desde el 11 de marzo, unos días antes de declararse el estado de alarma y el confinamiento de la población, un equipo de 30 profesionales de la enfermería y médicos de familia bajo la coordinación del servicio de Atención Primaria de Gran Canaria viene haciendo un trabajo de seguimiento diario esencial para frenar la expansión del coronavirus. Su labor es llevar a cabo el denominado rastreo de contactos -contact tracing, por su nombre en inglés-, un protocolo de actuación recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para casos de emergencia epidemiológica.

En esencia, se trata de trazar la red de contactos que haya tenido cada una de las personas que da positivo en Covid-19 para advertirles de que vigilen posibles síntomas y pedirles que se queden en casa para evitar potenciales contagios. Todas ellas son objeto de un seguimiento posterior durante catorce días. La premisa sobre la que basan su labor preventiva es que la pandemia se para en la calle. Los enfermos se tratan en los hospitales, pero la propagación del virus se frena manteniendo la distancia social, de ahí la importancia del confinamiento.

En coordinación con los centros de salud de la isla, los profesionales sanitarios que integran el equipo hablan por teléfono con todas las personas afectadas por el virus, a las que realizan una encuesta sobre los contactos que han mantenido durante los días anteriores. Cuentan para ello con la colaboración solidaria de los afectados, que deben hacer un ejercicio de memoria para reconstruir la trayectoria de los sitios en los que estuvieron y la gente con la que compartieron espacio antes de saber que eran positivos.

No es fácil recordar todo a la primera y es habitual que los mismos afectados sean quienes llamen al día siguiente para añadir a otra persona que olvidaron mencionar en la primera entrevista. Con las restricciones de movilidad decretada por el estado de alarma el rastreo se ha simplificado, porque -salvo en los casos de quienes realizan actividades esenciales- los contactos de la mayoría de la población se reducen los dependientes de los comercios donde adquieren los productos de primera necesidad o a personas del entorno más cercano.

El siguiente paso es localizar a los integrantes de esas listas, a quienes por haber estado en contacto con un positivo se les recomienda que se aíslen, por su bien y por el de los demás, y se les hace un seguimiento para comprobar si han sido o no contagiados. «Cuando una persona sabe que puede estar contagiada y se aísla, está evitando que otras personas enfermen y por tanto, salvando vidas», indican los profesionales del equipo, «por eso es básico localizarlas, porque el objetivo de nuestro trabajo es cuidar y salvar vidas», añaden.

El dispositivo de rastreo de contactos de Atención Primaria está instalado en el edificio de la Biblioteca Pública del Estado y funciona de lunes a viernes de ocho de la mañana a ocho de la tarde. Ahora la situación se ha estabilizado, pero en el momento álgido de la pandemia se llegaron a realizar mil llamadas diarias.

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