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Cuatro de cada diez personas tiene inmunidad frente al coronavirus sin haberlo pasado

Cuatro de cada diez personas tiene inmunidad frente al coronavirus sin haberlo pasado

En los últimos días se ha insitido en una afirmación que generó cierta pesadumbre en los hogares del país: Solo el 5% de la población española es inmune al coronavirus, rezaban los titulares de prensa a cuenta del estudio de seroprevalencia que el Ministerio de Sanidad y el Instituto de Salud Carlos III iniciaron el pasado 27 de abril para conocer la envergadura de real de la epidemia de Covid-19 en España.

Nacho Barrio / León

Jueves, 1 de enero 1970

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En los últimos días se ha insitido en una afirmación que generó cierta pesadumbre en los hogares del país: Solo el 5% de la población española es inmune al coronavirus, rezaban los titulares de prensa a cuenta del estudio de seroprevalencia que el Ministerio de Sanidad y el Instituto de Salud Carlos III iniciaron el pasado 27 de abril para conocer la envergadura de real de la epidemia de Covid-19 en España.

Para ser exactos, el dato del 5% no se centra en la inmunidad total, ya que ni siquiera se conoce si el estudio permite detectar a todos los posibles anticuerpos que puedan reconocer al virus.

Lo que permite hasta la fecha es deducir que el 5% de la ciudadanía se ha seroconvertido de forma específica frente al virus, esto es, que ha generado anticuerpos frente al virus que antes tenía.

Sin embargo, este nuevo estudio epidemiológico deja de lado la inmunidad celular para centrarse en la referente a la seroprevalencia. Y es aquí donde la prestigiosa revista ‘Cell’ abre un camino a la esperanza.

Según se apunta en Targets of T cell responses to SARS-CoV-2 coronavirus in humans with COVID-19 disease and unexposed individuals, un 38% de las personas sobre las que se realizó el estudio, todas ellas sanas, tenían inmunidad celular, de forma que sus cuerpos, pese a no haber tenido contacto alguno con el SARS-CoV-2, contenían una defensa celular importante.

Para hacer este estudio los investigadores usaron muestras preservadas de sangre de pacientes entre los años 2015 y 2018.

«La inmunidad se puede clasificar en inmunidad innata e inmunidad adaptativa. La inmunidad innata es inespecífica y bloquea a la mayoría de los agentes infecciosos frente a los que estamos expuestos a diario», explica el virólogo leonés Estanislao Nistal. De esta forma, la inmunidad adaptativa sin embargo es una inmunidad más específica frente a agentes infecciosos concretos que tiene una memoria que nos previene de infecciones futuras.

La inmunidad adaptativa se divide en dos, la inmunidad celular, basada en linfocitos T, y la inmunidad humoral, basada en anticuerpos. El estudio recientemente publicado en la revista Cell se enfoca en determinar la respuesta celular que tenemos frente al SARS-Cov2.

«Esta inmunidad celular tiene como objetivo la destrucción de las células infectadas, de forma que no se neutraliza el virus como ocurre en las personas con anticuerpos, sino que contribuye a la eliminación del virus destruyendo el lugar donde este se replica, en las células infectadas«. De esta forma no previene que el virus entre en las células, »pero si nos previene de que el virus se disemine entre las células de nuestro cuerpo«, señala Nistal.

De esta forma, el estudio demuestra que el hecho de haber pasado por coronavirus anteriores da lugar en algunos casos a contar con estos ‘linfocitos-T’. «Son las que te protegen de que los catarros o las gripes comunes no pasen a mayores en la mayor parte de los casos», apunta el experto, que señala que estos linfocitos-T participan, junto con los anticuerpos en la ‘defensa’ de los actuales infectados.

Según lo publicado en la revista ‘Cell’, se desprende que los linfocitos T generados frente a SARS-CoV2 pueden reconocer de igual forma a distintos componentes del del SARS-CoV, un virus que afectó a parte de la población en el año 2003, de lo que se deduce que los linfocitos T que se pudieran generar frente al SARS-CoV del año 2003 podrían reconocer también al SARS-CoV2.

«El estudio demuestra que puedes tener inmunidad generada por haber pasado otros coronavirus que te protegen contra este, lo que explicaría en parte por qué hay personas con sintomatología leve», defiende Nistal.

Sea como fuere, el tener estos linfocitos-T que reaccionen frente a células infectadas no evita que un sujeto pueda infectarse y sea portador del virus y que incluso pueda infectar a terceros hasta que la defensa celular mediada por los linfocitos T contenga y termine con el virus. La cantidad de virus producida por estos pacientes va a ser probablemente mucho menor y ser más breve en el tiempo.

Vacunas

Para Estanislao Nistal, esta publicación tienen una derivada muy importante. «El estudio mantiene que si generas inmunidad celular frente al SARS-CoV, tienes crosprotección frente la Covid-19».

Este punto podría abrir la puerta a nuevas vías para conseguir la deseada vacuna. Nistal pone el ejemplo de Luis Enjuanes, virólo que ha dedicado más de tres décadas a encontrar vacunas contra coronavirus. «La vacuna basada en el virus atenuado para el SARS-CoV generada en su laboratorio, se quedó en fase preclínica, en las pruebas en animales, porque se logró erradicar la enfermedad, pero si retomásemos del cajón esos estudios y determináramos la inmunidad cruzada de esa vacuna frente al SARS-CoV2, podría ser eficaz en inducir inmunidad celular y prevenir de esta forma el desarrollo de una enfermedad severa en caso de ser infectados por el SARS-CoV2. Esa base permitiría llegar antes a una vacuna para el Covid-19 que puede salvar vidas».

La revista Science se hacía eco de la investigación en los últimos días. ‘Las células T que se encuentran en los pacientes con Covid-19 son un buen augurio para la inmunidad a largo plazo’, titulaba.

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