Sanciones «más fuertes y rápidas» a las fiestas ilegales para prevenir contagios

El significativo aumento de los casos de coronavirus registrados en las dos últimas semanas en Canarias ha puesto en guardia a las autoridades en materia sanitaria del archipiélago que ayer mantuvieron una reunión con el delegado del Gobierno, Anselmo Pestana; los representantes de las fuerzas de seguridad y de los municipios canarios para reforzar el control y vigilancia de las medidas de prevención del covid-19, en concreto de las fiestas clandestinas.

«Adoptaremos dos medidas: vamos a agilizar el régimen sancionador, transformándolo en una normativa más ágil, precisa y dura y, con el apoyo de todos los cuerpos policiales, seguiremos persiguiendo estas fiestas clandestinas», recalcó el consejero de Sanidad, Blas Trujillo, quien anunció que se está preparando un decreto para modificar la actual normativa de Salud Pública, más lenta y tibia en cuanto a las penalizaciones. «No puede ser que un grupo de ciudadanos, de manera inconsciente, ponga en riesgo no solo la salud de todos sino la supervivencia económica del resto de la sociedad», añadió Trujillo. De hecho, el consejero resaltó que las islas ha sido escenario de fiestas clandestinas «de índole superior a las que están provocando confinamientos en otras zonas de España». Por ello, el Gobierno regional inició la semana pasada una campaña de vigilancia del seguimiento de las normas de prevención. «Tenemos la evidencia de que son muchas y están presentes en las redes. Vamos a analizarlo. Cada cual intenta montarse un negocio paralelo», aseguró el consejero que anunció que serán especialmente duros con los promotores de estas reuniones. «Un joven que vaya a un botellón, de entrada, se lleva una multa de cien euros, pero pretendemos aplicar un régimen sancionador mucho más duro con los organizadores de las fiestas», dijo.

Desde el inicio de julio, los casos activos en las islas han pasado de los 59 a los 173 de ayer, si bien cien de las personas infectadas son inmigrantes irregulares a las que se les hizo la prueba PCR nada más llegar a Canarias y que no representan un riesgo de transmisión comunitaria.

En cuanto al resto de las infecciones activas, la mayoría de ellas, el 65% afecta a menores de 40 años que, posiblemente, relajaron las medidas de prevención frente al covid-19 en encuentros amistosos y fiestas.

Mientras que los mayores de 60 años solo representan un 10% de los nuevos contagios, indicaron en un encuentro digital el epidemiólogo, Amós García, y la especialista en Medicina Preventiva, Eva Álvarez, ambos de la Dirección de Salud Pública del Servicio Canario de Salud.

La pandemia, que en Canarias ha afectado a un total de 2.582 personas desde su inicio, ha experimentado un cambio en el perfil de los diagnosticados. «Antes afectaba mayoritariamente a personas mayores, con comorbilidades, que llegaban más graves al hospital y ahora a población más joven que requiere menos hospitalización», indicó García.

Sin embargo, ahora los principales transmisores del virus son jóvenes que no tienen en cuenta las recomendaciones lanzadas desde el ámbito sanitario, sobre todo en fiestas convocadas por redes sociales o encuentros familiares donde no se usan las mascarillas, no se realiza el lavado de manos ni se mantienen las distancias físicas.

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