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Las ruinas del califato y Sistani esperan al Papa en un Irak vacío de cristianos

Las ruinas del califato y Sistani esperan al Papa en un Irak vacío de cristianos

De aquí al lunes, el Pontífice recorrerá algunos de los escenarios arrasados por los combates contra el EI | La primera parada es Bagdad, donde después de recibir el saludo de las autoridades políticas, rezará en la catedral de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

mikel ayestaran

Corresponsal. Jerusalén

Jueves, 4 de marzo 2021, 18:16

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Dos años después del colapso del califato, el Papa Francisco viaja a Irak para encontrarse con la minoría cristiana, uno de los grupos que más sufrió el azote de los yihadistas. De aquí al lunes, el Pontífice recorrerá algunos de los escenarios arrasados por los combates contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) y se entrevistará con el Gran Ayatolá Alí Sistani, líder espiritual de millones de chiíes en todo el mundo, secta del Islam a la que pertenece la mayoría de Irak. El éxodo de la comunidad cristiana comenzó en 2003 con la invasión de Estados Unidos y la caída de Sadam Husein, desde entonces han pasado del millón doscientas mil personas a no más de 300.000.

La primera parada es Bagdad, donde después de recibir el saludo de las autoridades políticas, rezará en la catedral de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, un templo que sufrió una operación de asalto por parte de Al Qaeda en 2010 en la que 53 personas perdieron la vida. Los rostros de las víctimas presiden ahora una iglesia totalmente blindada con muros de hormigón. En esas paredes se han dibujado motivos en honor al Papa, que realizará su oración entre medidas extremas de seguridad, algo que se repetirá en cada uno de sus actos.

LAS CLAVES:

  • La minoría cristiana fue uno de los grupos que más sufrió el azote de los yihadistas.

  • El Gran Ayatolá Sistani romperá su habitual aislamiento para recibir a Francisco.

  • Catedral de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. En 2010 sufrió una operación de asalto por parte de Al-Qaida en la que murieron 53 personas.

La siguiente jornada estará centrada en Nayaf, ciudad situada a 150 kilómetros al sur de la capital a la que viajará en avión para conocer en persona al Gran Ayatolá Sistani, quien a sus 90 años realizará una excepción con el pontífice y romperá su habitual aislamiento para compartir una hora con él. Nayaf es una de las ciudades santas para los chiíes porque alberga el santuario con la tumba del imán Alí, yerno de Mahoma, es sede de la Hawza, la institución que dirige este grupo del Islam, y de los centros de estudio más prestigiosos de los que salieron figuras como el iraní Imam Jomeini o el Gran Ayatolá libanés Fadlallah. Desde allí, el Papa se dirigirá a Ur, lugar simbólico por ser la patria de Abrahám, patriarca de judíos, cristianos y musulmanes, donde realizará un acto con otras confesiones.

Viaje a las ruinas del califato

El domingo será el día dedicado a las ruinas del califato y a Erbil, capital de la región autónoma kurda, donde celebrará su única misa multitudinaria en el estadio Franso Hariri donde se reunirán 10.000 personas. Desde Erbil, en helicóptero, Francisco se acercará a la vecina Mosul, la capital iraquí del califato que quedó arrasada durante la guerra, y a Qaraqosh, localidad cristiana de la llanura de Nínive a la que han regresado algunos cristianos tras los años de terror del califato.

La ONU considera que el Estado Islámico podría contar aún con unos 10.000 combatientes

En Qaraqosh han trabajado duro en la reconstrucción de la Iglesia de la Inmaculada Concepción y el padre Georges Jahola señala que «la visita del Papa es como un remedio para los acontecimientos que se produjeron antes: donde había violencia, hoy llega la paz, llega una autoridad que habla tanto al ámbito político como al eclesial. Y nosotros necesitamos esto. Así que la venida del Papa es para nosotros una especie de medicina», según declaraciones efectuadas a la web Vatican News.

El califato fue destruido tras la batalla de Baghouz en marzo de 2019, pero el EI sigue activo y su presencia se mantiene a lo largo de la desértica frontera entre Siria e Irak. Según las cifras que maneja la ONU, el grupo podría tener unos 10.000 combatientes que actúan en la clandestinidad. En enero realizó su último gran atentado en el centro de Bagdad y 32 personas perdieron la vida tras un doble ataque suicida.

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