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Vegetarianos y veganos cometen transgresiones y consumen a veces carnes y pescados. Elena Veselova
Prescindir de la lactosa y el gluten se hace sin consultar al médico

Prescindir de la lactosa y el gluten se hace sin consultar al médico

Un estudio revela que el 4% de los españoles son vegetarianos y el 0,8% veganos

Martes, 20 de septiembre 2022, 12:27

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El 72% de quienes prescinden del gluten de su plan de comidas lo hacen sin un diagnóstico médico, según se desprende del primer informe 'Tendencia de exclusión alimentaria en la población española', presentado este martes por Fundación Mapfre y la Academia Española de Nutrición y Dietética. Evitar la lactosa es la costumbre de exclusión más seguida por la población española, aunque no está justificada en un 61% de los casos. Así las cosas, se estima que un 25% de los ciudadanos lleva una alimentación libre de lactosa.

Todos estos hábitos alimenticios, derivados de una preocupación cada vez mayor por el bienestar y el cuidado de la salud, han sido recogidos en el primer informe sobre exclusión de alimentos publicado en España, que revela que un 4% de la población española es vegetariana, lo que significa eliminar las carnes y pescados de la dieta, pero no los lácteos y los huevos. La investigación también detecta un 0,8% de españoles veganos, que no admiten ningún alimento de origen animal.

Otra dieta de este tipo arraigada en los hábitos de los españoles es la flexitariana (7%), caracterizada por una baja ingesta de carnes, pero que da prioridad a la blanca y magra. En la mayoría de los casos, las exclusiones alimentarias se acometen ignorando el daño a la salud que puede conllevar quitar alimentos sin el consejo de un médico.

No obstante, algunas de estas personas que practican exclusiones alimentarias realizan algunas transgresiones y consumen de forma esporádica pequeñas cantidades de carnes y pescados (los vegetarianos) y de huevos (los veganos).

Convicciones personales

Según los investigadores, estos patrones nutritivos responden no solo a cuestiones de salud, sino también a convicciones personales y al seguimiento de estilos de vida en boga. Los alimentos y los nutrientes considerados «menos saludables» son el aceite de palma, las grasas hidrogenadas o trans (88%), aditivos (77%), bebidas edulcoradas (75%), bebidas azucaradas (72%), bebidas con alcohol (63%), galletas, bollería y dulces (61%), etc.

Para llevar a cabo este estudio, se han realizado 3.150 encuestas encaminadas a averiguar la motivación y el objetivo de las exclusiones alimentarias, si el cambio en el patrón dietético está justificado desde el punto de vista científico y, en caso contrario, si entraña un riesgo para la salud.

Un 77% de los encuestados dice haber quitado de su ingesta completamente, o al menos haberlo intentado, los aditivos, a pesar de que son ingredientes autorizados y que muchas veces sirven para mejorar la seguridad de los alimentos. En este sentido, los autores del estudio estiman necesario desplegar un trabajo de educación alimentaria de la población para explicar la función que cumplen los aditivos en la conservación de los alimentos, así como informar con transparencia sobre su nivel de seguridad.

Cuando se pregunta a los encuestados por las razones que les han llevado a excluir determinados alimentos, hasta un 40% reconoce que ha sido una decisión autoprescrita, fruto de una reflexión personal. Si la decisión es por un problema de salud, el 32% dice haber acudido un médico, seguido de otros profesionales sanitarios como médico especialista (18%) o dietista-nutricionista (17%). Por su parte, la influencia de la familia representa un 17% y los medios de comunicación tienen también un peso nada desdeñable, de un 37%.

Los expertos advierten de que estas dietas, si se hacen de forma injustificada, pueden suponer un riesgo para el mantenimiento de la salud óptima y suponer además un menoscabo económico y social. Por ejemplo, el seguimiento de la dieta vegetariana y vegana acarrea un riesgo de déficit de la vitamina B12, que ocasiona problemas leves como cansancio, debilidad o mala memoria, o más graves como la anemia megaloblástica, problemas neurológicos, depresión y demencia.

De igual manera, quienes siguen una dieta sin gluten sin justificación de salud pueden estar expuestos a una menor ingesta de fibra, vitaminas D, B12 y folatos, así como de hierro, zinc, magnesio y calcio, y a un mayor consumo de grasas saturadas. Los que abominan de la lactosa corren el riesgo de una toma insuficiente de calcio, lo que puede perjudicar su salud general, especialmente la ósea.

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